La Invitación

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Entramos, me ofreció algo de tomar y al yo rechazar todo, se sentó a mi lado mientras me miraba confuso.

— qué te pasa? — preguntó mientras yo miraba a la nada, intentando organizar mis ideas, se formó un silencio durante algunos segundos, que para mí fueron como horas.

— Michel me engañó — solté sin ningún preámbulo y suspiré

— Qué? Pero...cómo te enteraste?—voltee a mirarlo y ví en el cierta rabia y preocupación

—Alguien envió unas fotos a mi correo, en su viaje a Madrid, la semana pasada. Las fotos llegaron a mí ayer

— No mames!! Es un cabrón!
Se lo dijiste?

— No todavía, salió de viaje hoy y no he tenido tiempo de hablarlo

— Por eso estabas tan frustrada anoche....

— yo te usé—dije avergonzada—por eso vine a pedirte perdón! Lo de anoche...lo de anoche fué una completa estupidez y no debió suceder—mentí! Sé perfectamente lo que ese beso me hizo sentir, sé cuanto mis labios extrañaron los suyos, pero sé aún más cuanto extraña mi piel la de él

Manuel suspiró y me miró con frialdad—Está bien...para mí no significó nada— sentí cómo mi corazón se rompía y las mínimas ilusiones que me había creado, se iban por la borda una vez más

—debí suponerlo—respondí molesta— para tí yo nunca he sido importante— me puse de pié y él lo hizo seguidamente — en fin...ya cumplí con ofrecerte una disculpa, compermiso

Me acerque furiosa a la puerta y cuando giré la perilla, sentí que unas manos gigantes y suaves tiraron de mi cintura, mi cuerpo chocó con el suyo y quedamos frente a frente, me fué empujando hasta que mi espalda chocó contra la puerta y su respiración rosaba mi rostro

—qué haces—espeté
— te quiero Lucerina— susurró y sentí que mi piel se desvanecía ante su presencia, acarició mi rostro y cerró sus ojos frente a los míos. Sin duda, mientras más cerca lo tenia, las ganas de besarlo eran mucho mas fuerte, miré sus labios rosados y analicé su barba blanca, dudosa, pasé la lengua por mis labios para humedecerlos, con la yema de mis dedos acaricié su barba y lo besé.

Sus labios, tan suaves como siempre, su barba raspando mi piel y sus amplias manos apretando mi espalda baja.
Me separé un instante para tomar aire y volví a besarlo, mi mano acariciaba la suave piel de su cuello y la otra tiraba de su cintura para hacer que estuviera más pegado a mí.
Sus manos bajaron lentamente a mis gluteos, y entonces perdí el control de mí misma. Comenzó a masajearlas y una de sus manos entró en mi blusa amplia para empezar a acariciar la piel de mi cintura, solté un leve quejido al sentir el calor del contacto de su piel.

Una vez más nos faltó el aire y nos separamos, sus pupilas estaban dilatadas y sus labios casi completamente rojos, me miró y se rió

—Qué? —pregunté

—traes toda tu cara roja—volvió a reír y me separé de él para acercarme al espejo más cercano, me miré, y sí!! Tenía la cara completamente roja, así que me reí a carcajadas también

—no mannnches! Ay, no, no, no!!
Manuel que horror de verdad, que feo—dije sarcástica— cómo me besas deberas, si sabes que soy alérgica a tu barba—Manuel rió, se acercó a mí y me abrazó por la espalda

—Incluso roja, luces perfecta—dijo en mi oído y mi piel se estremeció

Levanté mi mano sobre mi hombro y acaricié su cuello mientras lo miraba por el espejo

—No sé que nos está pasando, y no sé si sea lo correcto....pero se siente tan bien estar aquí—dije y él me miró a través del espejo y besó mi cuello

—Ven esta noche—dijo y yo abrí mis ojos de par en par

—Mmmhh por qué? Que hay o qué onda? —pregunté haciéndome la desentendida

—No mucho...sólo quiero invitarte a cenar, nos merecemos una plática de amigos, no?—me solté del abrazo, tomé su mano y me dirijí hacia la puerta

—Bueno...dejame revisar mi agenda a ver si tengo un espacio disponible

—No seas payasa Lucero—me reí

—Te veo en la noche entonces—lo miré y sonreí

—Aquí te espero—intenté buscar sus labios pero el me esquivó y dejó un beso en mi frente.

Fuí a mi casa con una revolución entera dentro de mí, millones de sentimientos chocaron.

Entré y estaba Mary ordenando algunas cosas de la sala.

Me acerqué lentamente y la observé durante algunos momentos

—Le pasa algo señora?—preguntó mientras seguía en lo suyo

—Sí!! No! No sé...

Mary ha trabajado con nosotros desde que nació Jos y conoce toda mi historia con Manuel, es la persona más cercana que tengo y de alguna manera se ha convertido en una amiga.

—Se trata de el señor?—preguntó y yo me sorprendí

—Un poco sí

—Viene de platicar con el, verdad?

—Mmmh, más que eso....—respondí y ella dejó sus labores para mirarme sorprendida

—cómo que más que eso? Señora, no me diga que ustedes...—con movimientos de sus manos preguntó si yo había tenido relaciones con él

—Nooo Mary, No!!!—sonreí—sólo....solo nos besamos...pero namas poquito—dije avergonzada y me dejé caer de espaldas en el sillón

—Jiiiijoo!!! CÓMO CREE SEÑORA! —comentó sorprendida—pero, y el señor Michel? —su pregunta me hizo aterrizar una vez más, así que exhalé frustrada

—Michel....Michel....
Las cosas con él no están para nada bien—la miré—estoy dispuesta a romper con él—dije seria

—Por volver con el señor Manuel?

—No, no! Esto no tiene nada que ver con Manuel. Me enteré de algunas cosas y mientras no sean aclaradas, siento que ya no quiero estar a su lado, no sé Mary...estoy muy confundida.

—Y el señor Manuel, que dice al respecto?

—Me invitó a su casa...esta noche—me miró sorprendida y quedó boquiabierta—pero sólo para hablar por supuesto!!! Dijo que nos debemos una platica y todo ese rollo

—Y sí va a ir?

—La neta no lo sé, tampoco quiero que se ilusione con que algo pueda pasar entre nosotros

—Hijole señora, me parece que ya es muy tarde para eso. Dijo, si ya hasta se besaron

—Assshh, ya ni me digas!—llevé mis manos a mi rostro

—Si me permite darle un consejo señora....

—Sí claro

—Yo creo que sí debería ir a platicar con el señor, finalmente ustedes tienen un pasado que no ha sido cerrado, el final de su historia todavía no está escrito y a lo mejor pueden subsanar y arreglar muchas cosas que los ayude a tener una mejor relación. Quiero decir, la relación que llevan como padres es increíble, pero antes de ser padres, esposos o novios, fueron amigos, y esa relación se rompió por decisiones equivocadas.

Me quedé mirando el techo en silencio durante algunos minutos y Mary se retiró de la sala, mi cabeza daba vueltas y pensaba en muchas cosas de mi pasado y mi presente.

Vivir Dos VecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora