Gritos de placer.

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El timbre sonó sacándome de mis pensamientos, y suspiré al darme cuenta de que tocaba física y química, odiaba al puto calvo de física, era un viejo aburrido que ni siquiera sabía explicar, acababa las clases como empezaba, sin saber una puta mierda, pero bueno, eso ya me importaba lo que viene siendo de poco a nada.

Apoyé mi cabeza en la mesa con los ojos cerrados, deseando no volver a abrirlos, cuando de repente una presencia se puso delante de mi mesa.

- crees que el instituto es un lugar para dormir? - note la voz de esa presencia, pero no sabía quién era, no sonaba a ningún profesor que conociese y mucho menos a un compañero, así que levanté la cabeza desganadamente para ver quién cojones venía tocando las pelotas.

- eh? - me frote los ojos al ver a un musculado rubio con ojos verdes, no parecía de más de 24 años, quien cojones era?

- "eh?" Eso es todo lo que tienes que decir? Va anda, ponte bien - El rubio se giró y camino a la mesa del profesor, tenía un buen culo, ciertamente.

Le mire esperando a ver qué hacía, el solo dejo sus cosas encima de la mesa del profesor y se sentó..... EH? NO JODAS QUE ES EL PROFESOR, QUE BUENO ESTA

- Buenas, soy Martín, vuestro profesor sustituto, el vuestro está de baja por temas personales- Dijo el llamado Martín, yo solo levanté la mano para asegurarme de algo

- cuanto tiempo estará de baja?- dije mientras rezaba para que fuera el máximo posible

- no lo sé ,capaz se muere, eso sería bueno para mí.... Pero esperemos que no le pase nada- dijo nuestro bromista profe, que a  la vez nos guiño un ojo, salió chistoso el rubio.

La clase paso entre risas, era un buen profesor, con humor joven, parecía más un alumno, y encima con 1h aprendí más con el, que con nuestro antiguo profe lo que llevábamos de clases, ojalá se muera, eso sonó muy mal no? Puede que sea un poco cruel.... Bueno que más da, onichan.

•••

Pase el día pensando en el rubio de física, y el pelinegro de empresariales, me cago en la puta soy un puto salido, ahora solo quiero hacer un trio con ellos dos, que puto asco de vida, pasé de las primas a los profes.... Bueno, pero si me monto un cuarteto con una prima, Martín, y Julián, no me quejo.

Acabó la jornada escolar y me acerque a la sala de profesores para ver si estaba Julián, a ver si me quería dar aquel premio que me dijo.

- se puede? - dije tocando a la puerta, y pasando directamente.

Pero no fue a Julián al que me encontré, sino Martín.

- que necesitas Ferrari? - dijo el de ojos verdes, como no, con su mierda de humor.

- ah nada, solo buscaba a alguien, pero no está, adiós - Dije apunto de cerrar la puerta, cuando el detuvo mi acción.

- si quieres puedo darle un mensaje - me dijo mientras sujetaba la puerta, mirándome desde arriba, desde cuando era tan puto alto?

- no es nada enserio - dije retrocediendo - o esque necesitas tu algo de mi? - añadí intentando hacer una gracia, para aliviar el ambiente.


- si, a tu madre - dijo con una sonrisa que embarazaba a cualquiera, yo solo reí mientras observaba sus bonitos rasgos, tenía una cara muy perfecta.

- si quieres ligarte a una cuarentona, por mi encantado - le segui la broma - pero no creo que sea de tu agrado, sinceramente-.

- si se parece un mínimo a ti, seguro que será de mi agrado - susurró acercándose, a lo que yo me puse nervioso, no sabía cómo reaccionar, eso había sido una insinuacion? O me fume 4 porros de marihuana??

El se había apoyado en el marco de la puerta mientras su inclinaba ligeramente hacia mi, con los brazos cruzados, que hacían presión contra su pecho marcando más sus músculos, y una sonrisa que me hizo sacar una erección.

- que quieres decir? - dije haciéndome el tonto, para que no fuera tan incómodo.

El solo cogió mi brazo y me metió en la sala de profesores con una sonrisa, que coño le pasa al de física y química??? Que me dé de lo que se fumó.
Cerró la puerta con llave y me miró de arriba a abajo con una gran sonrisa, yo solo tragué fuertemente sin saber si seguiríamos de coña, lo que no iba muy en coña era la erección que se escondía en mis pantalones.

Se empezó a acercar a mí y me acorraló contra la mesa, estaba pegado a mí cuerpo mientras algunos de sus mechones caían en mi cara.

- Martín... - intenté decir con tremendo temblor en la voz, tenia miedo, pero quería continuar y saber que pasaba.

⚠️+18⚠️

Rompió nuestra distancia con un beso fogoso, mientras nuestras respiraciones se aceleraban, y sus manos cubrían cada parte de mi piel, quitándome así la camisa.
Con su caliente cuerpo presionando el mío contra la mesa, mi deseo aumentaba por momentos, llegando así a soltar gemidos de placer.
Mi cuerpo se estremecía mientras mi espalda se arqueaba al notar una de sus manos en zonas sensibles, mi pecho, sus dientes en mi cuello, su otra mano desaciendose de mi pantalón, todo era perfecto, con un ritmo perfecto.
Me quede en ropa interior, y empezó su turno, se deshizo de su camisa, dejando ver así su abdomen marcado, pase mis dedos suavemente por encima de ellos, y luego le mire, toda su piel ardía, el me sonrió y empezó a dejar besos por todo mi cuello, mientras bajaba por mi pecho, y abdomen, mi espalda poco a poco se fue apoyando en la fría madera de la mesa, mientras sus besos comenzaron a bajar hasta la parte de mi pelvis, al lado de mi erección, yo solo pude echar la cabeza hacia atrás y cerrar los ojos, noté la llema de sus dedos rozar mis boxers, cuando porfin se pudo a bajarlos poco a poco, dejándome expuesto a el, dejándome a su merced.

Nunca había llegado tan lejos con nadie, mi respiración era irregular y entrecortada. Note sus manos sobre mi miembro, y gemí levemente, cuando empezó a mover su mano de arriba a abajo, cada vez más rápido, yo abrí los ojos como platos, era todo tan nuevo, volví a cerrarlos mientras un intenso placer y varias emociones más fuertes de lo que puedo controlar brotaban de mi, mis gemidos aumentaron cuando lo hizo la velocidad de su mano, y yo me agarré como pude de cualquier canto o costado de la mesa, en vano.

- ah- AHH~~ - mis gemidos resonaban por la sala mientras notaba sus grandes y calientes manos acariciar cada parte de mi cuerpo.

Empecé a sentir el clímax, soltando aquel líquido blanco, el mismo con el que siempre hacia bromas sexuales, hace apenas unos meses atrás.

Mi respiración cedió un poco, pero eso no duraría mucho, el solo me giro poniendo mi culo en pompa,y empezó a meter uno de sus dedos, por donde nunca me dio el sol, mi ano.

Yo me sorprendí mucho y pegue un pequeño grito de dolor, cuanto más lo metía más me dolía, empecé a quejarme

- Ma-Martin, para porfavor- empecé a retorcerme, era pura lógica, no me metas un dedo por el culo sin avisar wey.

El solo lo saco, y cuando respiré tranquilo creyendo que ya había acabado, solo sentí otra cosa cerca de la entrada a mi interior, cuando note a Martín inclinarse hacia mi, y por encima de mi espalda susurrarme:

- Lo siento pequeño, no puedo resistirme a ti - mordió ligeramente mi cuello, y me embistió de una sola estocada, a lo que yo solté un grito infernal, un balazo dolía menos, empezó a moverse y yo lo sentía dentro, era extraño, y sobretodo doloroso, seguí quejándome y gemidos de dolor salían de mi boca.

Esos repetidos gemidos se transformaron en placer mientras el movimiento sincronizado de nuestros cuerpos era lo único que necesitaba en ese momento...

☁︎︎ 𝓈ℴ𝓁ℴ ℯ𝓇𝒶 𝓊𝓃𝒶 𝒸𝓁𝒶𝓈ℯ 𝒹ℯ ℯ𝓂𝓅𝓇ℯ𝓈𝒶𝓇𝒾𝒶𝓁ℯ𝓈...˚ ⩩ ⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora