Me encontraba mirando con desagrado a una niña de mi clase, Teresa, últimamente la había visto muy cerquita de Julián, y parecían haber hecho muy buenas migas.–¿Te pasa algo? – me preguntó Marcos mientras me pegaba toquecitos en el brazo con el bolígrafo.
Volví mi mirada a él y hice una mueca de asco.
– La zorra de Teresa tiene muchos positivos en el Itaca, parece que Julian si tiene favoritas – me quejé.–¿Celoso? – dijo con una sonrisita conplice.
Negué frenéticamente con la cabeza, a lo que él se rió.
No iba a dejar que esta situación me afectara, no me importa lo que haga el con su vida o a quien se quiera follar, total, no somos nada.
•••
Esta situación me está afectando, verla a ella reírse mientras le tocaba el brazo a Julián de manera coqueta había conseguido que todos mis sentidos enfurecieran, pedazo zorra rompe hogares.
Después de clases me fui rápido a casa, no quería verles la cara a esos dos sujetos, y menos si iban a estar ligando entre ellos;
Pero mis planes se vieron destrozados cuando me los encontré a mitad trayecto, paseando juntos y charlando animadamente.Intenté esquivarlos pero no tuve mucho éxito en ello.
– Hey Ferran – me saludo Julián cuando sus penetrantes ojos se posaron en mi.
Cagaste Ferran
Le saludé con una sonrisa forzada e intenté seguir mi camino, pero Teresa fue ahora mi obstáculo.
– Ferri, acompáñanos ¿no?– me dijo con su irritante voz de pito, no pude negarme en aquella situación.
El trayecto más incómodo y silencioso de toda mi vida, o al menos para mi, porque ellos seguían con su frenético coqueteo, que les den.
•••
Mi habitación estaba hundiéndose en los pesados suspiros que no podía retener, estaba cansado de esta situación tan extraña, me sentía confundido, no sabía que me deparaba el futuro, y eso me mataba.
De pronto el timbre de una llamada entrante en mi teléfono me saco de mis pensamientos, unos pensamientos que se derrumbaron cuando vi que el nombre que aparecía en la pantalla era el de mi querido Julián.
Ignoré la llamada y decidí que lo mejor que podía hacer era distraerme, y así lo hice.
Comencé a adelantar trabajos atrasados, entre ellos los de GyH, una clase que adoraba simplemente por nuestro profesor, José Ruiz, un hombre maduro, de mandíbula marcada, gran altura y pelo adornado por unas pocas canas que le quedaban de muerte, a ese señor se le aplicaba la del vino "cuanto más viejo más bueno".Ahí es cuando me di cuenta del gran problema mental que me acechaba, sobre todo por esa obsesión con los profes.
A pesar de mis distracciones conseguí ponerme al día con todo, así que ordené una pizza para celebrar mi gran esfuerzo.
En aproximadamente 5 min escuché el timbre, y eso me hizo adquirir +99 de energía y bajar corriendo las escaleras para recoger mi pedido, pero mi alegría se esfumó de un plumazo cuando ante mis ojos, de manera amenazadora y apoyado en el marco de la puerta encontré a Julian.
–¿Que haces aquí?– Pregunté confundido.
El simplemente se dedicó a barrerme con la mirada, y cuando sus ojos volvieron a encontrarse con los míos es cuando abrió la boca.
–Te llamé – soltó sin más.
–Ya, tenía trabajo– respondí
Noté como fruncía el ceño y acto seguido me rodeó el brazo con su gran manota, arrastrándome detrás de él y introduciéndome en su coche, a lo que me quedé mu loko.
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☁︎︎ 𝓈ℴ𝓁ℴ ℯ𝓇𝒶 𝓊𝓃𝒶 𝒸𝓁𝒶𝓈ℯ 𝒹ℯ ℯ𝓂𝓅𝓇ℯ𝓈𝒶𝓇𝒾𝒶𝓁ℯ𝓈...˚ ⩩ ⋆
RomanceEra solo una clase de empresariales, un profesor de empresariales, una vida normal, donde no solo mis sueños eran grandes, sino su paquete también...