Cap. 6

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Mi pensar en estos momentos es que estaba loca, ¿cómo...? ¡¿cómo que me masturbe cinco veces pensando en la misma persona?!

Estaba completamente fuera de control, nunca me había pasado algo igual, y no me gusta para nada el que Elías nunca salga de mi cabeza... También es cierto que me emociona mucho el pensar en él, un sentimiento bonito me golpea como si fuera, no sé, algo... El caso es que, me está volviendo loca con el simple hecho de existir.

Cuando entro a la academia, él está ahí como siempre practicando. Me daba curiosidad saber desde que hora llega, al parecer era demasiado temprano... Pero bueno, eso daba igual ahora mismo. Así que me fui directo a cambiarme de ropa y ponerme mis patines, entrando a su vez a la pista de patinaje, donde me fui a un lugar sola, ambos estábamos en la pista... Solos. Me causaba demasiados nervios el pensar que pues, me había masturbado pensando en él. No puedo evitar mirarlo después de aquello, estaba como boba haciéndolo y la verdad, era algo acosador, más porque mis ojos se iban a otro lado y no a donde deberían de irse...

Suspiro, me daba mucha rabia todo eso pero de todos modos tomo aire y cierro mis ojos... Por mi mente empezó a sonar la canción y melodía de "The Drug In Me Reimagined" de Falling In Reverse. Así que mis pies se movían con cuidado en el hielo mientras el piano sonaba en mi cabeza con aquella melodía suave y la voz de Ronnie sonaba de la misma forma. Al abrir mis ojos, noto así a Elías mirándome, cosa que me puso nerviosa y mis estúpidos pies se cruzaron, haciendo que caiga al suelo.

Me quejo un poco por aquella caída, pues había golpeado mi codo y ese dolor era insoportable, realmente horrible, ni a mi peor enemigo, que era Elías, se lo desearía. Un tipo se me acerco para ayudarme, más yo no dudo en mirarlo mal y levantarme por mí misma, patinando fuera de ahí para revisar si no me había dañado de más o algo así, lo único bueno es que lo más importante eran mis pies, y no me paso nada en los mismos así que todo estaba bien, solo me saldría un moretón, pero nada más. Después de tomar algo de agua regreso adentro mirandolo a él de nuevo, estaba ya con sus amigos... Cuando Math y él se juntaban eran un desastre juntos, recuerdo que cuando estaba estudiando con ellos siempre tenía que ver a alguno con algún hueso fracturado o algo así, eran unos tontos y estoy segura de que aún lo son...

Cuando el entrenador nos llama a todos a la pista, todos nos reunimos en la misma para poder escuchar con atención lo que nos iba a decir.

— En dos semanas empezaran las competencias, y como cada año, nuestra academia asistirá, así que las siguientes personas tendrán que entrenar juntas de ahora en adelante... Ruby y Esteban, Luz y Edwin, Hazel y Elías... —cuando menciona mi nombre junto al de Elías, no dudo en voltear a verlo, él también lo hizo.

Quería ir a quejarme, no quiero estar en el mismo equipo que ese idiota, más porque vamos a presentarnos juntos... Y sentía que no sería solo una vez, tal vez serían varias si es que el entrenador notaba que lo hacíamos demasiado bien... Aunque la verdad no me creía que tengamos buena química en la pista, de lejos se notaba que no nos íbamos a soportar y que estaremos peleando la mitad del tiempo o si no, todo. No puedo evitar girar los ojos con molestia e irme a una esquina para poder calentar, estaba tan distraída pensando en cosas positivas para no pelearme con él, más al sentir que alguien estaba detrás de mí no dudo el girar, mirando aquellos ojos azules.

— Debemos de ponernos de acuerdo sobre que canción podríamos presentar, además de los vestuarios, la coreografía... El cómo funcionara todo, en pocas palabras —comento mientras lo observaba a los ojos... Ahora que lo notaba, él había crecido demasiado desde que estudiamos juntos... Antes era un poco más alto que yo, y ahora me debía de llevar por muchos más centímetros.

— Me parece bien... Podríamos ir a la cafetería que está aquí cerca si quieres —me contesta mientras aun me miraba.

— No creo que sea necesario... Así que aquí en nuestros tiempos libres seria perfecto para mí —la verdad es que tenía tiempo de sobra y no quería verlo después de salir de la academia.

— Si eso es lo que quieres, supongo que está bien—se encoge de hombros.

Después de eso nos pusimos a hablar, más como con cada conversación que tenemos, terminamos peleando e ignorándonos, aunque ahora él se fue de la academia... A mí me dio igual, no quería que un imbécil como él hiciera mierda de mi día. La verdad preferiría no estar así con él, si no que como éramos antes de buenos amigos... Aunque el odio que le tengo es más porque dejo de hablarme sin razón aparente y... Y eso sí que puso a mal a mi yo adolescente.

Terminé yéndome a casa después de todo eso, me recuesto en mi cama junto a mi gatito y me quedo mirando el techo. La verdad si me hubiera gustado tener una buena conversación con él, pero es que, siempre salía con tonterías que me hacían hablarle de una manera fea, y después se enojaba conmigo por eso, nos hablamos feo y al final nos terminamos odiando más. No me gustaba eso para nada, pero a la vez me parecía imposible cambiar la situación.

Con el pasar del tiempo nada se solucionó, cada vez peleamos más y la paciencia se iba de mí, no soportaba más estar a su lado... Pero, aunque el odio en ambos sea gigante, nuestro número era demasiado lindo y nos coordinámos demasiado bien.

El gran esperado día llego, yo sentía un dolor en el estómago por los grandes nervios que sentía, era como si me fuese a morir en cualquier momento o algo así, de todos modos, después de verme en el espejo y ver mi lindo cuerpo en el mismo sonrió, además del maquillaje... En sí, me veía preciosa, cualquiera se moriría por mí, una chica con grandes senos y un lindo trasero... Dios, obvio cualquier persona me tendría envidia. Sonrió para mí misma y al final salgo de ahí mirando así a Elías a lo lejos, no puedo evitar decir que se veía muy sexy con ese traje que puesto, pues quedaba pegadísimo a su cuerpo y se podía notar más la espalda ancha que se cargaba, además de un bonito trasero... Lo había escaneado por completo en pocas palabras, y al parecer él hizo lo mismo, pues no dejaba de ver mi cuerpo, y las que más se me notaban eran las dos lindas gemelas.

No puedo evitar sonreír por aquello, una sonrisa demasiado coqueta y burlona a la vez. Me acerco a su lado, no dije nada, pero al parecer debíamos de estar cerca el uno del otro en todo momento, así no nos perdemos y no arruinamos algo... Eso fue lo que dijo el imbécil del entrenador, cosa que hubiera ignorado si no hubiera tanta gente en el lugar y era capaz de perderme.

No podía negar que los nervios me carcomían por dentro, estaba sintiendo esas "mariposas en el estómago", quería pensar que era por los nervios de la presentación y no porque estaba a lado de aquel gigante guapo. O sea, el imbécil de Elías... ¡¿Dios por qué no puedo dejar de insultarlo?! Es que... Se veía tan lindo que me daban ganas de patearlo mil veces.

Los nombres de las academias y de las parejas que iban pasando resonaban en las bocinas del lugar, cosa que hacía latir mi corazón con fuerza, además sentir más de esos nervios en mi cuerpo, pues sé que pronto llegará nuestro turno y... Estaré cerca de Elías otra vez, siempre que ensayamos había esa maldita tensión entre ambos, pero mi mente me repetía que debía de estar enojada con él, que debía de odiarlo por él haber sido un hijo de su padre cuando estábamos pequeños.

Todos mis pensamientos se fueron al bote de basura dentro se mi cabeza al escuchar nuestra academia, obviamente ya estábamos posicionados en la entrada. Ambos entramos con cuidado, nos vamos a nuestros lugares y al poco tiempo la música empieza a resonar en todo el lugar. Traté de ignorar todos los nervios que sentía, y solo dejé que mis pies se muevan en el hielo poco a poco, tal y como lo hicimos en nuestras prácticas...

Poco a poco llegaba la parte final, cosa que me ponía nerviosa... Patiné algo lejos de Elías, voy a él rápidamente y así él me toma de la cintura con fuerza acercándome a su cuerpo mientras aun nos resbalamos por aquel helado suelo.

Mis ojos se encontraron con los de él, podía sentir su calor contra mi cuerpo y aquella mirada intensa hacía que mi cuerpo temblara... Sentía de nuevo aquella tensión. Bajo la mirada a sus labios, sintiendo unas intensas ganas de unirme a ellos y besarlos... Y al parecer no fui la única que lo pensó pues pude sentir la cálida mano de Elías posarse en mi mejilla y con su pulgar acariciar mis labios...

Todas mis fantasías volaron por el cielo al escuchar aplausos y ruido, aparto la mirada de Elías y así ambos nos acomodamos, hacemos aquella típica reverencia de agradecimiento y después salimos de ahí sin mirarnos más. Yo me quité los patines y me fui directo al baño, ahí me encerré en un cubículo y tomé asiento en la taza del baño.

Estando ahí solo pude tocar mis labios como él lo hizo, imaginando que hubiera pasado si solo hubiésemos estado él y yo... 

Calla y bésameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora