Un mal día

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3 gotas de agua en la frente hicieron a Flora despertar, al principio, solo por unos segundos, Flora no reconoció el lugar donde estaba, pues el lugar donde su cuerpo descansaba no era su habitual cuarto, aun así, sintió una enorme tranquilidad al encontrar el cuerpo de Emma durmiendo al otro lado de la cama, en ella se reflejaba una angustia y un miedo irracional aun cuando sus ojos estaban cerrados.

Por la ventana se mostraba un cielo con poca claridad pues afuera estaba más nublado que el día anterior, Flora cerro los ojos por un momento pues toda la situación donde se encontraba esa mañana era confusa y cansada, en momentos Flora sentía culpa, si ella hubiera escuchado a Lisa, si le hubiera comentado a Emma que su hermana la buscaba con desesperación, ahora el escenario donde estuvieran sería distinto, unas lágrimas quisieron brotar de sus ojos, pero no lo permitió, pues si lloraba Emma tendría una preocupación más y sería muy egoísta de su parte que quisiera quitarle atención a Lisa en esto.

Al abrir los ojos notó que en el techo se encontraba una mancha extraña, realmente esta casa podría caerse en cualquier momento, pues hasta goteras ya había, Con más esfuerzo del que creyó necesario se levantó de la cama y empezó a buscar un conjunto de ropa para este día, pues a las 10 debía de ya estar presente en la estación de policía. Decidió no tomar algo tan llamativo, pues, aunque Emma no lo noto, muchas personas se quedaron viendo el grande saco amarrillo que llevaba puesto el día anterior, y aunque a Flora pocas veces le importaba como la veían las demás personas, había malos días, y por muchas razones ayer no era el día en donde más feliz se encontraban tanto Emma como Flora.

Antes de salir, su celular sonó, el número que se encontraba era desconocido, pero Flora tenía la costumbre de contestar a esos números también, pues su madre cambiaba mucho de teléfono y era difícil tener el registro de todos los teléfonos de los que le hablaba.

-¿aló? ¿Mamá? - contesto Flora como de costumbre hacía, pero en su cara se mostró extrañeza cuando la voz de su madre no se notó al otro lado del teléfono

-....

-¿hola?- volvió a repetir Flora pero colgaron al momento.

Dejo su celular a un lado pues noto que ya eran pasadas las 8 y realmente se tenía que apurar si es que quería llegar a tiempo a la oficina del detective, tomo sus cosas y se dirigió al baño, tomo una larga ducha pues quería relajarse y poner en orden sus ideas, pues debía de ser clara con los detectives para poder ayudar a encontrar a Lisa, se cepillo el cabello, los dientes y se echó un perfume que le había regalado Emma en navidad, en ese momento dulces memorias florecieron tal vez por el olor tan agradable que tenía el perfume, ella y Emma intentando hacer una navidad digna de las revistas o de las películas que veían los viernes en el departamento, la vez que pusieron las luces de en ese árbol que encontraron en descuento pues era negro y a nadie le gustaba un árbol negro en navidad, cuando fueron a comprar los ingredientes para la cena, y cuando por mala suerte todo salió mal y decidieron salir a pasar la navidad en casa del novio de Emma y sus amigos, y al día siguiente los regalos, flora le había regalado una entrada a una obra que se iba a presentar en el teatro más grande de la ciudad, y Emma le regalo ese perfume, que fue el regalo perfecto pues era el que la abuela de Flora ocupaba cuando aún estaba viva.

El contraste entre su vida antes y su vida ahora era angustiante, aun cuando Flora y Emma pasaron todo el día de ayer juntas, el ambiente entre ellas se sentía extraño, distante, Flora temía que esto hiciera que se separaran para toda la vida, pero con el perfume en sus manos, sabía que su amistad no iba a ser fácil de quebrar, pues Flora amaba a Emma y Emma amaba a Flora. Después de casi 20 minutos en el baño bajo a la sala pues iba en busca de su bufanda, pero al llegar al último escalón recordó lo que Emma le había dicho unas horas antes.

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