[𝘕𝘰𝘰𝘯𝘢, 𝘛𝘦 𝘈𝘮𝘰] <𝘑𝘶𝘯𝘨𝘒𝘰𝘰𝘬>

26

Un año había pasado, el dolor se esfumó tan cual primavera llega después de invierno, ahora el maknae tenía 19 años, y BTS había regresado con un nuevo álbum y la estaban rompiendo a niveles mundiales. El nuevo look de Jungkook con cabello rojo le quedaba demasiado bien, y su cuerpo tonificado debido a los ejercicios que hizo le hacían ver el doble de bien.

Su relación amorosa no podía estar mejor, incluso habían decidido empezar a vivir juntos, cosa que fue idea del menor. Sunhee ya no trabajaba con Jiyong, y su tonta idea de acabar con Jungkook, o de estafar a la familia lejana de Sunhee fue un total fracaso. Al final Sunhee ni siquiera estaba interesada en eso y renunció a su herencia.

Los miembros molestaban constantemente a la pareja, pero los celos del menor se volvían cada vez mayores, sobre todo ahora que su relación se hizo pública y todos decían lo Bonita que ella era. Pero nada fuera de lo común, eran celos lindos y tiernos, que hacían que la mayor se muriera de ternura.

Casa de Sunhee y Jungkook.  9:45 p.m.

- ¡JEON JUNGKOOK! BAJA AHORA MISMO. - llamó la mayor dando gritos.

El menor se asustó, ella había llamado su nombre completo, algo había pasado y seguro no le había llamado para darle besitos. Este salió de la habitación que compartían y bajó de forma lenta las escaleras, temiendo por su vida.

- Dime amor de mi vida, sol de mis mañanas. - Respondió él intentando calmarle, aunque ni siquiera supiera porque estaba molesta o si lo estaba.

- Ven acá. - Dijo Sunhee parada en la cocina frente a la nevera que se encontraba abierta.

Jungkook llegó a la cocina y la chica tenía sus brazos en jarra aguantando su cintura mientras levantaba una ceja y fruncía el ceño. Caminó hasta ella y se posó a su lado.

- ¿Sí?. - Dijo sintiéndose pequeño, él podía medir casi dos metros, pero aquella pequeña mujer podía hacerlo sentir un pequeño gatito indefenso.

- ¿Qué dijimos sobre la comida de cada cuál?. - Le miró sonriendo forzadamente.

- Que preguntemos si se puede coger antes de comerla. - Respondió recordando las mil y una normas que había puesto Sunhee cuando Jungkook se mudó con ella.

- ¡Exacto!, ¿Dónde está mi leche de plátano?. - Preguntó ahora relajando su cuerpo y poniendo un puchero mientras miraba triste la nevera.

Jungkook río y acarició sus cabellos.

- Pero amor, esa leche de plátano no dijiste que era tuya, ¿recuerdas que compramos varias cuando hicimos las compras?.

Un bombillo se encendió en el cerebro de Sunhee, recordando claramente que cualquiera podía tomar esa deliciosa bebida. Otro puchero llegó a sus labios, ella realmente apetecía eso.

- Lo siento, pensé que era mía. - Se disculpó abrazándose al menor. - ¡Pero yo quiero leche de plátano!.

Se quejó como niña pequeña, Jungkook rió de nuevo y ya se encontraba abrazandola y cubriéndola por completo, seguro estaba en sus días.

- ¿Revisaste en la alacena?, o en tú bolsa, allí siempre traes una. - Ella asintió restregando su rostro en el cuello ageno. - Entonces.... ¿Quieres que veamos alguna película?, podemos abrazarnos así, y comer nutella hasta que nos duela el estómago. - Dijo como si estuviera hablándole a una niña de 5 años, lo cuál funcionó.

Ella asintió animada, y corrió a la habitación para buscar algo interesante para ver, el ahora pelirrojo caminó hasta  la nevera, y tomó el pote de nutella y dos cucharas, y también algunas galletas por si le apetecían. Escuchó su nombre ser llamado y subió rápido las escaleras para adentrarse a su habitación, ya la hice estaba acostada con el mando en sus manos.

- ¡Ven qué ya va a empezar y quiero nutella!. - Apuró al menor.

- ¿A la nutella? ¡Y yo qué!.

Nomás el chico tocó la cama, ya Sunhee estaba acomodándose entre sus piernas y poniendo su cabeza en su pecho. Se giró un poco, y presionó sus labios con los contrarios.

- A tí te amo. - Contestó riéndose volviendo a su posición inicial.

Jungkook la abrazó.

- ¿Y qué estamos viendo?.

- ¡BARBIE Y EL CASTILLO DE DIAMANTES!.

- OTRA VEZ NO.

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Algo lindo jajajajajajajaja, /cosas que no me pasan.