Resident Evil VIII (VILLAGE)

Capitulo 14: El duque

Pueblo: Resident Evil VIII

Capítulo catorce: El duque

Una gran nube pasó lentamente frente al sol, dando a todo en la base un breve descanso del brutal calor del verano de este año, ya que ni siquiera el interior de un apartamento con aire acondicionado y las persianas cerradas era suficiente para enfriar realmente las cosas. Al menos ahora el resplandor que entraba por las ventanas se había reducido lo suficiente como para que Ethan pudiera ver lo que había en la pantalla del televisor, aunque todavía era difícil escucharlo porque los ventiladores soplaban directamente sobre él desde la mesa de café, y la unidad de aire acondicionado en la otra ventana no estaba exactamente en silencio. Sin embargo, por más miserable que fuera este calor, ver a Zoe con su ropa de verano más pequeña y ajustada valió la pena.

"Aw, ¿te estás derritiendo en un charco por aquí, chico de ciudad?" Preguntó, dejando dos vasos llenos sobre la mesa mientras se unía a él en el sofá. "Bueno, no te preocupes por nada; dos sorbos de la limonada especial de mi mamá, y estarás buscando un suéter".

Ethan estaba un poco escéptico sobre esa afirmación, ya que casi todo lo que Zoe sabía hacer era picante hasta el punto del dolor, y el líquido amarillo dentro de su vaso solo tenía un cubo de hielo. Oh, bueno, tenía sed, y cualquier cosa era mejor que tener la garganta seca, así que Ethan tomó el vaso y tomó un sorbo, solo para jadear por los efectos. A pesar de que el vaso no estaba frío al tacto, una ola de frío ahora le recorría todo el cuerpo, dejando la parte de atrás de su garganta sintiéndose como si acabara de tomar uno de esos grandes tragos granizados de 7-Eleven . Zoe se rió de él, sorbiendo casualmente su propia bebida mientras él tosía y trataba de calentar la parte posterior de la garganta exhalando, pero Ethan seguía enfriándose y ahora él también se sentía adolorido.

"¡Hora del desayuno!" De repente sonó una nueva voz. "¡Ven a buscarlo, Ethan!"

Zoe y el pequeño apartamento en esa base habían desaparecido ahora, reemplazados por el viento frío y nevado de Rumania y el terreno rocoso cuando el forastero abrió los ojos. La luz del sol estaba sobre él, a pesar de que el cielo estaba completamente cubierto de nubes de color gris claro, y estaba nevando mucho más ahora que cuando Ethan llegó por primera vez a la aldea. Espera un segundo, ¿cómo había regresado a la aldea? Esta área era un pequeño claro entre algunas de las cabañas vacías que había visto antes y un muro de piedra muy bien hecho en el otro lado, pero fue lo que estaba inmediatamente a su alrededor lo que causó la mayor confusión.

Una fogata se apagaba a la izquierda, lo que hacía que un lado del cuerpo del forastero se sintiera realmente cálido, y la gran alfombra marrón del patio era mejor que acostarse sobre rocas cubiertas de nieve, pero luego Ethan gritó en voz alta de sorpresa cuando algo cálido y húmedo estaba arrastrado por un lado de su cara. El dolor en su cuerpo hizo que se volviera a caer en medio de un intento de sentarse, lo que le permitió mirar hacia arriba y ver un rostro grande con grandes dientes acercándose para... ¿lamer el costado de su rostro de nuevo? No fue hasta que esa lengua se arrastró por su cara de nuevo que el forastero pudo sentarse y ver que había un caballo parado allí.

El gran animal de color marrón resopló, dejando escapar un poco de aliento visible antes de girar la cabeza para comenzar a masticar la rama de un pino cercano, y ahora Ethan vio que el animal estaba enganchado a un gran carro cubierto, como algo salido de la vieja. dias. Se instalaron otras cosas alrededor del área, como una tetera colgante y algunas cajas de madera con etiquetas que no podía leer, junto con una silla muy grande al otro lado de la fogata ... con un hombre realmente grande sentado abajo en él. No era tan alto como esa mujer de la iglesia, pero el hombre era tan obeso que su estómago colgaba hasta la parte inferior de lo que podría haber sido una bonita camisa abotonada.