Depresión.

Capítulo 22. En un nuevo lugar.

Estaba en mi habitación, pensando en muchas cosas, pero se interrumpieron mis pensamientos cuando una chica entro, tenia el pelo rubio, ojos grandes y azules, era muy blanca, sus labios eran gruesos pero no tenían mucho color y era de estatura baja.
-Me llamo Christian.
Me quede en silencio, no quería hablar con nadie, la ignore por completo, no es porque sea mamona o desagradable como las otras chicas de mi escuela, pero simplemente no me gustaba convivir o conocer a otras personas.
-¿Por qué no hablas?
Su presencia me estaba incomodando muchísimo, no quería hablar, ni conocer mucho menos tratar a otra persona, tuve un mal día, estaba ENOJADA, no quería saber nada de nadie, así que me harto demasiado su presencia aunque apenas llevaba 2 minutos ahí.
-¿Te comió la lengua el gato?- comenzó a reírse.
-Es el chiste más gastado y mas barato que he escuchado en mi jodida vida.
-Comenzó a reírse- Bueno, al menos sé que está jodida tu vida y ¿por qué?
-No es de tu interés.
-Lo es.
-Eres tan desesperante.
-¿Por qué lo dices?
-¡TUVE UN PÉSIMO Y ASQUEROSO DÍA, ME TRAJERON AQUI POR INTENTO DE SUICIDIO, MI NOVIO SE SUICIDÓ Y YO SOLO QUIERO VERLO DE NUEVO ¿YA? ¿FELIZ? AHORA LO SABES, YA PUEDES LARGARTE!
Se quedo con la boca abierta, sabia que no se iría y mis lágrimas comenzaron a salir, salí corriendo, corrí a lo estúpido y llegue a un balcón, me senté y comencé a llorar, agarre mi cabeza, me estallaba, esta desesperada, triste, enojada, frustrada...
Sentí una mano en mi hombro, era ella, no podía soportarlo, ¡¿QUÉ ES LO QUE BUSCA?!
-¡¿QUÉ QUIERES DE MI?!- comencé a llorar.
-Verónica Gray, tienes 16 años, en un mes cumples 17, tu novio era Taylor, un chico que se suicidó cortándose las venas, su madre es Fryda y sus padres se divorciaron- hizo una mueca.
-¿Quién eres?- estaba asustada, mi voz se quebraba.
-Soy Christian, eso es lo que dice mi acta de nacimiento.- comenzó a reírse.
Me levante y corrí, ella está completamente loca. Me agarro la mano.
-¡SUÉLTAME! ¡ESTÁS COMPLETAMENTE LOCA!
Llego una enfermera, Christian estaba paralizada, sus ojos de llenaban de lágrimas.
-No lo estoy, no...
-Ven Christian, vamos a tu habitación- dijo la enfermera mientras la tomaba del brazo y se la llevaba a su habitación.
-¡NO! ¡ELLA NO SABE LO QUE DICE! ¡YO NO ESTOY LOCA, NO LO ESTOY!
-Cálmate Christian, ¡ayuda!
Llego otra enfermera con un calmante, se lo aplico y Christian dijo en voz baja
-No lo estoy, no lo estoy...
Fui a mi habitación, ¿qué demonios dice?, ¿quién es?, ¿por qué sabe tanto de Taylor?
Llego una enfermera y me dio la ropa que de ahora en adelante tenia que usar.
-¿Está bien señorita?
Fue lo último que escuche y caí al suelo.
Desperté en una camilla, olía demasiado a alcohol, odio con la vida ese olor, me senté, me estalla la cabeza, quisiera arrancarmela.
Entro una enfermera.
-¿Dónde estoy?- dije mientras ponía mis manos en la cabeza, no aguantaba el jodido dolor. No me respondía, estaba tan desesperada y enojada.
-¡¿DÓNDE JODIDOS ESTOY!?-Oh no, el dolor de se volvía más fuerte. Comencé a gritar no aguantaba, me tire al suelo, me arrodille mientras ponía mi cabeza en el suelo y apretaba mi cráneo.
-¡MI CABEZA ME ESTÁ ARDIENDO! ¡QUITENMELA!
Llego una doctora y me levanto con ayuda de dos enfermeros.
Comenzó a decir nombres de medicamentos, y saco una inyección, oh no, detesto las inyecciones, me inyecto duele, pero no mas que mi jodida cabeza, poco a poco se me quito el dolor y me iba sumergiendo en un jodido sueño.
-Estarás bien- dijo la doctora. Poco a poco fui cerrando los ojos y caí en un asqueroso sueño.