Estaba terminando de llorar cuando comencé a sentir náuseas, me mareé, tuve que sostenerme de la puerta del sanitario para no caer »respira Verónica, inhala y exhala« así lo hice por dos minutos y comencé a sentirme mejor. Salí del sanitario y fui al lavamanos y me moje la cara, me mire al espejo »vamos Verónica, eres fuerte, puedes seguir con esto, solo sécate la cara, sal y sonríe, lucha por éste bebé« me toqué el vientre, él o ella era la razón para que yo siguiera viva y para que luchara día a día. Me sequé la cara y salí. Apenas había dado dos pasos cuando me tomaron el brazo, volteé para ver quién era, por un momento creí que era Sebastián pero no era él, era Fryda, tenia ojeras horribles, daba la impresión de que no se había bañado durante días, su pelo estaba enredado y alborotado, su ropa deportiva estaba sucia y sudada, sus ojos me miraban fijamente, sentí que un escalofrío recorría todo mi cuerpo, de pronto sonrío, esa sonrisa no transmitía nada bueno. Me comenzó a arder el brazo, sentía que me lo iba a arrancar.
-Verónica- dijo murmurando- sé que estás embarazada de mi hijo Taylor.
-Suéltame-le dije casi implorando. Me jaló y me apretó el brazo mas fuerte.
-¿Cuántos meses tienes?- quiso tocar mi vientre, la empuje con todas mis fuerzas y ella retrocedió 3 pasos soltandome.Comencé a correr, a fuera había una multitud de personas para irse a casa, me paré en seco buscando a mi mamá, ahí estaba su auto, baje corriendo las escaleras, se escucho como abrieron la puerta de un golpe, no necesitaba voltear sabia que era ella. Corrí tanto como pude, los pulmones me ardían. Abrí la puerta del auto y la cerré y está hizo un ruido muy fuerte.
-¿Verónica qué te pasa?- preguntó mi madre alarmada. Volteé a la ventana viendo hacia fuera, estaba a dos minutos de nosotras si venia corriendo.
-¡Arranca!- grite alarmada.
Mi mamá arranco disparada. -¿Me vas a decir qué está ocurriendo?
-No vayas directo a casa.
-Sea lo que sea que te esté espantando me está comenzando a espantar a mi. Tendrás que explicarme que está pasando llegando a casa.
Me alcé la sudadera para revisar mi brazo y tenia sus dedos remarcados en mi. Me temblaban las manos y las piernas, me temblaban tanto que creí que me seria imposible pararme de nuevo.
Llegamos y volteé para todos lados para ver si ella estaba ahí, nada.
Entre corriendo, subí a mi habitación y revisé desde la ventana, nada.
-Verónica, ¿qué está pasando?-pregunto mi madre alarmada, baje corriendo a ponerle seguro a la puerta, a las ventanas a todo lo que pudiera.
-¡Mamá! ¡Ponle seguro a las ventanas de arriba y activa la alarma!
Después de tres minutos mi mamá bajo, me miro esperando una explicación.
-Ha ido la madre de Taylor-mi voz temblaba-la señora al parecer está loca y me ha tomado del brazo muy fuerte queriendo tocar mi vientre.
-Esa señora no se te volverá a acercar, mira nada mas tu brazo.
Me acosté en el sillón viendo una película, pero no le ponía atención, mi cabeza ponía imágenes sobre lo que había ocurrido hoy tan solo de recordarlo la piel de me ponía de gallina. Me comenzó a doler la cabeza, me paré y me fui a tomar las pastillas que me habían dado en el centro de ayuda. Se me comenzó a calmar, por ahora. Me volví a acostar en el sillón. Me empezaron a sacudir de los hombros y me desperté.
-Verónica, no he acabado contigo.- comencé a sudar.
-¡Mamá! ¡Ayúdenme! ¡Socorro!- sentía que la garganta me sangrara.
-¿Quieres a tu madre?- sonrío y señaló a la cocina, mi mamá estaba colgada. Comencé a llorar. Saco un cuchillo y me lo paso por el estómago.
-He venido por lo que es mio.
-Aún faltan meses.-dije tratando de hacerla reaccionar y que me soltará.
-No, es suficiente con 7 meses.- sonrío.
Le di una patada en la cara y comencé a correr al piso de arriba, me tomo del pie y caí hasta el piso de abajo junto con ella, el cuchillo estaba a 8 centímetros de mi, comencé a arrastrarme hasta el pero Fryda se paro y lo tomo primero, intenté pararme pero me pesaban las piernas, se me escapo un chillido.
-Dejame ir, por favor.- ella negó con la cabeza mirando fijamente mi estomago.- apuesto que a Taylor no le hubiera gustado eso.
-Cállate, ¡tú no sabes lo que hubiera querido Taylor!- se levanto y me amarro los pies, después las manos, intente defenderme pero me pesaba todo.- a terminar lo que comencé.- me clavo el cuchillo en el vientre, comencé a gritar, me dolió mucho, comenzó a subir el cuchillo y mientras mas lo subía más gritaba de dolor, termino y comenzó a sacarme al bebé, comencé a ver borroso, no podía moverme.- míralo, ¿no es hermoso? Vas a morir desangrada.- después dijo algo pero los chillidos del bebé no dejaron que escuchará, se levantó y se fue.
-Verónica, hija.- grité me levante toda alarmada, me toque el vientre, aun tenia a mi bebé, todo había sido un sueño.- tranquila hija, estás bien. Solo quería avisarte que Víctor ya viene con la cena.
Asentí y me seque la frente con el dorso de la mano, me senté recordando el sueño, ¿había sido un sueño o una advertencia? Ella dijo 7 meses, yo apenas voy a cumplir 5. Sentí un escalofrío y trate de dejar de pensar en eso.
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Depresión.
Teen FictionVerónica Gray, una chica de 16 años que quiere morir, tiene una depresión desde hace años, y con el pasar de los años se da cuenta que es una suicida. Ahora tiene que tomar la decisión de morir o de vivir.