Capítulo 25.

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-Verónica, hija, despierta-me desperté de golpe.- Baja, ya vamos con la ginecóloga.
Me baje del auto, estaba nerviosa.
-Hola Verónica, me llamo Alondra.
-Hola.
-He sido la ginecóloga de tu mamá, es normal que estés nerviosa, pero tranquila, solo haremos un chequeo para ver si tu bebé está bien, sí está saludable. Te diré que es un milagro que tu bebé esté vivo después de que tomaste esas pastillas.- volteé a ver a mi mamá, ¿por qué lo tiene que estar diciendo?- ¿bien?
-Bien.
Después de mucho tiempo ahí llegamos a la parte más esperada, él ultrasonido, quería ver a mi bebé, me puso un gel en el estomago, estaba frío. En la pantalla o cómo se le diga apareció, mi bebé apareció, era tan pequeño, y comencé a llorar al igual que mi madre.
-El bebé está bien, felicidades Verónica.
Mi mamá dio las gracias y nos metimos al carro.
-¿Cómo está?- pregunto Víctor, me sentía incomoda, era normal, no lo conocía bien, no respondí.
-Muy bien mi amor, es hermoso- respondió mi madre.
Llegamos a la casa, era muy grande por fuera, tenia una patio muy bonito, entre y la cocina era demasiado grande, al igual que la sala, todo color café con blanco, subí las escaleras, eran infinitas las malditas escaleras, mi madre subió corriendo.
-¿Quieres ver tu cuarto, Vero... Verónica?
-Amm, sí.
Abrió la puerta, estaba muy grande, había una cama matrimonial, un sillón, una pantalla, una cama individual pegada a la pared donde estaba la ventana y dos lámparas, era perfecto el cuarto, era color morado con lila.
-Víctor y yo nos hemos pasado arreglando tu cuarto, espero y te guste- dijo entusiasmada.
-Está hermoso, gracias.
-Bueno, ya me voy, te quiero Verónica.- cerro la puerta.
Me acosté en la cama matrimonial, prendí la tele y me pase viendo toda la tarde "Bones", ame la parte donde "huesos" estaba embarazada, como que me entendía, solo que ella tenia al padre de su hija, yo no...
Pero viviría y lucharía día a día por esté bebé.
-Verónica, Verónica- dijo mi madre.
-¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?!- dije asustada.
-Nada, tranquila, tranquila, no puedes alterarte.
-Si, ya sé. Bueno.- respire profundo- ¿qué pasa?
-Vamos a cenar, hay comida China o pizza o hamburguesa o lo que quieras.
-Está bien las tres cosas.- comenzó a reírse.
-Ay hija, el embarazo hace que tengas mas hambre.- me reí- ¿puedo hacerte una pregunta?
Asentí con la cabeza.
-¿Su papá es Taylor?
Asentí la cabeza y comenzaron a salir mis lágrimas, me abrazó.
-Lo siento mucho hija, en serio, lo siento.
Yo seguía llorando.
-Tranquila. Hija tienes que ser fuerte por ese bebé, es un milagro, tienes que ser fuerte, yo sé que puedes confío en ti, eres fuerte, él o ella te necesita.
Me limpié las lágrimas con mi suéter. Asentí con la cabeza.
-Vamos a comer- me tomo la mano y bajamos a comer.
Víctor era muy gracioso, hace mucho que no reía a carcajadas. Lo había confirmado él era un buen hombre. Comí como si no hubiese un mañana, después salí al patio trasero, habían unos columpios, amo columpiarme, me sentía libre, me sentía bien.
Ya estaba cansada, así que me fui a dormir.
-¿Taylor? ¡Taylor!
-¡Verónica!
Lo abracé y lo bese
-¡¿Qué haces aquí?!
-Te amo Verónica, nunca lo olvides.
-Yo también, ¡estás vivo!
-Cuidarás de nuestro bebé, te amo.- me dio un beso y desapareció.
-Verónica.- me levante sudando.
-Vamos, tenemos un día muy pesado-todo había sido un sueño.

Depresión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora