"---¿Tu crees en el destino?--- pregunto ___ ---no lo sé, ¿y tú?--- contesto casi de inmediato en pelirrojo ---si, yo si creo en el destino--- el pelirrojo se sorprendió un poco por la respuesta tan rápida y segura de su amiga ---¿hay algo que te ha...
—¿¡Sabito-San!?— dijo Tanjiro sorprendido —si, ¿lo conoces?— reíste y negaste —ya estoy imaginando cosas, de seguro hay alguien con el mismo nombre entre tus conocidos ¿no?— Tanjiro asintió —¿Podría contarnos sobre su aspecto?— preguntó el pelirrojo, tú asentíste.
—Era muy guapo, sus ojos eran morados y su pelo naranja, una sonrisa muy bonita y... bueno es todo— reíste nerviosa, Tanjiro asintió lentamente, aún sin comprender las similitudes de las personas —¿pondría seguir su historia ___-san?—
—Claro ¿En dónde me quedé?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Mi nombre es ___— al chico pareció no importarle, porque solo me ignoró y se dirigió al señor Urokodaki
—Viejo ya rompí todas las piedras ¿Ya pasé?— el señor Urokodaki negó con una risa —No estás ni cerca de pasar, Sabito y primero deberías presentarte correctamente—
El niño respondió con un "tsk" y luego me volteó a ver —Soy Sabito— regresó su mirada al señor Urokodaki —¿Por qué la trajo?—
De inmediato lo miré mal —¡Oye! Yo entiendo que seamos extraños, pero eso no te da derecho a tratarme así—
—No estoy hablando contigo niña— Iba a responderle, pero el señor Urokodaki tomó la palabra —A partir de ahora, ____ entrenará contigo, por el momento tu solo te mantendrás en forma, al menos hasta que ____ termine la primera etapa del entrenamiento, así los dos avanzarán a la segunda—
Sabito inhaló mucho aire y grito un —¿¡Hay más etapas!?—
...
Ese mismo día empecé con mi entrenamiento, el señor Urokodaki me indicó que árbol cortar y me dió un hacha. No es por presumir pero era muy buena cortando troncos.
Lo siguiente que hice fue subir el tronco a la montaña, creo que ésto fue una de las cosas más difíciles, no tenía la fuerza para aguantar el tronco, así que cada vez que no lo aguantaba, el tronco rodaba hacia abajo y tenía que empezar de nuevo.
Cuando finalmente logré subir el tronco, el señor Urokodaki me dijo que debía lijarlo, esto también tardó demasiado. Pero tras cuatro largos meses, hice una katana de madera... Las más fea que se puedan imaginar, pero lo logré.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.