Era muy temprano, demasiado incluso para el Todoroki menor. Pero no pudo dormir para nada, mezclado a la costumbre debido a la antigua rutina de las pasantías, ahí lo tenías, vestido y aseado. Miró con algo de curiosidad su teléfono celular, preguntándose si lo de hace unas semanas era un sueño. Aún creía que era un sueño.
Y ahí estaba el dichoso mensaje de su padre. Deseándole un buen día.
Shōto se sentía extraño. Aún no respondía a ninguno de ellos. No quería hacerlo, era incómodo decirle algo después de dejarlo en visto en más de una ocasión. Incluso cuando iba a casa los fines de semana, trataba de no verlo por lo mismo. Lo bueno era que el de pelos rojizos no insistía. Y tampoco lo obligaba a entrenar como en el pasado, pero, ahí estaba esa sensación nueva que lo seguía cada vez que la mención de Enji aparecía ante sus ojos.
Por eso prefería creer que era un sueño extraño. Porque aún no asocia la imagen de su padre, el viejo Enji Todoroki, con esa persona que se toma la molestia de saludar por las mañanas y preguntarle de su día por las noches.
Es curioso, porque solo eso es lo único que separa de su ahora normalidad.
(。☬。)
Una cosa que se dió cuenta, era que Bakugō, incluso antes de las pasantías, solía despertarse muy temprano. Fue por casualidad, así como el evento de las galletas, solo que salió de un comentario de Kirishima, el otro que también agarró esa costumbre. Aún no entendía cómo tenían las energías suficientes como para mantener una charla fluida, ignorando los insultos del rubio, sin un bostezo de por medio. Y Shōto, solo por ver ese rostro tan calmado y apacible por las mañanas, era capaz soportar el sueño que tenía consigo.
Otra cosa, y que solo Todoroki- y el pelirrojo del quirk de endurecimiento, por desgracia- sabía, era que Katsuki tenía la costumbre de hacerse el desayuno. Y, quizás por las horas y su estado de humor, accedía a prepararles también a ellos. Siempre que no lo hiciese molestar, podía gozar del privilegio que era probar la comida de Bakugō; lo hacía feliz de cierta forma.
Aún es incrédulo sobre la facilidad en la que Katsuki lo hacía sentirse dichoso con solo poner un plato en la mesa
Obviando el hecho de que casi le rogaba de rodillas solo por obtener un mísero plato de sándwiches, lo único que preparó ese día en el que reunió valor como para pedirle ese favor. Con apoyo de Kirishima, claro.
Era un deleite caminar hacia la cocina y escuchar un tarareo suave junto al olor de la comida siendo preparada por tal hábiles manos. Incluso mejor era verlo en acción, la presencia del tercero era incluso soportable. Con el respeto que se merecía Kirishima, claro. Pero si le preguntaran a Shōto, preferiría ser solo él y Katsuki, siendo el único espectador del rubio de ojos rubíes.
A veces se pregunta si eso es demasiado egoísta viniendo de alguien que ni siquiera le llega a los talones a la fuerte amistad entre los de ojos rojizos, o porqué se siente así para empezar. Pero antes de llegar a una respuesta, siempre es interrumpido por el cálido ambiente que lo invita a solo cerrar los ojos y entrar.
El olor que inundaba la cocina era dulce. Eso era nuevo.
Sus mejillas se colorearon ante la intriga. Algo que también aprendió con la ligera compañía del rubio era que este no hacía dulces muy a menudo, de hecho, era algo insólito. Agradeció mentalmente no haberse quedado dormido por la falta de sueño antes de pisar el umbral, encontrándose con las miradas rojizas saludándole.
-¡Todobro! Ya tardabas, ¿ocurrió algo?
-Tch.
Ignorando la pregunta de Kirishima, se sentó lo más cerca de la estufa (y por consiguiente, de Bakugō) que se podía permitir sin ser explotado en el proceso. ¿Ese 'tch' era bueno no? Es decir, usualmente lo mandaba a la mierda ni bien lo veía pasar por ahí. Shōto juraba que leer a Bakugō es tan complicado que intuye nunca podrá entender en su totalidad. Le molestaba eso, de nuevo, comparándose con el chico de pelo rojo. Porque el mejor amigo de Katsuki miraba esos rubíes como si no hubiese un candado en ellos.
-¿Puedo probarlos?- ignorando sus propios sentimientos, aquellos que se aglomeran de forma tosca por su mente, se dirige al rubio- Se ven muy bien.
-¡Claro que se ven muy bien! ¡Mi bro es el mejor cocinero que hay!
-¡Cállate, Eijirō!- escupe el rubio- Y no, te aguantas como buen niño hasta que termine o no te daré ni un mísero bocado, helado de fresa.
Todoroki notó, para su molestia, que Katsuki se había avergonzado por el halago de Kirishima, como siempre. Injusto.
-Ya estoy cierto muy amable con darte de probar un poco... Créeme que si fueras otro imbécil, como Deku, te hubiese mandado a la mierda...- murmuró, lo suficientemente audible para que solo el de ojos bicolor pudiese escucharlo. ¿A qué se debía el énfasis a Midoriya?
Oh bueno, sabía de la rivalidad entre ellos dos, a lo mejor era por eso.
De nuevo, estaba tan absorto en sus pensamientos que ignoró a los dos chicos que charlaban de cosas sin importancia, diciendo 'si, por supuesto' o 'ajá' (este solo si Kirishima era el que hablaba) si se dirigían a él. El olor a dulce se había intensificado, pero se sentía algo ajeno a ello ahora.
Bakugō y Kirishima parecen pareja, ¿no?
-Hey, bastardo- le habló Katsuki, quería creer que ese tono amable no lo había imaginado-. Apura y come, se va a enfriar. Luego no te quiero ver llorando.
-¡Fuah, son muchos! ¡Blasty, eres el mejor!
-Como sea, come y no me jodas. Lo que hago por ustedes, idiotas...
Todoroki miró por inercia el plato de Kirishima. Eran panqueques con miel. Pero, si lo comparaba con el del propio Katsuki, y luego al suyo, le parecía que el de Kirishima tenía más que su propia porción.
Tenía esa incomodidad en su estómago, esa que te hace ser un idiota por sentirte así por cosas tan banales. Por supuesto que Kirishima tendría favoritismo, ¿quien se creía él para compararse?
Aún así, su pesimismo se disipó al primer bocado. El sabor de los panqueques era algo que lo hacía ir a las nubes por lo esponjosos y suaves que eran. Su nuevo postre favorito junto a esas galletas que probó de Katsuki semanas atrás.
Ignoró la mirada del de pelo rojizo, sonriendo de oreja a oreja al único platillo con panqueques rellenos de chocolate que Todoroki degustaba, a sus ojos, como un niño probando un postre nuevo. Luego, se dirige a su mejor amigo, quien estaba mirando para nada disimulado al de hebras bicolor comer con una expresión relajada y con una ligera sonrisa. Katsuki lo siente, y Kirishima ahora lo observa, cómplice.
"Dices algo y te mato" pudo decir entre miradas, con bochorno, para luego regresar a contemplar al bicolor.
Si que eran bastante idiotas, como diría Mina.
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SHŌTO CELOSO AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAaa
Pidieron más interacciones de la pareja estrella de este fanfic, pero no dijeron como lo querían ah
Nada más que decir, salvo que este capítulo por practicidad fue partido en 2, así que y a lo mejor la siguiente parte sale antes de la próxima semana✨
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Father and son
FanfictionDonde Todoroki Enji se traga su orgullo para pedirle ayuda a Bakugo, y este a su vez termina entrometiéndose en la vida de Shōto sin darse cuenta. Todobaku