Mᴀʀᴇᴀ Rᴏᴊᴀ. ❛𝘙𝘢𝘯 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪.❜

14 ; 𝑞𝑢𝑖𝑒́𝑛 𝑠𝑜𝑦.

Ambos estábamos en silencio, hasta acabar nuestros alimentos. Suspiré pesadamente.

—Mira que, si vas a estar así de serio, mejor vete. — hablé sería recogiendo la basura.

—No estoy serio. — hablo seco.

—Si claro. — rodé los ojos.

Ran dejo salir unas risitas.

—Bien ya me calmo.

—Ran, tengo que aclarar un asunto que no te dije hace rato. — cambie el tema, pasaba saliva mientras recogía nuestra basura.

—¿A si, y que es? — pregunto curioso ayudándome.

—Es la primera en enterarse, y esto me causa nervios. — carcajeo, mis manos temblaban.

—Me da risa que te estés riendo, ¿De qué se trata o qué? — tomo una pausa, después de unos segundos asustado me miró—. ¡Eres donadora de órganos! En la madre, ¿En qué me he metido? Señor Dios, por favor sálvame.

—¿Qué carajos? ¡Ran! Idiota eso no es lo que iba a decir. — rodé los ojos.

—¿No? Y, ¿Entonces?

—Ran, cuando tenía 6 años... Al grano, soy adoptada. — respondí en alto con las mejillas incendiadas.

Ran no respondió, sin embargo, se escuchó su respiración tranquila y unas risitas.

—Lo sé, tus rasgos no son tan japoneses como los de tu "mamá". Toda tu es diferente y me encantas.

—Tenía miedo de decirlo... — pause mis palabras—. ¿Acabas de... Decir... ¿Que yo? — me señale—. Yo Sydney, está de aquí... La que tienes enfrente... A la que te hizo pasar pena y risas...

—Mucho texto, si tú. ¿Quién más tonta? — giro los ojos dejándose caer en el respaldo del sillón.

—A ver, a mí me hablas bonito si no lloro y me enojo.

—Perdón, mi linda Sydney. Si tú. — tomo mi mano dando suaves caricias—. Tú me gustas Sydney.

—¡Ay, por dios! — chille apretando sus manos—. ¡Le gusto a un pandillero!

Mi emoción era tanta, que agarre a Ran de los hombros empezando a sacudirlo.

Le baje dos rayitas a mi volumen, intentando calmarme, pero era imposible. Su noticia me hacía mucha emoción. Fije mi mirada en sus ojos, esos lindos ojos color lila que de alguna manera me veía reflejada por su brillo tan lindo.

Quite su mano de la mía, Ran estaba quieto, observando, analizando cada movimiento mío, no se veía enojado, ni con esas miradas de aburrimiento, se veía con más curiosidad.

Mientras me observaba, yo viajaba con mi mano delineando por encima de su ropa su torso, su pecho, hasta llegar a sus clavículas.

—¿Qué intentas hacer? — preguntó en voz tranquila, calmada, hablándome en susurro.

No conteste, seguí mi camino, y con ambas manos lo tome con delicadeza y con cuidado tome sus mejillas. Sobe estás mientras sonreía. También me gustas, Ran.

Ran, dejó caer su cabeza al lado izquierdo, esperando más caricias, cerro sus ojos disfrutando de mi toque. Con mis pulgares, baje a sus labios rojos y finos, delinee sus comisuras, y luego sus labios.

Él abrió sus ojos suavemente, beso mis dedos haciendo que tuviera un sonrojo.

Tomo mis manos, acaricio con suma suavidad mi dorso, llevando estás a sus labios, dando suaves besos.

Lo mire atenta.

—Ran.

Llame su nombre, el respondió con un: "¿Mmm"? Mirándome serio a los ojos.

—También me gustas Ran. — con tranquilidad y sinceridad le dije.

∘◦❁ ʀᴀɴ ❁◦∘

—También me gustas Ran.

Para mis movimientos, sin apartar sus manos de las mías, la miraba, viendo si mentía en sus palabras.

—¿Lo dices en serio? ¿No estás bromeando con mis sentimientos? — pregunto haciéndome el gracioso.

—Ran, por favor, no arruines el momento. — pidió poniendo una mano en mi boca—. Si Ran, me gustas de verdad.

Al diablo, tengo que hacerlo. Mire sus labios, rojos y lindos, se verán bien pegados a los míos.

Sin previo aviso, tome sus mejillas atrayéndola a mí, besando sus labios, tenían una perfecta sincronía, moviéndose al compás de los míos. Encajan a la perfección.

—Eso fue... Inesperado. — dijo en susurro pegando su frente a la mía.

—¿Inesperado? Sabes, yo pensaba que solo ocurría en las películas, ya sabes, esos besos que dicen que son mágicos, fugaces, y llenos de amor. Pensaba que era basura.

—Ran, calla. — dijo en pequeñas risas.

—Pero. — dije más serio—. Estaba equivocado, creía que si besaba a alguna chica iba a suceder, pero muchas lo veían en doble sentido. Hoy, Sydney me enseñaste que es diferente, porque te quiero. Te quiero de verdad Sydney.

—Ran, ehmm, yo... — bajo más su cabeza.

—No es necesario que digas nada. — tomé sus mejillas alzando su mirada, besé tiernamente su frente mientras le sonreía.

—¿Eso quiere decir que me prestarás tus sudaderas, harás sopa, me cuidarás mientras tenga la marea roja y muchas cosas más? — pregunto con un hermoso brillo en sus ojos.

—Claro que sí, también añadiendo los condones, antes de que mi hermano los use todos.

—Ran. — se quejó golpeando mi hombro entre risas.

—Es broma... — reí—. Pero si quieres no es broma. — alcé mis cejas seduciéndola.

—Eres un tonto. — negó sin quitar su sonrisa.

—Pero, ahora quieres a este tonto.

—Claro que quiero a este tonto, ya eres parte de mí.

—Sydney. — llamé su nombre.

Ella alzó su mirada, encontrándose con la mía.

—Te quiero. — ella se ruborizó, sonrió ladeando su cabeza a un lado tiernamente.

—También te quiero Ran.

Solo esas palabras necesitaba, un mar de emociones estaba en mí. Esto me llenaba emocionalmente, creía que nunca iba a tener el amor de nadie, creía que no iba a tener a alguien a mi lado, creía que iba a estar solo y que muchas personas se alejarían. Pero también creía que con el tiempo encontraría a alguien.

Sydney, fue una luz de esperanza en mi vida, por ti espere. Y llenaste un vacío que no creía llenar.

—¡Por cierto! Quitemos el momento cursi. Lo de tu adopción, ¿Has querido averiguar quiénes son tus padres? — pregunte serio.

—Ran, tu arruinando momentos lindos. — negó riendo—. Nop, lo prefiero así, mamá también me lo ha preguntado, pero la verdad estoy bien.

—Está bien, de cualquier forma, está mi hermano para que te ayude, porque a mí me cansa eso de ir de un lugar a otro.

—Ay, eres un tonto. — se pegó en la frente con la palma de su mano.

—Si ajá, lo que digas.

Tome sus mejillas, dando besos en sus labios.

—¡Por fin es mi yerno!

Nos sobresaltamos, al escuchar a la mamá de Sydney.

Reímos, ya no podíamos negar nada.

Sydney, de verdad te quiero. Aún si es una llave descompuesta en esos días.

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¡Holaaaaa! <33