┋❥ Razón 9: Sonrisa

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¡Yugi-sensei!, ¡al fin regreso!.
Espero y no le moleste estas 365 notas que hice para usted.

Perdone que sean tantas, pero de verdad que tuve demasiado tiempo libre en los descansos y en casa para escribir todo esto.

¿Se encuentra mejor?, ¿ya no siente pesadez?. Porqué si la sigue sintiendo, iré yo misma a darle una paliza a esa [rayón].

Oh, por cierto, Yugi-sensei. He olvidado decirle porque me gusta.

Pero.. ¿porqué mejor no sonríe?, le prometo que esa sonrisa socarrona y de picardía le queda mejor que una mueca por tantos obsequios de sus admiradoras (psdt: sigo estando algo celosa).

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El de cabello oscuro se rió para si mismo. Se notaba que había extrañado esas notas de esa admiradora. Además, se veía que ella lo quería mucho, porque, ¿quien en su sano juicio haría 365 notas por tu espera?. Se le hacía increíble y casi incomprensible, pero.. su corazón parecía estar mejor aún después de leer todas pequeñas notitas que iban dirigidas a él.

Sonrió inconscientemente cuando volvió a leer la parte final del papel que sostenía. Y, no era por admitirlo, pero probablemente ya estuviera algo tonto por la alumna que le dejara esas evidencias de sus sentimientos.

Suspiro como un enamorado y miro la caja de regalo en donde estaban sus tan esperadas cartas, hasta que vio algo curioso entre ellas. Tomó el objeto que sobresalía y lo miro con mucha atención. Y fue entonces que algo hizo click en su memoria. Inmediatamente tomo todas sus pertenencias y corrió por los pasillos de la escuela hacia donde se suponía que era la sala de maestros, donde su gemelo solía estar cuando terminaban clases (porque esperaba a su novia para irse juntos). Al estar frente al lugar, azoto la puerta al abrirla, lo que llevo que los maestros adentro (Tsuchigomori, Kou, Mei y Akane, aparte de su hermano) se asustaran del tremendo sonido. Su hermano, sin embargo, le miró con algo de gracia, e iba a saludarlo tras una broma de mal gusto por su llegada "malévola" hasta que esté alzó ese prendedor tan bonito en forma de cuernito que el tantas veces había visto porque la dueña acudía a él cuando se trataba de preguntar por dudas.

— ¿Era ella todo este tiempo?, ¿porqué no querías decírmelo?.— pregunto algo alterado.

— No se de que me hablas, Amane.— Tsukasa trato de escudarse, pero entonces ya tenía frente a frente a su hermano, y su mirada irradiaba furia y angustia.

— ¿Porqué ocultarlo?, ¿porqué?.— insistió.

— Te lo dije, fue un trato.— suspiro el de cabello bicolor sin querer voltear se a verlo.

— ¡¿Para que?!, ¡díganme!.

— Amane, no es-

— ¡La ayudaste a hacer los dulces que me diste!, ¡¿porqué no simplemente me dijiste una pista?!.

— Amane, no hay necesidad de alterarse ahora.— trato de tranquilizar Mei mientras lo tomaba por los hombros, aunque su altura no le permitía mucho.— Déjanos explicarte.

— ¡¿Y que diablos quieren que entienda?!, ¡la única de mis alumnas que pensé que no me veía con ojos de amor me enviaba estas notas!, ¡¿porqué deberían explicarme todo esto?!.

— ¡Porqué está por morir, por dios!, ¡¿porqué otra maldita razón guardariamos un secreto así, eh?!.

El grito del pelirrojo lo hizo quedarse en blanco de inmediato. Y por si fuera poco, las palabras retumbaron como un eco interminable en su mente.

Inconscientemente, sus pies empezaron a retroceder por el terror y la confusión.

— ¿Qué?.

10 Razones por las que me gustas, Sensei ❀ 『 AmaNene 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora