La Compleja vida de las Mujeres con Poder

¿Dónde está ella?

Una tormenta se cernía sobre National City. Lena sabía que se trataba de un acontecimiento poco frecuente (este tipo de clima oscuro y tormentoso parecía mucho más propio de Vancouver que de National City), pero también le parecía apropiado. La dura lluvia hacía juego con el estado de ánimo de Lena, que miró desde las ventanas del suelo al techo de su apartamento hasta su teléfono, fuertemente agarrado en la mano. En la pantalla aparecía un único mensaje.

[10:52 p.m., 24/11/16] ¡Lena! ¡No hay nada de lo que disculparse! Si hay alguien que deba disculparse soy yo. No puedo imaginar cómo te debes sentir ahora mismo, ¡pero estoy muy orgullosa de ti! ¡Salvaste la ciudad! Quiero ponerme al día lo antes posible, ¿vamos a comer esta semana? :) :D <3

Kara envió eso hace casi una semana. Desde entonces, la reportera había desaparecido completamente del mapa. Bueno, no completamente. No es que Supergirl no siguiera por aquí, deteniendo a ladrones de bancos y arrancando gatos de los árboles. Pero desde su charla en el puerto, ni Kara ni Supergirl habían intentado ponerse en contacto con Lena. La directora general había enviado un par de mensajes de texto a Kara tratando de programar un día para almorzar, pero sus mensajes quedaron sin respuesta. Esta era la tercera noche consecutiva en la que se encontraba bebiendo whisky y viendo Orphan Black para intentar no comprobar inútilmente su teléfono cada treinta minutos. Esta noche, sin embargo, ni siquiera eso podía distraerla, así que ahí estaba, mirando la tormenta. Incluso descalza, con una simple camiseta verde de tirantes y unos pantalones negros de yoga, se veía muy bien con el telón de fondo de sus impresionantes ventanas y su igualmente impresionante vista. Pero la tensión era visible no sólo en su rostro, sino en la tensión de sus hombros y el movimiento de su mano con el teléfono. Bebió otro sorbo de su whisky.

Lena no podía creer que hubiera dejado que esa chica se metiera en su piel de esa manera. La directora ejecutiva estaba distraída, desconcentrada y emocional, lo contrario de cómo se comportaba normalmente. Afortunadamente, nadie en L-Corp esperaba que funcionara al cien por cien en ese momento. No después de que se conociera la noticia de que había sido ella quien había frustrado el intento de genocidio de su propia madre. Lena había apreciado mucho las muestras de buena voluntad que había recibido, incluida una llamada del alcalde para darle las gracias personalmente. Sin embargo, sólo le preocupaba la opinión de una persona sobre ella. Y Kara la ignoraba por completo.

Pensó que Kara la perdonaría. No podía haber malinterpretado el lenguaje corporal de la rubia aquella noche. Supergirl se había mostrado enfadada con ella, pero también amable y, finalmente, comprensiva. No le dio a Lena ninguna indicación de que se sintiera tan traicionada como para ignorar por completo a la directora general. Y había respondido tan positivamente al mensaje de Lena.

Lena no podía entender lo que estaba pasando. Se sentía... abandonada. Kara, ¿qué he hecho? ¿Por qué no me hablas? No podía seguir dando vueltas a esto. Lena volvió a mirar su teléfono para comprobar la hora. 8:17 p.m. Vale, así que 10:17 en Metrópolis. Probablemente ya habrá terminado de trabajar, contempló la morena, sacando la información de contacto de Sam y pulsando llamar.

La voz de Sam era cálida, calmando inmediatamente la agitación que se arremolinaba en el pecho de Lena, al menos un poco. "Hola señorita, como te sientes?"

Lena hizo una pausa de cinco segundos, recuperándose antes de responder: "Esa es una pregunta difícil de responder".

"¡Oh, no! ¿Ha pasado algo más con Lillian? ¿Qué está pasando? Cuando hablamos antes estabas en la luna".

"Kara me está ignorando".

Sam se contuvo de soltar una risita, sabiendo que su amiga se lo tomaría a mal. "Claro que se trata de la reportera", comentó, tratando de no sonar demasiado descarada. "¿Estás segura de que te está ignorando?"