La Compleja vida de las Mujeres con Poder

Doble cita

Kara se despertó con una sonrisa en la cara. Y sólo fue en parte porque se despertó con los labios de Lena recorriendo suavemente su cuerpo. Se sacudió cuando Lena le hizo cosquillas, y luego se estiró lánguidamente a la luz del sol de la mañana. "¡Buenos días!", consiguió decir en voz baja.

Lena la miró durante una fracción de segundo, pero el tiempo suficiente para que Kara viera el deseo en sus ojos. Le respondió con un suave y sensual "Buenos días, cariño" y volvió a centrar su atención en el cuerpo de Kara. La rubia se permitió disfrutar de que Lena se tomara su tiempo para explorar durante un rato más, y luego se enderezó.

"¡Un segundo!" Kara utilizó su supervelocidad para cerrar las cortinas y encender las lámparas de sol rojas, y luego volvió a estar bajo su novia casi antes de que ésta pudiera registrar su ausencia. "Me siento perezosa esta mañana". Lena movió las cejas e inclinó su cara hacia la de Kara lo más lentamente posible.

Lena se detuvo con sus labios a menos de un centímetro de los de Kara, con los ojos verdes fijos en el azul. "Vale", susurró, y Kara pudo sentir su aliento en los labios. Era demasiado, y Kara acortó la distancia deslizando tímidamente la punta de su lengua sobre el labio inferior de Lena. Obtuvo la reacción que buscaba; Lena jadeó inmediatamente de sorpresa y placer. Parecía que las dos estaban de buen humor esta mañana.

Más de una hora después, las damas estaban de nuevo completamente vestidas. Lena ya tenía puesto su traje del día, salvo las zapatillas de deporte. Kara, por su parte, seguía en pantalones de pijama y una camiseta de tirantes. No se reunirían con Alex y Maggie hasta el almuerzo, así que Kara no tenía prisa. Tiró de Lena para que se sentara en su regazo, cuidando de que el café de la morena no se derramara en el sofá. Lena sonrió ampliamente y luego se deslizó para que su trasero quedara en el sofá junto a Kara, pero sus piernas seguían cubiertas por su regazo.

Había algo que Kara quería preguntar, y pensó que ahora era un momento tan bueno como cualquier otro. "¿Lena?" Miró cautelosamente a los ojos de su novia, y la luz del sol entraba justo para que las pequeñas motas de oro en sus iris verdes resaltaran. Rao, es tan bonita.

El "¿Sí, cariño?" de Lena la sacó de su ensueño, y sintió que toda su cara se sonrojaba furiosamente.

"Sí, jajaja, ummm sólo tenía curiosidad, y no tienes que abrirte sobre esto si no quieres; sé que tu familia es un tema delicado, y nunca querría que te sintieras incómoda por mi culpa, y...." Lena la interrumpió poniendo su dedo índice en los labios de Kara.

"Kara, está bien. Quedamos en que no nos ocultaríamos más cosas, y lo decía en serio. ¿Qué quieres saber de los Luthor?"

Kara observó el rostro de Lena, queriendo asegurarse de que estaba cómoda. Convencida de que realmente no le importaba hablar de ello, Kara comenzó: "Bueno... supongo que con todo lo que ha pasado con Alex esta semana, me he dado cuenta de que no sé realmente nada de tu relación con Lex. Ya sabes, de tu crecimiento. El par de veces que lo mencionaste, siempre sonaste... no sé, ¿con nostalgia? Como si hubiera algo más allí. ¿Fueron cercanos en algún momento?"

Los ojos de Lena se volvieron distantes y respondió en voz baja, sin concentrarse en sus palabras. "Sí, de hecho, lo fuimos". Parpadeó con fuerza varias veces, y luego su atención volvió a centrarse en Kara. "Él era, bueno, todo para mí. Lionel y Lillian me adoptaron cuando tenía cuatro años. No me di cuenta entonces, no en un nivel consciente de todos modos, pero ninguno de ellos se sentía cómodo conmigo allí. Ahora que sé que Lionel era mi padre biológico, lo entiendo. Siempre fue amable conmigo, pero distante. Nunca me dejó entrar, nunca llegó a conocerme ni dejó que yo lo conociera a él. No podía permitirse acercarse demasiado al recordatorio constante de su infidelidad". Suspiró con frustración y Kara le apretó la pierna. Lena le dirigió una mirada de agradecimiento, y los dedos de Kara comenzaron a trazar formas arriba y abajo de la pierna de Lena mientras la morena reanudaba su recuerdo.