cinco

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Las mañanas eran el único momento del día donde el ambiente estaba agradable, corría aire fresco y el sol estaba siendo cubierto por las nubes grises.

A diferencia de muchos jóvenes, joong disfrutaba las mañanas, más en estas épocas del año cuando se acercaba el otoño, a su parecer es cuando puedes sentir en el clima la transición de las estaciones.

Pero esta mañana estaba siendo diferente.

Desde que despertó sintió que todo iría mal. Comenzando con que no había dormido nada, porque le había parecido buena idea quedarse hasta las cuatro de la mañana haciendo un proyecto que se entregaba en dos semanas.

Caminó hasta la parada del autobús quejándose y regañándose a sí mismo, por primera vez estaba odiando las mañanas como los demás.

Se sentó y recargó su cabeza en una de las barras del lugar, para quedarse ahí mirando un punto fijo, ni siquiera estaba observando algo específico, su vista solo se había paralizado en alguna piedra cerca de sus zapatos. Poco a poco sentía sus ojos más pesados, la barra de la parada del autobús estaba siendo muy cómoda para descansar.

Fue interrumpido por alguien gritando su nombre a lo lejos. A como pudo abrió sus ojos para encontrarse con quien estaba diciendo su nombre, estaba más cerca de lo que pensaba y no estaba alzando la voz.

— ¿Por qué no respondiste mi mensaje ayer? — De todas las personas que me podía encontrar, pensó.

— ¿Qué mensaje? — Tal vez si fingía demencia mingi lo dejaría pasar y podría seguir descansando en la fría barra de metal.

— No te hagas, ayer muy preocupado y todo pero ningún mensaje después, qué feo que seas así. — Dijo mingi limpiándose una lágrima imaginaria.

— Ah, ese mensaje. No te quería responder.

— ¿Por qué eres tan directo?
me lastimas, imbécil — Volvió a fingir lágrimas, pero esta vez acompañado de lo que parecían ser punzadas al corazón. Hongjoong estaba pasando completamente de la situación, quería subir al autobús y dormir.

Cualquier otra cosa que dijo mingi en los dos minutos de espera sonaban como balbuceos sin sentido para hongjoong.

Había sido despertado de nuevo por el castaño, esta vez para que subiera al autobús. Ya tenía su asiento, podia descansar, sólo tenía que cerrar sus ojos y cuando llegara a la escuela automáticamente despertaría.

Recargó su cabeza en la ventana y cerró sus ojos, ignoró el hecho de que mingi se había sentado junto a él y siguió durmiendo.

— Te vas a golpear si te quedas dormido en la ventana. — No tuvo respuesta, así que no insistió más.
Hasta que pudo escuchar como hongjoong se golpeaba en la ventana y ni siquiera se inmutaba, quería reírse, pero se había preocupado porque tendría que cargar con un estudiante con una contusión si lo dejaba así.

Intentó llamarlo de nuevo pero era inútil, en igual de estar dormido parecía desmayado, tal vez había actuado demasiado tarde y ya estaba inconsciente. Mingi lo separó de la ventana lo más despacio posible, aprovechando para acariciar su cabello. Acomodó su cabeza en su hombro, asegurándose de que no se quedara en una posición extraña.

El viaje no había sido largo, pero se consideraba un buen tiempo para una siesta.

— Joong, ya llegamos — Dijo, tratando de no alzar la voz para no asustarlo. Aunque no había servido para nada, porque después meneó su hombro, ya que, no había señales de vida de parte del pelirrojo.

— ¿Qué te pasa? — Estaban cerca, más cerca de lo que le gustaría a hongjoong, aunque esta vez no parecía molestarle, tal vez era porque no estaba del todo despierto.

Podía sentir la respiración irregular de mingi, ¿por qué respira así?, pensó. No estaba teniendo ningún pensamiento racional y su cabeza no se movía, sólo estaba ahí observando los ojos del otro.

¿sus ojos siempre se han visto así de raros? brillan de forma extraña, ¿estará drogado? incluso sus pupilas están dilatadas, estoy tratando con un loco.
a todo esto, ¿qué hago aquí? no estoy del todo incomodo, sino que ... olvídalo.
su piel se ve suave, ¿tendrá
algún tipo de tratamiento especial?quiero ... quiero acariciar sus mejillas.

Antes de que hongjoong pudiera posar su mano en la cara de mingi, el mismo reaccionó.

— ¡Bueno, iré bajando! — Exclamó tomando su mochila. Joong tampoco se había tardado en entrar en razón de nuevo, tomó sus cosas y abandonó el autobús también. Parecía que mingi había corrido a la escuela porque ya no lo vio de nuevo fuera.

Estaba ignorando lo que pasó, después tendría tiempo de analizar todo, primero debía llegar a la clase. Iba cinco minutos tarde.

lockscreen ✧ minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora