Louis Tomlinson, un alfa puro, digno de su descendencia, con porte elegante, de carácter fuerte y decidido. Al morir su madre se queda a cargo de sus hermanos y con solo 25 años cae una enorme responsabilidad sobre el.
Harry Styles un Omega huérfano...
Al otro lado de la ciudad, alejado de la residencia Tomlinson, se encontraba "el Nirvana", el club nocturno más prestigioso de la ciudad, dónde alfas y betas iban a saciar sus deseos con omegas, algunos betas e incluso alfas, otro iban solamente a presenciar el baile de las personas en el lugar.
Justo como en ese momento anunciaba el presentador.
-Con ustedes, en su única presentación de la semana, ya saben quién es- sonrió socarronamente- Un fuerte aplauso para "Kitten"-Gritos, rugidos y silbidos se escucharon por todo el lugar, y es que esa presentación era la más celestial que jamás podrías llegar a presenciar.
Con pasos decididos apareció un hermoso omega; Vestía un short de licra negra y un pequeño top blanco, en las manos llevaba unos guantes negros de cuero y unas botas con tacón en punta que tapaban hasta los tobillos, su atuendo se complementaba con un antifaz negro con plumas a los lados, y una peluca de pelo rubio.
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(Imaginen que ese es el baile y el ambiente)
Comenzó sentado a un costado del tubo, ubicado al centro de la pista, la canción hacía el momento más sensual. Ése hermoso Omega, que bien se sabía que era omega por su figura, pues nadie podía asegurarlo realmente, ya que nadie conocía su aroma, siempre traía una esencia de fresa pero todos notaban que era colonia y no su aroma verdadero, bien podría pasar como beta si no fuera por su escultural cuerpo.
Unas piernas largas, firmes y bien depiladas, muslos gruesos denotando sus caderas fértiles, abdomen bien trabajado al igual que los bíceps y una cintura pequeña digna de un omega, todo esto con una delicadeza digna de un ángel, pues para todo aquel que pisará el Nirvana era el omega más hermosos de la tierra, aunque el prefería mantenerse en el anonimato, siempre con su antifaz, peluca, maquillaje, lentes de contacto amarillos y ese ocultador de aroma; Todos se morían por saber su identidad y conquistarlo pero no era algo a la que el estuviera dispuesto.
El ritmo comenzó lento, luces rojas por todo el escenario y una leve luz blanca alumbrando solo a él, era la estrella de la noche y lo sabía.
Con lentos pero sensuales movimientos fue deslizando sus manos a través del tubo, lentamente fue subiendo, y finalmente bajando en un Split perfecto, pues si bien los omegas tenían elasticidad se notaba cuando mejorában sus técnicas.
Regreso nuevamente al suelo, en ese momento no existía nadie a su al rededor, solo era él, disfrutando de la pasión del baile. Aunque para muchos era un baile erótico y morboso, él solo lo veía como un arte, el arte de mostrar los talentos que aunque no eran muy bien vistos eran su lugar seguro.
