Campo de Girasoles -YOONMIN-SUMIN-AGUSTMIN

Kim Taehyung y sus dos amores

—¡Idiotas! ¡No son más que tres completos idiotas!

—¡Pero papá!

—¡QUÉ PAPÁ NI QUE PEPÉ! ¿CÓMO VAN A SALIR HUYENDO?

—Mi amor...relájate...

—¡CÁLLATE, HOSEOK!

—Mi vida, estamos en un hospital.

—¡TU TAMBIÉN CÁLLATE, JUNGKOOK!

Los trillizos y sus dos padres varones miraban al suelo ante la terrible reprimenda del doncel Min, los Kim se habrían reído si no fuera porque también se sentían cohibidos por semejante regaño a pesar de que no tenían nada que ver, ese señor sí que sabía intimidar.
Ninguno se atrevía a pronunciar palabra alguna, uno que apreciaba su vida, oye.

—¡Como siempre, he de ocuparme yo de todo! Esto lo han sacado a la familia de sus padres.

—Papá...— hablo Agust con temor — No creemos que sea buena idea que...

—Cierra el pico— levantó su dedo en dirección a su hijo — Primero, ya estamos en un hospital así que ya cubrimos ese detalle y además, hijos míos, amor de mis amores, pequeños engendros de mi ser...¡HAN DEJADO A ESE CHICO CON UNA ERECCIÓN SOLO!

—Cariño, creo que los perros de Rumania están aullando con tu voz.— dijo con gracia Kook frotándose la oreja. Taehyung simplemente se giró sobre si mismo y entró en la habitación.

—Vamos a morir solos— murmuró Yoongi.

El joven y avergonzado Jimin observaba la hombre que tenía al pie de su cama, estaba cubierto en casi toda su totalidad con las sábanas a excepción de sus ojitos, aún así se podía notar su carita sonrojada. Taehyung estaba muriendo con semejante ternura.
Tomando un poco de aire, fue acercándose, estirando una de sus manos tomó del bordillo de la tela con la que Jimin intentaba sentirse fuera de peligro del mortal pudor, bajándolo el pelirrosa con la cara completa al descubierto se encontró con una llamativa sonrisa cuadrada a la vez.
El padre de los trillizos sintió morir de amor al ver unos ojitos con brillitos de expectación, una boquita de labios abultados formando un berrinchito que a su vez marcaban unos mofletes rechonchos, rojos como dos manzanas maduras. 
Solo de imaginar nietos con esas caritas se le disparaba todo el amor que tenía para dar.

—Sé como te sientes pequeño, yo pasé por lo mismo que tu— acarició su pelo peinando los mechos de su flequillo— Y te prometo que será lo mejor que ocurrirá en tu vida. — le hizo gracia la expresión que iba apareciendo en la cara de su ya casi yerno, ya dijimos que para él prácticamente ya lo era, mordió su labio inferior evitando una risa que podría incomodar al joven— soy Min Taehyung, el papá de los tres tarados que entraron recién.

—¿Cómo va a ser usted su padre?

—La cicatriz que tengo ahí atrás me avala.

—Pero usted se ve muy joven.