Campo de Girasoles -YOONMIN-SUMIN-AGUSTMIN

Llega Jimin

—Por Dios, Jimin deja de moverte. ¡Parecerás una prostituta en su peor noche si no te quedas quieto!—Jin se había ofrecido para arreglar al joven doncel, de hecho ambos habían quedado en la habitación del mayor para prepararse ante la inminente cena.

¿Qué que cena? ¡Ah! ¿No se los conté?

Park Jimin había sido invitado a cenar ni más ni menos que a la casa de los Min. 

Tae había sido lo bastante amable como para invitar a la pareja amiga de su yerno, ya dejamos claro que para él es su yerno. ¿Verdad? Así que a las 17 hrs se encontraban ambos donceles con todo un fondo de armario nuevo sobre una de las camas y un alfa en alguna parte de la habitación bajo una montaña de ropa.

—Ven, ven, ven. ¡MÍRATE! Estás perfecto Jimin. Esos varones no van a dejar que te marches de su casa. ¡Te van a dar para que tengas!

—¡HYUNG!

—¡Qué son tres, Minie! ¡TRES!— Gritó eufórico Jin como si se tratase él a quien los trillizos Min iban a cortejar. Una tos retumbó por todo el cuarto. —Ay....me olvidé que Joonie estaba aquí...— le susurró a Jimin.

El hogar Min no era menos caótico en esos momentos y aunque era una casa de seis personas en realidad cinco de ellas estaban sentaditos, bañaditos, vestiditos y repeinaditos mientras un loco doncel limpiaba sobre limpio que por supuesto había limpiado dos veces más con anterioridad.

¡PARK JIMIN ESTABA POR LLEGAR!

Taehyung se había comunicado con su suegra por videollamada, ellos vivían a las afueras, y si bien también querían conocer al nuevo miembro de la familia, porque sí,  JiWoo ya consideraba al joven Jimin su nieto, pareja de sus tres tesoros, habían decidido que por el momento fueran solo Agust, Suga y Yoongi, Hoseok, Jungkook y Taehyung... Como si fueran pocos, pero bueno no querían sumarles más gente como los dos abuelos y la abuela. La suegra de Tae le indicaba paso a paso como preparar los platillos con los que agasajaría al invitado, el resto de los integrantes de la casa Min espiaban por momentos con cuidado de no ser descubiertos o se arriesgaban a que les llamaran la atención.
Había sido un día largo pero no importaba Tae estaba tan emocionado que no sentía ni un ápice de cansancio, todo debía estar perfecto.

Y prácticamente así era, no había un solo centímetro de la casa que no reluciera, el aroma a algodón le daba ese toque hogareño que el doncel quería transmitir a su yerno, la comida era para todo los gustos y se había ocupado personalmente de vestir a sus dos maridos y sus tres hijos. Su suegra siempre decía que una de las cosas que mas amaba de su yerno era el buen gusto para vestir.
Pero su hogar no era de lo único que se había puesto de gala aquel día... Detrás de la casa de los Min, cruzando todo un enorme jardín había otra casa, quizás tan grande como la principal. Muchos creerían que era para invitados de la familia, pero no, de hecho en la casa donde Tae vivía junto a sus maridos e hijos ya disponía de dos habitaciones para cuando recibían familia o amigos.
Esta era una casa que se comenzó a construir cuando los trillizos habían cumplido los 18, este sería el hogar para ellos tres y el doncel al cual serían otorgados con gran fortuna.
Y tanto que así se sentían, afortunados. Jimin era un chico muy especial, radiaba luz, brillo, paz y estaba buenísimo, para mojar pan... en leche.