Un nuevo hogar

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Jimin se mantenía sentado en el amplio sofá que se encontraba en el centro de la sala de estar, con las piernas muy juntitas, sus manos sobre sus rodillas y los pie a puntillas, y es que no llegaba del todo al suelo. Derechito y un leve piquito de pato que quedaba súper tierno y hacía juego con los mofletitos sonrojados.
Los trillizos se encontraban en la cocina preparando algunos refrigerios y bebidas para compartir entre los cuatro, al igual que Jimin permanecían en silencio luego de aquellos besos.

El doncel miraba a su alrededor y se dio cuenta de un detalle: los estantes estaban casi vacío y no había ni una sola fotografía, de hecho, aunque la casa le parecía muy bonita, carecía realmente de ese toque que le daban las personas que vivían en una y le daban calidez, que la hacían un hogar.
Con ojo grande y con sus labios en casi un total berrinche recibió a los trillizos que hacían acelerar su.... para ser finos vamos a decir que corazón.


—Perdona por hacerte esperar— le dijo Suga mientras dejaba unos platitos en la mesilla frente a ellos, Agust dejó unas cervezas mientras Yoongi ponía algo de música luego de dejar un par de platos también.— Como no sabíamos si te gustaba dulce o salado pues te hemos traído un poco de todo.

—Gra-gracias... Dulce, me...me gustan las cosas dulces. — dijo con evidente timidez pero llevándose un pedacito de regaliz dulce con azúcar a su boquita de pato. 

Los trillizos de derritieron.

—Estamos como tu— fue Agust quien habló mientras abría las cervezas e iba pasando al resto— quiero decir, también para nosotros esto es nuevo pero a la vez estamos tan felices de tenerte por fin aquí. 

—No te haces una idea de lo mucho que te esperamos Jimin— completó Yoongi


Un cómodo y tímido silencio envolvió a los cuatro que transcurrió en tan solo unos pocos segundos. Jimin sonrió con sus labios pegados en el pico de la botella.


—Yo soñé con ustedes... varias veces...

Fue un corto silencio, pero no incómodo, si no expectante, ansioso. Los cuatro allí presentes sabían y sentían aquella conexión que los unía.
Jimin agachó su mirada pero les regaló una tímida sonrisa acompañada de un hermoso rubor, que lo negaría a muerte, pero Suga lo acompañó. 

—Ustedes— continuó el menor— quieren, tienen esto, quiero decir... Han preparado este lugar para que venga aquí con ustedes, ¿verdad? — pudo observar la cara de miedo de los trillizos. — Pero... ¿Es muy loco que no me parezca en absoluto raro?

El corazón de Yoongi se aceleró como potrillo desbocado, Agust hinchó su pecho como un palomo orgulloso de haber conseguido a su presa y Suga  cerró en puños sus manos evitando saltar sobre Jimin y tomarlo en sus brazos.

Con valentía levantó su vista haciendo contacto y les sonrió; les regaló la sonrisa más dulce que jamás habían recibido y en contra de toda normalidad, como si de un drama se tratase, se enamoraron completamente. 
Y Jimin...Jimin sentía que volaba, que flotaba en una nube que era llevado por los tres hombres más atractivos y sexies que había conocido en su vida. 
Lo sabía, sabía que los desconocía por completo pero jamás había estado tan seguro de algo, cometer la mayor locura en su existencia para él ahora mismo era la decisión correcta. 

— Y... ¿T-te mudarías con nosotros?— titubeó Yoongi.

— Bueno... mmmm... Aún no me lo han pedido oficialmente, así que... — No vamos a negar que el pequeño doncel le gustaba hacerse desear y el coqueto como su madre le había enseñado, hasta ahora no lo había puesto en práctica, pero baje Dios y lo niegue si no le gustaba ponerlo en práctica. Que se mordiera el labio inferior los desarmó por completo. 

Campo de Girasoles -YOONMIN-SUMIN-AGUSTMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora