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Los eventos de esta tarde lo habían dejado confundido, no tenia la ganas de hacer nada: estaba recostado en su cama boca arriba, no tenia apetito ni antojo de comer o jugar.

El ojiverde lo único que tenia en mente era la conversación que tuvo: la conversación no duro mas de una hora o, minutos, que carajo sabia el con el tiempo que había pasado.

Cuando termino esa charla se fue directo a su cuarto y se quedo hay, todo lo que restaba de la tarde se la paso encerrado, perdido, en sus pensamientos o memorias que intentaba aclarar, pero estaba en blanco.

Lo único que pasaba por su mente era esa extraña conversación con esas dos personas incuerdas.





















                                           ...


- ¡¡ORIOON!! ¡¿ESTAS HAYY?! - Daba gritos igual o talvez mas potentes que el anterior.

El pelinegro se acercaba cautelosamente, a cada paso que daba se acercaba mas a la pared que serbia para separar al jardín de la será de la calle, pero en este caso separarlo a el de una molesta y entrometida persona que no paraba de llamarlo a  tremendo escandalo.

Cuando estuvo a una distancia razonable se quedo parado.

Miro para atrás. 

Pero claro que tenia curiosidad, como cualquier niño, pero ¿no era mas lógico llamar a a su madre? o a, bueno, ¿cualquiera competente?.

No podía fiarse de posibles ladrones...


¿Ladrones?, que ladrón llama antes de entrar a una casa, y si posiblemente fueran ladones, apostaría que de seguro son unos idiotas de tercer-

- ¡Ah!, Orión -se había subido al muro.

El pelinegro se exalto, su vista paso de estar desde su casa hacia un hombre perro con cabello dorado quemado.

- fiu, que alivio verte -se sujetaba de los brazos.

- ¿? -el peli-dorado veía las expresiones estupefactas del niño desde arriba.

- ¿Te sucede algo? -

Orión parecía dar pequeños pasos hacia atrás. Tenia planeado entrar en la casa para buscar el maldito teléfono que dejo imbécilmente cargando adentro.

 Que mal momento para no tenerlo con sigo.

- Emm - pausa- Se que esto se ve un mal -el peli-dorado creyó que orión estaba pasmado con su aspecto. tenia la ropa rasgada, con heridas de rasguños en el cuello y en el brazo que se estaban cicatrizando.

- Si, se que paso un tiempo, pero tenemos, una buena noti -

- ... -de la mano de el pelinegro desprendía una chispa esmeralda que iba creciendo en forma notoria.

"¿tenemos?"

Orión suspiro para amainar su anterior sensación.

La chispa se convirtió en una llama de fuego, levantando su mano a la altura de la cabeza.


Listo para   lanzarlo.


- Espera, ESPERA!! -se había caído de la pared tras soltar el agarre con las manos, por intentar negar lo que intentaba hacer el pelinegro.

Su caída sonó como una bolsa de papa cuando la tiraban del camión de carga.


Orión bajo su mano para observarla.

Suspiro varias veces para calmarse, la llama verde desapareció tal y como vino.

miro al frente 

...


El pelinegro no esperaba que reaccionara así, lo quería espantar no matar. 




























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Recuerdos BorradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora