Nando

5 0 0
                                    

- Pelear no sirve de nada, Lalo - me dijo Rorro cuando le conté
- Wn no querí ir a dormir a mi casa mejor? Que me estoy recagando de frío - se quejó Chris. Estábamos sentados en una banca, de madrugada.
- ¿Dónde está el resto? - preguntó el Nando
- Ya no vienen acá
- ¿Les trae recuerdos?
- Sí
- ¿Por qué no lo quieren recordar? El wn era el mejor del mundo. Y nosotros lo conocimos - sonrió el Nando - Duele que no esté físicamente aquí pero duele más que deje de existir por completo. Nos trae recuerdos esta banca, este lugar. Tantos lugares. Porque él todavía vive aquí. No físicamente, pero quiero aprovechar. Siento que casi puedo sentir su presencia. 
- Yo igual
- Yo lo tengo acá - dijo golpeándose el pecho - pa siempre

Hice un gesto de dolor y aparté la mirada mientras se me nublaron los ojos. Cerré los ojos con fuerza y me los restregué. 
- Ya - me abrazó Chico.
- ¿Vamos a mi casa mejor? - insistió Chris
- Queda muy lejos ¿Vamos a la mía? - todos quedamos sorprendidos por el ofrecimiento. El Nando nunca nos había invitado a su casa. Sabíamos que quedaba en estos barrios pero él era un buen cabro. El día que lo conocimos nosotros estábamos sentados en el pavimento, en nuestro lugar de siempre. Él llegó pateando piedras. Se acercó, nos dijo hola y se sentó junto a nosotros. De ahí no lo quisimos soltar más. Sobre todo el Nico. Por eso los molestábamos tanto, eran un pack. El hermano mayor del Nando no estaba de acuerdo con que se juntara con nosotros. Siempre se enojaba y le decía que nosotros éramos hijitos de papá, cabros con plata, que se juntara con gente de su edad, de su barrio, que nosotros un día lo íbamos a dejar botado y el único que iba a terminar en cana iba a ser él, porque nosotros teníamos a nuestros papitos y nuestros abogados y la íbamos a sacar por chicha. En este país el pobre va preso. El rico nunca. También le decía que por mucho que se juntara y que intentara "pasar por uno de nosotros" nunca lo iba a ser. Que era solo apariencias. Pero el Nando sabía que esto era de verdad. Que él era uno de nosotros. Éramos amigos. No importaba la plata, ni la edad, sólo importa lo que va por dentro, lo que hemos vivido, que nos ha hecho inseparables.

La casa del Nando era muy chica. Me sentí incómodo al llegar. Entramos sin decir nada para no interrumpir a su familia, estaban mirando una novela. Había un niño jugando en la entrada. Fuimos al dormitorio. Había dos literas y un colchón en el piso.

- Bienvenidos hasta que lleguen mis hermanos - nos dijo. Nos sentamos.
- ¿Cuántos hermanos tení?
- Somos 5
- ¿El chiquitito de allá adentro?
- Es mi primo
- ¿Y tu mamá?
- No sé donde está - dijo encogiéndose de hombros - Viendo la tele está mi abuela y mi tía - señaló
- ¿Esta es tu cama? - le preguntó el Chico, el Nando asintió con la cabeza - Y tení sábanas de bob esponja jajaja ¿Qué edad tení?
- 14 - respondió el Nando, sin molestarse por la burla. Me sentí incómodo. Las frazadas se notaban viejas, obviamente tenía esas sábanas desde que era pequeño. Y se notaba que no tenían los recursos para andar comprando cosas nuevas cuando lo viejo aún servía. 
- ¡¿Quée?! - dijimos todos sorprendidos - me estay webeando
- Noo - se rió el Nando - ¿no sabían?
- No. Erí un pendejo

Los turnos para hablar se esfumaron y pronto estábamos conversando todos animadamente, riéndonos, como siempre lo hacíamos. Hasta que abrieron la puerta. El hermano mayor del Nando se quedó con la mano en la manilla de la puerta y señaló al Nando con la cabeza.
- ¿Quién te dio permiso pa meter a tus maracas acá?
Si no hubiese estado con muletas me boto a choro con el hermano del Nando, le hubiera dicho que esta igual era su casa. Pero preferimos no hacer escándalo. 

Nos subimos a un autobús en silencio después de caminar unas cuadras con las manos en los bolsillos.

-¿Dónde vamos?
- No sé, vamo a chanear


Blackout!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora