P***

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Desperté con mi cabeza apoyada sobre el pecho de Klauz, que subía y bajaba con su respiración. Me sentía mal. Me abrazó y sentí un enorme nudo en la garganta.

-Tú eres un cabro todavía, Lalo - me dijo de forma paternal y me besó la frente
- ¿Se te había olvidado?
- No - sonrió
- Tengo que irme

Llegué a mi casa un poco ebrio para el desayuno.
Me quedé mirando al vacío, pensando en nada. Ahora, luego de la negación, venía la ira. Porque la muerte del Nico no estaba libre de culpables. Todos sus familiares que en el funeral lloraban amargamente su partida fueron los primeros en juzgarlo y patearlo en el suelo. Nadie le tendió una mano al caído.

Durante todo el velorio no me atreví a acercarme al ataúd. La última imagen que tengo del Nico es en casa de Klauz, sonriendo para dejarme tranquilo. Ese día yo percibí calma. En su interior todo estaba pacífico. Demasiado pacífico, se había rendido. En cambio en el baño del colegio tenía cara de tener un enorme problema, un huracán, un colapso.

- Míralo, obviamente está drogado - se burló la pareja de mi papá
- ¡Álvaro! - me gritó mi papá.
- ¡No estoy drogado, puta asquerosa! Si hay alguien acá que se la pasa metiéndose pastillas erí vo
- ¡Álvaro! - la cara de mi papá se volvió roja de rabia - ¡Pide disculpas! ¡¿Qué te pasa?! ¡Vuelve aquí y pide disculpas! - me había parado de la mesa para irme al pasillo, pero me devolví
- Lo siento... lo siento, papá. Pero yo no me disculpo con putas caza fortunas - regresé para decirle. Me siguió al pasillo y me agarró de la camisa
- ¿Qué mierda te pasa? ¡Ella no se merece ese tipo de trato!
- No, no se lo merece. Lo que se merece es estar parada en la esquina, de donde la recogiste - lo saqué de sus casillas. Me pegó un combo en la cara que me dejó botado en el piso.
- No sé cómo puedes preferir a esa mierda sobre tu propio hijo - lo miré con odio desde el piso. Tomándome la cara del dolor.
- ¡No hables así! ¡Pídele disculpas!
- No. Yo no soy un drogadicto. Es ella la que debería pedir disculpas. ¿Quién es ella para juzgarme a mi? ¡En mi casa! Yo tengo derecho a estar aquí. Ella no. ¡Ella no tiene idea...! ¡Mi mejor amigo se acaba de matar! ¡Y ella...! - me levanté ofuscado y di un portazo.

Blackout!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora