8- Encontrando un nuevo lugar

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-¿Ahora que quieres hacer? -le pregunté.

-No lo sé pero no quiero ir a la torre, todos me van a abrumar o se la pasarán viéndome y no quiero -me dijo bajando la mirada.

-Entiendo, además todos son unos chismoso y es lógico que no quieras ir allí -dije mirándola tranquilamente.

-¿Tu no conoces un lugar dónde nadie me moleste y pueda dormir? -preguntó volviendo a levantar la mirada.

-Sinceramente no pero ahora que todos están en clase podemos buscar un lugar ¿Que dices?-conteste mirándola directamente a los ojos. -que lindos ojos pensé-

-Creo que esta bien, hay que aprovechar -dijo algo sonrojada, supuse que fue porque no dejaba de verla a los ojos.

-Entonces vamos -dije mientras salíamos y me dió el impulso y la abracé nuevamente.

La vi y ella solamente sonrió un poco y eso me dio paz, al menos se que no le incómoda que yo esté acá y menos el estar abrazados.
Mientras buscábamos, estábamos en el séptimo piso y ya no sabíamos en dónde buscar y nos pusimos a caminar de un lado a otro, cada uno de lado contrario, realmente quería encontrar un lugar dónde ella este tranquila.

Cuándo de la nada una puerta comenzó a aparecer frente a nuestros ojos, ambos estábamos sorprendidos con los ojos bastante abiertos.

-¿Y esto? ¿Cómo? -dije totalmente desconcertado.

-Es la sala de menesteres -contesto ella y yo me le quedé mirando.

-Oh, leí algo sobre esto, que aparece a veces cuándo se necesita –dije mientras recordaba.

-Yo también –contestó ella.

-¿Conocias este lugar? -pregunté.

-Realmente no, bueno sólo leí sobre la sala pero no sabía dónde se encontraba -dijo mientras avanzaba y abría las puertas.

-Vaya, esto es sorprendente ¿Cómo es que hay una cama ahí? -pregunte nuevamente.

-Según lo que leí, la sala te da lo que necesitas y bueno, ya que yo quiero un lugar para dormir supongo que me la dio y también ese librero para distraerme -contesto mirándome triste.

Rayos sabía que cuándo estuviera sola se la pasaría llorando y no quiero eso, me niego.
Y menos a que hoy se encuentre a las bestias de sus amigos, ellos sólo la harán sentir mal y rayos, yo he sido también un idiota en como la he tratado, es por cómo me criaron para el mundo y aún más cuándo iba a entrar a mi primer año en Hogwarts, aunque no es justificación razonable para como la trate sin que ella me hubiera hecho nada, al final sólo nos peleábamos pero al menos ella si devolvía insultos inteligentes y sumándole el puñetazo que me dió en tercer año por el maldito pollo, definitivamente ella es fuerte y no dejaré que esos imbéciles la destruyan, o no, como que me llamo Draco Lucius Malfoy Black que ella no se dejará destruir por ellos.

Pero en estos momentos no sabía sí dejarla sola o quedarme todo el día con ella, además ella no ha dicho nada así que ni idea de que puedo hacer, ¿Que rayos me hizo ella para que yo quiera protegerla y ayudarla? -pensaba hasta que me saco de mis pensamientos-

-¿Te puedo preguntar algo? -dijo Hermione bastante tímida.

Yo la volteó a ver desorientado ya que estaba en mis pensamientos.

-Claro, ¿Que pasa? -dije curioso.

-¿Por qué estás aquí conmigo y también siendo amable desde que inició el curso? -dijo con un brillo en los ojos, yo sólo pensaba -joder, ¿ahora que le digo?-

Una perspectiva diferente • Dramione •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora