-¿Qué hacemos aquí? -Cuestionó Arianna al entrar al gran salón.
-Es un evento importante para todos.
-Uhh, por eso nos vestimos ¿así? -Preguntó señalando su elegante vestido azul que tenía unas flores doradas estampadas dando un toque único.
-Exacto.
-¿Qué vamos a hacer? -Indagó por tercera vez mirando todo el salón decorado y a la mayoría de las personas que se encontraban ahí-
-Pues, vemos bailar a los grandes, comemos y podemos dormir en las sillas. -Contestó una niña un poco mayor que Hazen, me imaginaba que era hija de algún empresario.
-¿Dormir en las sillas?
-Sí, mamá hace eso, une varias sillas y me acuesta en ellas después cuando abres los ojos te encuentras en tu habitación. Creo que las sillas sirven para teletransportarse. -Planteo ella.
-¡Teletransportación! Increíble. -Comenta Arianna dando pequeños brincos que hace que sus dos coletas de su cabello se muevan con ella.
-Ven conmigo, conozco un lugar secreto donde hay libros.
-¿Puedo ir?
-Claro, pero cualquier cosa ya sabes que hacer ¿sí?
Ella asintió y salió corriendo con su nueva amiga.
-Hazen Stone, un gusto verte. -menciono Joel a mis espaldas.
-No podría decir lo mismo.
-Que mal y eso que quería hacer las paces contigo. -anunció moviendo su silla de ruedas con delicadeza.
Perdonar es lo más importante Hazen. Recordé las palabras de mi psicóloga.
-Pues yo no.
-¿Por qué estás a la defensiva amor?
-Deja de llamarme así. Joel deja de ser ese chico inmaduro y pon los pies en la tierra.
-No soy inmaduro, además, ¿has venido por mí?, que tierno gesto.
-Escucha, no tendré esta conversación contigo. Si estoy aquí es porque han invitado a los dueños de las mejores empresas y la mía es una de ellas así que con permiso. -Pasé de su lado y empecé a caminar en dirección contraria a la de él.
-¿Señorita Stone?
-¿Sí? -indague girando sobre mis talones para saber quién era.
Oh, los Jhones.
-Discúlpeme, mucho gusto verlos aquí.
-El gusto es nuestro. -contesto el señor Matt.
Tenía que estudiar a todos los empresarios que estaban en esa empresa a pesar de que no trabajáramos en lo mismo.
-Soy Hazen. -extendí mi mano con respeto.
-Lo sabemos querida, yo soy el señor Matt, mi esposa Ana y mi pequeña hija Hazel.
-Oh, nuestros nombres son muy parecidos. -intervino la pequeña Hazel.
-Sí, mucho gusto Hazel.
-Eres muy bonita.
Mis esperanzas porque Peter estuviera en el evento eran grandes, sin embargo, trataba de no mostrarme emocionada.
-Me han contado que tienen otro hijo.
-Sí, solo que no está aquí, él está estudiando en el extranjero.
Y así es como matas las esperanzas de alguien.
-Oh, eso es muy bueno, le traerá grandes oportunidades en el futuro. -hablé segura para no hacer notar mi decepción.
-Sí, incluso él me había hablado de ti, eran compañeros en el colegio.
Tratando de ocultar mi nerviosismo tomé una de las bebidas que estaba en la mesa.
-¿Peter Jhones? ¿Él es su hijo? -cuestioné tratando de hacerme la desentendida, pero me di cuenta lo estúpida que había sonado.
-Sí.
-Ah sí, fuimos grandes amigos, me alegra que esté cumpliendo su sueño.
-A mi igual, un gusto hablar con usted señorita Stone, por cierto, mi más sentido pésame por lo de sus padres. -asentí y ellos siguieron saludando a las demás familias.
-¿Cómo va mi empresaria favorita? -preguntó Theo acercándose con una copa de vino.
-No te burles de mí, recién estoy aprendiendo a hacer estas cosas.
-Tranquila, lo harás. Sabes, todos aquí se ven muy felices.
-No lo son.
-¿Cómo qué no?, míralos, además ¿sabes cuánto dinero ganan al mes? -indago en un susurro. -Son millones y millones de dólares, se hacen los humildes, pero tienen dinero para regalar.
-El dinero no lo es todo, yo te lo puedo afirmar. Si ayuda en muchas cosas, te las facilita, sin embargo, no te dan la felicidad.
-Bueno tu eras la experta en aquello asi que no te lo voy a refutar. Ahora es momento de integrarnos a estas personas pequeña empresaria.
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Sobre notas
Teen FictionCuando lo vi alejándose por aquel pasillo lo entendí todo, realmente lo quería, pero mis inseguridades carcomían todo lo que mi mente anhelaba de mí y como siempre arruinaron ese pequeño momento en el que pude ser feliz y esta vez lastimaron a la pe...