✦ trece ✦

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Louis se removió en la cama, tallando sus ojitos con el dorso de su mano izquierda, con suavidad

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Louis se removió en la cama, tallando sus ojitos con el dorso de su mano izquierda, con suavidad. Intentó levantarse para ir a beber un poco de agua a la cocina, ya que notó su garganta seca, pero un fuerte brazo abrazándolo por la cintura le impidió enderezarse por completo. —Harry... —susurró en una risita. 

El Alfa gruñó y atrajo a Louis más hacia su pecho. —¿Mmm?

—Hazz... —volvió a reír levemente. —Me asfixias.

—Eres mío. 

—Sí, Alfa. —sonrió tiernamente, haciendo un gran esfuerzo para girarse entre los brazos de Harry para quedar frente a él. Se acercó a besarle los labios al Alfa, quien le siguió el beso, apretando su agarre en la cintura de Louis. —Te amo. —le acarició los rizos, Harry se acercó todavía más a su toque.

—Yo te amo mucho más, Omega. —dejó un pequeño beso en su frente.

Louis se acurrucó en el pecho de su Alfa y cerró sus ojitos, dejándose llevar por las caricias que el rizado le proporcionaba en la espalda. Minutos después, Harry volvió a dormirse y el Omega logró liberarse de su abrazo. 

Dejó un besito en la frente de su Alfa rizado y lo arropó mejor con las frazadas. 

Bajó las escaleras y se adentró en la cocina para beber un poco de agua. 

Observó en el gran reloj de pared de la cocina que ya eran las diez y media de la mañana, por lo que decidió que haría el desayuno, para él y para su Alfa. Sacó su teléfono móvil del bolsillo de su bata para dormir y buscó una receta en Google. Algunas recetas recomendadas eran sobre hacer unos cupcakes o unos muffins, así que se decidió por unos de fresa.

Buscó una libreta y la abrió por la primera página para comenzar a escribir la receta que encontró. Escribió el título 'Muffins de Fresa' y un apartado unos espacios más abajo llamado 'ingredientes', dónde comenzó a escribir los pasos en forma de instrucciones. 

Una vez tenía la receta lista, comenzó con la elaboración de los muffins. Nunca antes había preparado unos, pero era bastante bueno ayudando a Harry a preparar tartas y galletas, así que no debería ser tan difícil hacer unos muffins él solo. 

Veinte minutos después, el Omega se encontraba colocando los pastelitos en una bandeja que había encontrado en un armario y adentrándolos de esta manera en el horno para cocinarlos por completo. Mientras esperaba a que se cocinaran, dibujó unas fresitas en el mismo folio en el que había apuntado la receta, y las coloreó con un lápiz rojo. 

Cuando los muffins estuvieron listos, los sacó del horno con cuidado de no quemarse, y los colocó en unos platitos blancos de porcelana que encontró por la cocina.
Al no estar en su casa, se sentía algo desorientado, pero no era un problema tan grande, de todos modos.

Subió las escaleras, con cuidado de no tropezarse y tirar los muffins al suelo, y entró en la habitación principal, en la que él dormía junto con Harry. 

El Alfa estaba abrazando la almohada con la que Louis dormía. El Omega sonrió. 

—Harry... —susurró, despertando al Alfa mientras acariciaba su cabello suavemente. Harry abrió sus ojos con el ceño fruncido, Louis le besó los labios con delicadeza. —Hola, amor. 

—Lou. —ladeó la cabeza, mirando fijamente al plato que Louis sostenía entre sus manos. —¿Qué es eso?

—Eh... yo... hice muffins. —se sonrojó, un poco avergonzado. Él no era el que solía cocinar, tenían una especie de trato; Louis limpiaba y Harry cocinaba, ellos se entendían muy bien así. —Son de fresa, sé que te gusta... 

Oww, Lou. —Harry sonrió, marcando sus hoyuelos en sus mejillas; adoraba a su Omega. —Te amo, ven aquí. —atrajo al Omega hacia su pecho y lo abrazó cálidamente, dejando un besito en su cabeza. Louis besó el pecho de Harry con una sonrisa. El Alfa rió. —Mmm... Vamos a probarlos, ¿no?

—Bueno... 

Harry sonrió de lado y tomó uno de los muffins que se situaban en el plato, mordiéndolo un poco. Louis lo miró, expectante. —Uhm. 

—¿Uhm?

—Está bueno, Lou. —sonrió, dándole otro mordisco al pastelito. —Muy bueno. 

—¿Sí? —el Omega sonrió, segundos después, cambió su rostro de alegría por una mirada altanera. Harry alzó una ceja. —Ya... estaba claro. —rodó los ojos sonriendo. —Yo los hice.

Harry sonrió, terminando de comer el muffin que había tomado. Louis, emocionado por haber cocinado él solo aquellos muffins, se lanzó hacia el Alfa, abrazándolo por el cuello. El rizado sonrió aún más, acurrucándose entre las mantas con Louis escondido en su cuello. Se sentía bien. 

Porque jamás admitiría que, en verdad, aquellos muffins estaban horribles, muy horribles. Sin embargo, se los comería todos, si hacía falta, si así Louis lo quería; únicamente para hacer feliz a su Omega. 

our own autumn « l.s  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora