✦ dieciséis ✦

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Tras pasar dos semanas en la muy acogedora casa que les había sido rentada en Canadá, Harry y Louis tenían que volver a casa. 

Habían preparado todo para marcharse y coger su vuelo en el aeropuerto más cercano a ellos. El avión despegaba a las ocho de la noche, por lo que calculaban que, sumando el tiempo de espera en la ida y la llegada, estarían en casa a las seis y media de la mañana. Habían decidido que tomar un vuelo nocturno sería la mejor opción, ya que así no malgastarían un valioso día abordo del avión, y podían pasar la noche durmiendo mientras viajaban. 

El viaje, a pesar de ser considerablemente largo, fue llevadero y no se sintió tan eterno. Louis pasó la mayor parte del trayecto durmiendo con su cabeza apoyada en el hombro de Harry. Y el Alfa, quien por naturaleza no dormía tantas horas como Louis, se entretuvo viendo viejas películas de los 2000s que había encontrado guardadas en una carpeta de su ordenador portátil. 

El avión aterrizó en el aeropuerto de Londres justo cuando el sol estaba empezando a surgir en un nuevo día. Harry tomó las maletas de ambos y junto con los demás pasajeros, salieron del avión y se adentraron en la gran edificación.

Tras recorrer el camino hacia el exterior, se apresuraron a tomar un taxi que los condujera al centro de la ciudad, cerca de la zona en la que estaba situada su pequeña vivienda. 
Bajaron del vehículo y, tras pagar, cruzaron una calle para ya situarse frente a la puerta de su casa otra vez después de aquellas dos largas semanas. 

Habían vuelto a casa. 

Harry tomó sus llaves de su bolsillo y abrió la puerta de entrada. Una vez dentro, Louis comenzó a desempacar las maletas, lanzando prendas por el suelo que Harry se encargaba de recoger posteriormente. —¿Qué estás haciendo, Lou? —preguntó, soltando una pequeña risita. 

—Estoy buscando mis pantuflas. —respondió el Omega, todavía rebuscando por las maletas. —Las de ositos. 

 —Oh eh... —frunció el ceño, sentándose en la suave moqueta del suelo junto con el Omega. —Creo que están en la maleta verde, ¿no?

—Mmm... —Abrió dicha maleta, y rebuscó entre las prendas de ropa dentro de ella. Tras buscar unos segundos más, sacó un par de pantuflas de ella y las colocó en el suelo, para, posteriormente, retirar sus zapatos y colocárselas en sus pies. —Ya está. 

Harry asintió y se acercó a dejar un besito en la frente de Louis. —Hmmm... ¿Te apetece si vemos una película, amor? —preguntó. 

—¡Sí! —exclamó emocionado Louis.—Definitivamente, tengo que volver a ver los Juegos del Hambre... ¿podemos ver esa, Hazz?

—Claro, Omega. —sonrió, dejándo ahora un beso en los labios del castaño.

Louis sonrió. No importaba que ya hubieran llegado a casa, porque siempre y cuando Harry estuviera junto a él, todo se sentiría como un hogar, no importaba dónde fuera. 



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tremendo capítulo de relleno

llevo como un mes sin actualizar, let's gooo. yo¿? súper responsable, amigos.


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