Capítulo 9

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Título: ["Nunca apartar la mirada de él"]

El tonto y lindo Xiao Zhan cree que ya lo estaba haciendo. Desde el primer momento en que se encontró con Yibo, jamás ha sido posible apartar su vista de ese hermoso ser. Era más posible que Zhan olvidase todo de él mismo, que pudiera apartar su vista de Yibo.

Como buen chico, Zhan asiente. Promete no apartar su vista, jamás. Y Yibo se siente bien, no sabe porque le importaría tener la mirada de Zhan puesta en él. Pero él lo quiere, y Yibo nunca se ha contenido a la hora de tomar lo que quiere.

Por lo mismo, se apropia del cuerpo de Zhan. Lo carga en su hombro y lo lleva hasta la cama. Esta vez no esperara por un baño, quiere a Zhan en ese momento, quiere hacerlo perder en su cuerpo y acciones.

—No te atrevas a pensar en otro mientras te tomo— dice demandante, desnudando al mayor con ferocidad e impaciencia.

Zhan no se atrevería a pensar en otro, es más, le sería imposible que eso sucediera cuando tiene un cuerpo tan ardiente frente a él. Zhan asiente y se deja llevar, el alivio le embarga cuando se da cuenta que su ropa interior es decente. Y entonces abandona todo nerviosismo y espera paciente a disfrutar de una tarde alocada.

Yibo lo besa, es un beso voraz, demandante. Zhan trata de seguir el ritmo, pero es torpe, nunca ha besado con tanto fervor, nunca ha sentido que su alma puede ser succionada en un beso. Sin embargo, todo se lo da Yibo, y tan solo eso es suficiente para que Zhan lo acepte sin problemas.

Ambos se enredan, Yibo guía a Zhan para que lo despoje de sus ropas. Zhan lo hace, y se queda sin aire al ver la piel desnuda del castaño. Puede ver unos pequeños moretones en el torso, y en los bíceps por la caída. Zhan se siente triste al verlos y no se mide cuando se inclina buscando acariciar cada golpe. Lo acaricia con sus labios, suave y delicado. Llena cada golpe de un beso cargado de ternura y amor. Queda absorto en esa acción, sin preocuparse si está haciendo algo inadecuado. Solo quiere lamer las heridas del león.

Yibo se queda estático ante sus acciones, nunca se había encontrado con alguien que se preocupara más por él, que por el deseo y la lujuria. Se conmueve y las llamas del antiguo enojo se disipan, ahora solo hay ternura en su corazón. Quiere tratar adecuadamente a Zhan, no sabe de dónde nace ese sentimiento y no le importa. Zhan merece algo bueno.

—Zhan-ge es demasiado perfecto— declara tomando el rostro de Zhan para luego besarlo, lento y pausado. Metiendo su lengua en la cavidad bucal del pelinegro, apropiándose de cada parte. Zhan se estremece ante la sensación, rodea el cuello ajeno con sus brazos y lo lleva hasta él impidiéndole que se aleje.

Ambos frotan sus cuerpos, sus miembros viriles que están erguidos perfectamente. Yibo lleva su mano hasta aquella zona rosa, masajeando con delicadeza. No trata de entrar de buenas a primera, puesto que esta vez no tiene lubricante.

Siendo sinceros, no planeaba acostarse con el pelinegro ese día. Había planeado que luego de la carrera, ambos irían a festejar su victoria a un restaurante y se conocerían más. Pero no ganó, y cuando Zhan le abrazó hundiendo su rostro en su cuello. Una llama de deseo se encendió en él. Una llama difícil de apagar y de controlar. Sus pantalones se habían apretado, anhelando tocar la suave piel de su mayor.

Lentamente se separa de los dulces labios de Zhan, buscando un poco de lubricante en la habitación, pero no hay. No es ese tipo de hotel, en dónde vas a tener sexo con algún desconocido. Y se lamenta, porque no puede hacerle eso a Zhan. Tratarlo sin cuidado. Y tampoco quiere finalizar ahí, porque mira el hermoso cuerpo de Zhan sobre la cama, con la piel pálida y los labios rojos e hinchados. Mientras la punta de su nariz está roja y sus ojos vidriosos viéndolo como si le pidiera tomarlo y no detenerse. Y le parece simplemente hermoso, apetecible.

Amor en Redacción [AR] ★YiZhan★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora