CAPITULO 5: La presa se devora al cazador

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El misterioso cazador que sale a mi asecho justo cuando todo me estaba yendo bien; ya me tenía fastidiada. Use un hechizo para ocultarme en el bosque, el hechizo espejo; donde camine por donde camine, el cazador nunca me vera, ni que estuviera frente de él pues frente de mi estará el espejo que demuestra solo lo que hay detrás de mí, como si yo fuera invisible. Un gran truco de magia que me permitió descansar y dejar de correr.

El corpulento cazador descanso frente de mi e intentaba tomar mucho aire para sus pulmones, me coloque más de cerca para observarlo bien detalladamente y parecía ser un hombre común, con un extraño aroma familiar; quizás sea a falta de baños. Sus ojos grises se veían tristes, su cabello blanco de canas, largo y enredado daba a entender que su apariencia no le importaba y la sangre y vino derramado en su ropa confirmaban que tenía tiempo sin tomar un buen baño, no aparenta ser anciano pero su cabello dice lo contrario. El hombre pasó frente de mí como si no me viera, mi magia dio resultado y por un momento quede aliviada; hasta que el hombre me atrapo.

“¿Acaso creíste que no rompería tu hechizo, colega?”-me dijo entre dientes mientras me sujetaba por la cintura junto con mis manos y con la otra tapaba mi boca.-“Quitare mi mano de tu boca solo para que te rindas y vengas conmigo”

“No comprendes cazador, si yo voy contigo ya no habrá salvación para mi pueblo, ni para el reino”- confundido, me soltó por completo y me observo a los ojos.-“¿Recuerdas tus sueños sobre mi pasado? Debo salvar a mi hermana de su maldición y evitar que el reino perezca gracias a ello”- entre sollozos pude terminar de hablar.

“No me interesa salvar a este miserable reino, niña. Solo quiero liberar a mi amiga de una vida de esclavitud, de nuevo”- su respuesta me dio a entender la clase de hombre que era, un caza recompensas que fue timado por alguien más listo que él.

“¡Jacob! La atrapaste, ahora debemos de irnos lo más rápido posible y rescatar a Merlina”- el joven elfo aparece, cansado de correr.

“¿Qué tienes en tu pecho que ocupa el lugar del corazón? Eres igual de despiadado que Garren el bruto”-mi comentario parece haberle enfadado y me agarro más fuerte. Con un silbido hizo magia para paralizarme, no podía mover ni un centímetro de mi cuerpo, sentía como si unas cuerdas invisibles me impidieran mover.

“Cállate niña, no sabes lo que es sentir amor por los demás. Arriesgaste la vida de tus familiares por un amor con el guardián de la reina hace años y por no estar en casa y cuidar de tu hermana es que paso lo que paso. Si hubieras estado allí, no hubieran secuestrado a tu hermana Keyla, no la hubieran maldecido, no hubieran matado a tu padre, no hubieran quemado tu casa, no hubieran matado a tu hermana menor y tú no estuvieras mendigando pan. Tenías tu vida resuelta y aun así lo dejaste todo por aquel hombre que sabias que era despiadado”-Su voz se escuchaba herido, contando mi historia sentía que algo le dolía pero no era por mí. Pero él tenía razón, yo me vivía culpando por ello y no hacía falta que alguien más me lo dijera.

“Basta Jacob, la chica ya sufre lo suficiente. Solo llevémosla”-El elfo tuvo compasión, algo que su amigo parece no tener.
Me subieron a su carroza como si fuera un saco de comida, me cubrieron con sacos y pasaron por las montañas colmillos. Tardaron una hora en llegar a la enorme puerta de la mansión de Garren. Era mi fin, era el fin de mi hermana, era el fin del reino entero. Mis lágrimas comenzaron a salir sin control alguno y mi respiración se aceleró, el pánico me controlo y no pude ver escapatoria; el hechizo del cazador era fuerte y bien estructurado, no como los míos, no podía librarme.

Una mujer corpulenta abrió la puerta, con vestido de novia y luciendo una sonrisa de oreja a oreja. Tras ella salió otra mujer más pequeña, también vestida de novia, desde aquí puedo oler su apestoso aroma a loba y lleva sosteniendo unos grilletes los cuales pienso que son para mí. Ambas mujeres embrujadas o mejor dicho drogadas con la pócima de Garren, pronto seré una de ellas, las náuseas me invaden.

“¿Dónde está Garren? Es con él que hice el trato”-la impaciencia del cazador era evidente, su enojo también.

“Calma amigo mío, aquí estoy”- contesta el imbécil de Garren, apareciendo detrás de las mujeres.-”Veo que trajiste lo que te pedí”- su sonrisa de satisfacción me revuelca el estómago.

“¡JACOB, TYSON!”-grita una diminuta hada, vuela hacia el cazador y lo abraza, este le devuelve el abrazo.

“Ya pague tus servicios cazador, ahora dame mi premio”-agrega Garren algo apresurado.-“El vestido de novia la espera para casarme con estas tres preciosuras de una vez hoy”.

“Tu premio”-El cazador se quedó un momento pensativo y luego me miro a los ojos, sentí calidez, mi miedo se esfumo, deje de llorar y mi pulso se normalizo. ¿Pero qué es esto?. Pude sentir como su magia se desvaneció y me dejo mover, pero ya era tarde, si intentaba huir Garren me atraparía. El cazador se acercó a mí para bajarme de la carroza y me susurro al oído.-“Me has devorado el corazón, presa”- Y con un silbido llamo a mi espada, la tomo y se la clavo a Garren en el corazón, su velocidad era por magia, fue más rápido que el viento, más rápido que las hojas de los arboles al caer al suelo frio. Las mujeres reaccionaron, su droga mágica funcionaba solo con el vivo, y fue allí donde supe que Garren estaba muerto.

Meduza: El Cazador y la PresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora