Capítulo 2.

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—¿Perdón?

—N-no me malentiendas, sé que no te gustan este tipo de cosas, pero siempre te veo ahí en tu escritorio, y estoy-

—No te preocupes por mí, en serio estoy bien. Y no es que no me gusten, solo no llaman mi atención. —Mostró una hermosa sonrisa, su sinceridad casi le deja ciego al de cabello amarillo.

—Está bien, continua con tus deberes. —Inseguro, aún con esa inseguridad se fue sin más rodeos, cerrando bien la puerta para no importunar a su joven en sus estudios.

Mientras, Izuku cerró su libreta, ordenó un poco su espacio y se fue a tirar en su cama, en su mano había un regaliz de dulce, lo dirigió a su boca, abriéndola, y dio un mordisco. Le ayudaba a pensar un poco.

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—Mi pa me dijo que si quería ser un Sugar Baby. —El chico pecoso permanecía sentado en la cama de su habitación.

—¡¿Qué?! ¡Oh por Dios, seremos compañeros, Izu! ¡Es una gran noticia! Me alegra que hayas aceptado. —Y junto al peliverde estaba su único amigo.

—N-no, dije que no. —Sintió que hizo algo malo.

—Izuku, pero ¿por qué? —Bien, la emoción del rubio de hace un momento bajó drásticamente.

—Denki, no me llama la atención este tipo de cosas. —Lo señaló.

—Ajá, por alguna razón me ofendiste, pero dejando eso de lado, Izuku, tienes que aceptar.

—¿Por qué? —Cuestionó inseguro el chico. Realmente no veía nada de bueno en esa dinámica. O bueno...

—¿Cómo que por qué? Bien, Izuku, esto es serio... —Tomó una pausa para buscar las palabras adecuadas, aun cuando siempre hacía bromas realmente se preocupaba por su amigo. —necesitas un cambio.

—¿Un cambio?

—Izuku, tu vida siempre es la misma, solo estudias, estudias. No digo que estudiar este mal, vaya, quisiera ser tú, pero si eso implicara no divertirme, prefiero seguir siendo yo.

—Yo me divierto... —Fue en un susurro, aun así, el rubio con un mechón negro lo escuchó. Su tono fue en modo de reproche.

—No me mientas, sé que nunca te diviertes, siempre estás decaído, tu cara es monótona cuando haces tus deberes, solo sonríes cuando le dices a alguien que no se preocupe por ti, después solo regresas a ser el mismo Izuku apagado.

Izuku se quedó callado, se puso a reflexionar, y aunque le costara admitir, realmente no sentía esa euforia o emoción, no como lo hacía Denki en cada día de su vida.

—Mira, no te quiero obligar a nada, pero pienso que deberías intentarlo, tipo... —Soltó un sonido pensando en qué decir. —hacer la prueba. Si te gusta, genial, y si no te gusta, pues igual, busca otra cosa que te dé la emoción en tu vida que necesitas.

Izuku no dijo nada, realmente era una decisión importante, y no podía tomársela a la ligera. Por un lado, admitía que la dinámica de Sugars estaba mal, dos personas estaban juntos con un diferencia de edad demasiado alta. Y no solo eso, el Sugar Baby se acuesta con el otro por dinero, ¿no es ya prostitución? O que los Sugar Daddy solo buscan afecto por parte de los menores, ¡está mal! ¡Es casi como si todo fuera falso! El Sugar Daddy le da dinero al Sugar Baby a cambio de que le den afecto, el Sugar Baby podría solo estar fingiendo ese afecto, es muy cruel. No, definitivamente Izuku no quería ser como una de esas personas que dan afecto por algo a cambio.

Izuku, por otro lado, consideraba emocionante el estar con alguien mayor, alguien más experimentado. Nunca tuvo pareja, por lo que no sabe de eso más allá de los libros que ha leído sobre ese género, pero los libros no son cien por ciento reales, así que en cuanto a relaciones está en una clara desventaja.

⋰Sugar Party⋱ |Katsudeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora