⋰Sugar Party⋱ |Katsudeku|

Capítulo 3.

Autos lujosos iban llegando por la entrada, de ahí una persona bajaba y los choferes que contrataron tomaban los automóviles y los estacionaban. Las personas que bajaban portaban trajes tan finos y, a lo que se veía, muy caros.

Todas las personas que iban llegando llevaban un traje, incluyendo a las mujeres, quienes vestían unos pantalones de trabajo que se ajustaban perfectamente a sus caderas y glúteos, ¡Era tan excitante! A cualquiera que les viera le causaría escalofríos. Por parte de los hombres, sus tonificados músculos y sus espaldas anchas hacían babear y dejar flotar la imaginación a las personas que los vieran.

Todos en esa fiesta se veían tan jodidamente excitantes, su porte fino y elegante hacían ganarse la admiración de todos, y sus figuras corpulentas, delgadas y sensuales hacían estimular las partes bajas de todos.

Cada uno de los invitados portaban en algún brazo un regalo, algunos grandes, otros medianos y otros pocos pequeños. Aunque cada uno llevaba un envoltorio que evitaba revelar el contenido de éste. La mayoría, sino es que todos, llevaban un envoltorio muy profesional, y era de esperarse tomando en cuenta que cada uno solo pedía lo mejor de lo mejor. Bueno, eso exceptuando al rubio de ojos rojos que llevaba una caja que cabía perfectamente en su mano izquierda, aunque el envoltorio se veía un poco descuidado y el diseño del envoltorio era periódico. Algo inusual.

Cada invitado se dirigía a la entrada principal, en donde se encontraba el anfitrión para recibirlos personalmente. Algo muy caballeroso.

La entrada dejaba salir las increíbles luces que iluminaban en la sala de estar, ya dentro lo primero que destacaba era una gran mesa con un hermoso y fino mantel blanco, encima había unos pequeños manteles de colores pastales y encima de esos mismos manteles había unas tarjetas de los mismos colores pero en tonos más oscuros. Los colores eran verde, amarillo y azul pastel, y encima de estos manteles había unas tarjetas de los mismos colores acomodados respectivamente.

Los invitados fueron sentándose en las sillas o sillones que había en esa sala. Enfrente se encontraba un micrófono.

Pronto, una figura de curvas y pechos se acercó al micrófono, sus pasos eran refinados y sensuales al mismo tiempo. Sus caminata hacía mover demasiado sus anchas caderas. 

—¡Bienvenidos sean a esta fiesta! Algunos ya saben para qué es esa mesa. —Hizo una pausa y señaló con su dedo índice la mesa con manteles de colores, por lo que algunos dirigieron su mirada hacia donde la fémina señaló. —Y para los que no sepan lo explicaré brevemente.

«¡Bien! Pongan atención, ustedes ya saben qué hacen en este lugar, no es una fiesta de empresarios, es la gran y famosa, entre empresarios, Sugar Party. Ustedes vienen aquí con un solo objetivo... —Hizo una pausa en modo de suspenso y perversión. —¡encontrar un Sugar Baby! No olviden que su deber es cuidarlo. —Se fue con micrófono en mano y caminó a la mesa. —En esta casa respetamos las orientaciones sexuales, por lo que cada color representa un género. El mantel es para ustedes, y las tarjetas son para nuestros hermosos y tiernos bebés. El mantel verde pastel... —Ahora se posicionó frente a la parte de la mesa donde se encontraban el mantel y tarjeta verde, en la tarjeta solo había un signo de interrogación. —significa que el Sugar busca un bebé, una bebé o une bebé. Esto es si no te importa mucho el género de tu bebé.

«Ustedes solo deben enfocar su atención a los manteles, las tarjetas no los involucran. —Aclaró para evitar que se confundieran. —Continuando, el mantel azul es para los Sugars que buscan una bebé y solo una bebé. —Señaló el mantel de color azul pastel. —Y ya por último, tenemos el mantel amarillo pastel, significa que el Sugar busca un bebé.

Todos quedaron con una expresión relajada, aunque algunos estaban muriendo de la emoción. Incluso se notaba en su ojos la emoción y ansia. Todos menos el rubio de ojos rojos, quien tenía una expresión de enfado. A diferencia de su compañero quien se veía más que emocionado, sus ojos escarlata brillaban cual niño en Navidad.