JeongHan y JiSoo vivieron con una promesa.
Como líderes de la organización clandestina más temida de Corea, son criminales. Son malas personas. Pero a ellos nunca les importó. Lucharon por un propósito y ese era deshacerse de toda la escoria del mun...
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Bloquea. Da un paso a un lado.
Planta tus pies.
Agarra, deslízate.
Lanza.
MinGyu golpeó el suelo con un golpe satisfactorio, y aunque en realidad no podía verlo, sabía que SeungCheol le estaba sonriendo bajo esa máscara.
-"¡Maldita sea SeungCheol, es la quinta vez consecutiva que tienes a MinGyu en el suelo!"-. Silbó SoonYoung desde la línea de banda.
En medio de su lección de entrenamiento, SoonYoung apareció para verificar el progreso de SeungCheol. De alguna manera, a través de él, había logrado convertirlo en una mini competencia de combate y se ofreció como voluntario como el anotador.
Seis rondas y SeungCheol lo estaba haciendo bastante bien. El niño exhaló pesadamente desde donde estaba sobre MinGyu, recuperando el aliento y empapándose de la sensación de otra victoria.
-"Realmente te estás acostumbrando a esos golpes, buen trabajo"-. El mayor felicitó una vez que se levantó del suelo, sacando un puño hacia SeungCheol.
Hizo una pausa por unos segundos, pero finalmente conectó los nudillos con MinGyu. El otro hombre le dedicó una sonrisa de regocijo. Habían pasado aproximadamente dos semanas desde la conversación con WonWoo, y como Jun le había dicho, estaban trabajando en cosas.
Era principalmente para tomar el control, para ordenar las emociones reprimidas, los pensamientos y los miedos, era para sanar. Trabajaron en la confianza entre ellos, la vacilación que tenía SeungCheol en dejar entrar a alguien. Derribar las paredes y los escudos que hizo el chico en un intento de encubrir la abrumadora pérdida.
Todos y cada uno de ellos lo sabían demasiado bien.
Cuando tienes un sentimiento en abundancia, tratas de ocultarlo con otro sentimiento en abundancia. Entonces, cuando había demasiado dolor, SeungCheol lo cubría con demasiada rabia. Con la esperanza de que algún día, se ahogaría a ambos y todo se enfriaría.
Eran pequeñas cosas, cosas que se deslizaban en su entrenamiento sin que el más joven se diera cuenta. Como tenían un buen presentimiento, SeungCheol hablaría mucho sobre su disgusto por los gestos más grandiosos. Fue un progreso, pero se han dado cuenta...
A SeungCheol le encantaba ser difícil.
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