Capítulo 13. Tormenta II

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Abrió los ojos y una tenue luz en la cercanía luz alcanzó a deslumbrarla, tenía un fuerte dolor en la sien izquierda, un leve rastro de sangre seca, ahora lo recordaba, había luchado con todas sus fuerzas, había gritado, pataleado, empujado y corrido, aún así la habían capturado. Entre más pasaban los minutos su mente se aclaraba mas, las cosas habían sucedido mucho peor de lo que ella esperaba. Recordó brevemente a la patrulla que se había aproximado a la escena tan solo unos segundos después de que ella alertara a la policía y a Shun de lo que estaba sucediendo, todo estaba borroso y se desdibujaban sus recuerdos, en ese momento no podía definir quien la había golpeado ni en que momento había sucedido. Movió los brazos para tocar su herida y examinar si era profunda. Estaba atada de manos por la espalda, su corazón se volvió a poner en alerta.

Saori cerro los ojos con fuerza y respiro muy hondo, sentía que el oxigeno no llenaba completamente sus pulmones, tenía miedo de abrir los ojos y verse sola en ese lugar maloliente con alguno de los tres hombres que habían rodeado su camioneta, pensó en Tatsumi y se preguntó si a él también lo habrían traído o peor aún si lo habrían... abrió los ojos, decidió que no se quebraría y haría un plan para escapar, no le quedaban muchas opciones.

El lugar era una especie de sótano profundo que media aproximadamente 5x4m con apenas una pequeña abertura en la pared de unos 15 cm de ancho en donde circulaba el viento en la habitación. El lugar tenía moho el todas las esquinas, además habían varias cajas de cartón apiladas en varios lugares, sentía que se asfixiaba, no era fanática de que los lugares tuvieran ventanas pequeñas, que estuvieran a oscuras, que no circulara el viento y olieran a humedad.

Una leve molestia en la pierna derecha le indicó que debía cambiar de posición puesto que la sangre no estaba circulando adecuadamente por sus extremidades inferiores, entonces se dio cuenta de que sus pies no estaban atados pero estaba llenos de lodo y sangre, debían ser heridas causadas por el terreno escabroso con el que se topo tras su fallido escape, tenía que limpiarlas lo mas pronto posible. Si se asomaba por el pequeño agujero en la pared podría darse una buena idea de si seguía en campo abierto o la habrían transportado a alguna metrópoli.

—Sa...saori.—Se sobresalto, creía estar sola en la habitación.

Se puso de pie inmediatamente y en alerta, olvidándose de sus dolores en el cuerpo.

—Sa..saori.—Dijo ya conocida voz.

Saori camino unos pasos entre las cajas y vio a un hombre tirado de espaldas, sus mordazas eran mucho mas resistentes que las que poseía ella, estaba atado de manos y pies y no solo eso, aquel hombre había recibido una golpiza a juzgar por la sangre seca y la cara hinchada. Se asustó mas al reconocerlo.

—¿Hyoga?

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—Carajo.—Murmuro Shun.—No quiero ser impaciente pero ya hemos contado nuestra versión de los hechos 3 veces, me interesa encontrarla, las horas pasan y son demasiado valiosas.

El hombre que estaba tomando notas acerca de la declaración de los presentes guardó su libreta y se retiro molesto. Era la tercera persona que hacía exactamente las mismas preguntas de rutina a sus conocidos y testigos tratando de encontrar patrones o diferentes ángulos con los cuales trabajar para encontrarla.

Esa tarde habían 35 personas en la casa de Saori, el grupo estaba compuesto por Shun, Shiryu, Julian Solo, Shion, Saga, Milo, Camus, Aldebaran y 27 agentes de la justicia entre policías y detectives. Julian Solo estaba impaciente al teléfono, daba vueltas y se veía muy alterado. Shun y Shiryu habían hablado con casi todos los agentes de la justicia que estaban presentes en la casa.

Vínculos (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora