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Calle tenía la mirada fija en su pequeña bebé, una niña hermosa con rasgos muy parecidos a los de su esposa, el poco cabello que tenía era negro, tenía la nariz igual a la de Poché, sus manitas, sus piecitos, la forma de sus labios.... Si no fuera por qué ella la tuvo nueve meses en su vientre y que las personas cercanas a ella sabían la condición de Poché cualquiera pudiera decir que era solo hija de la peliazul.

Sonrió a su pequeña y desvió la mirada un momento a dónde se encontraba su esposa quien la apuntaba con el lente de su cámara.

Calle: ¿Que haces amor? — le pregunto con una ceja arqueada y Poché señaló su cámara como si fuera lo más obvio del mundo cosa que hizo a Calle rodar los ojos.

Poché: voy a tomarles una foto — dijo sonriendo y Calle sacude la cabeza en negación.

Calle: estoy horrible Poché — dijo Calle quien creía que después de 16 horas de parto no se podría estar de otra forma.

Pero, Poché no lo veía así. Su esposa estaba hermosa, tenía su cabello suelto el cual ella aún no lograba descubrir cómo era que podía tenerlo tan arreglando después de todo lo que había pasado las últimas horas. Además de que Calle era preciosa y verla con su bebé en brazos era la imagen más hermosa del mundo.

Así que solo la miro burlona y le dijo con una gran sonrisa.

Poché: no digas tonterías amor, estás preciosa — dijo acomodando el lente de su cámara — ¿Podrías sonreír para mí?

Y está vez fue el turno de Calle de verla burlona.

Calle: siempre sonrío para ti amor — sonrío y en ese instante se escuchó el click de la cámara.

Poché: esta foto sin duda va a ir enmarcada en la sala — dijo viendo la captura de la imagen.

Calle: ¡María José! ¿Podrías dejar esa cosa por un momento y venir a abrazarme? — me quejé divertida, pues desde que Poché se había enterado del embarazo de Calle había tomado una obsecion por el aparato entre sus manos, cualquier oportunidad era un buen momento para tomarle fotos y Calle no encontró forma de hacerle entender que estaba exagerando, así que la dejo ser — si vas a tomar fotos, mínimo deberías de salir tu también en ellas — reprochó divertida y haciendole pucheros a su esposa.

Poché sonrió ante el berrinche de su esposa y se acercó a la cama dejando la cámara en una mesita. Se sentó al lado de Calle y la rodeo con un brazo mientras empezaba a repartir besos por todo su rostro llenado el corazón de felicidad de la castaña.

Poché: no sabes cuánto te amo mi amor, bueno... — dijo observando a su pequeña bebé — las amo — beso la cabecita de su hija — este es el mejor regalo de cumpleaños que alguien podría tener....

Al escuchar esas palabras Calle jadeo horrorizada y vio a Poché con los ojos abiertos como platos bastante asustada.

Calle: ¡Dios! Olvide tu cumpleaños. Soy una esposa horrible — lloriqueo pensando en que seguro Poché iba a dejarla, pues... ¿Quien olvida el cumpleaños de su mujer?

Pero aún así, Poché solo la abrazo más y negó con la cabeza.

Poché: te aseguro que no pasa nada cariño — beso su mejilla — es totalmente comprensible después de estos últimos meses, nuestra hija dió bastante pelea.

Calle: ¡Pero no te compre nada! — insistió — ¿Cómo pude olvidar tu cumpleaños?

Poché: este es el mejor regalo— Calle quiso seguir insistiendo pero Poché la callo poniendo un dedo en sus labios — shuuu — le chistó — este es mi mejor regalo, las tengo a ambas, a mi familia y las amo tanto.

Calle: y nosotras te amamos a ti cariño, prometo que te voy a recompensar — dijo decidida, no se iba a quedar así después de haber olvidado el cumpleaños de su esposa.

Poché: eso dalo por echo amor — le guiño un ojo coqueta y Calle le dió un manotazo.

Calle: no seas pervertida que nuestra hija está aquí presente — dijo sería.

Poché: amo como suena eso de “nuestra hija”. Nunca hemos tenido algo tan de ambas como ella, no sabes lo enamorada que estoy de nuestra familia.

Calle asintió en acuerdo, Poché tenía razón. Habían soñado tanto con ese momento que ahora que lo estaban viviendo se sentía maravilloso, tan palpable y real, que era el mejor de los sueños.

A veces la vida es así, tan inesperada que te sorprende. Poché siempre se imagino viviendo todos esos momentos con Laura, pensando que estaba enamorada de aquella mujer. Pero cuando llegó Calle a su vida supo lo que era sentirse estar realmente enamorada, entregada y perdida por una persona. Supo lo que era tener sueños y querer compartir ellos con la persona indicada. Y Calle lo es, Calle fue esa persona indicada que ella siempre espero y soñó, alguien que la ama, la respeta, la toma en cuenta y sobre todo alguien que le da el lugar que se merece sin importar nada, Poché siempre es su centro de atención.

Y Calle, bueno. Ella obtuvo lo que tanto soñó, una familia, una mujer que la amara como Poché lo hace, una persona a quien ella le pudiera entregar todo lo que ella tenía para ofrecer, y alguien en quien poder confiar plenamente.

Ambas son un complemento perfecto.

Almas gemelas.

Su media naranja.

El amor de su vida.

Y ahora con la llegada de su hija solo se fortalecía más ese amor, esa confianza y su unión solo se mantenía tan fuerte como su conexión. Ese pequeño ser que había llegado era solo para darle más alegría a sus vidas, alegría que se merecen y la cual ambas están dispuestas a cuidar con sus vidas si es necesario.

Lo que digo es... Es que la felicidad ni el amor se rompe cuando llega a su vida un bebé. Un bebé es amor, felicidad y alegría. Un bebé es un lazo que forman tu pareja y tu, y solo ustedes deciden si verlo como lo más bonito de sus vidas, o la destrucción de ellas.

Hola holaaaa. ¿Cómo están? Espero que muy bien y aquí les vengo a dejar este capítulo que me pidieron.
Otra cosa, le quiero avisar que ya comencé la escuela y estoy súper full de obligaciones así que puede que me tarde un poco en actualizar, pero trataré de ser constante y escribiré cara vez que tenga tiempo libre.
Se les quiere ❤️ y dejen sus votos y comentarios.

🅴🅻 🅰🅼🅾🆁 🅳🅴 🅻🅰 🅲🅴🅾  𝖼𝖺𝖼𝗁É 𝗀!𝗉.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora