🄲🄰🄿🄸🅃🅄🄻🄾 2.

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Calle suspiró y se metió bajo la ducha con agua caliente, sentía como todo su cuerpo se relajaba y como todos sus músculos soltaban el cansancio de no haber dormido bien en aquella cama de hospital que a su parecer era demaciado incómoda.

Mientras sentía el agua recorrer cada centímetro de su piel pensaba en lo rápido que había pasado el tiempo, exactamente 10 meses de que se habían casado y ya tenían a su princesa con ellas. Calle no podía evitar sonreír al pensar en su hija, tan parecida a su esposa, tan linda y preciosa. También pensó en Poché y su corazón se aceleró, era como si supiera que ella era el amor de su vida y la mujer a la que mas amaba en el mundo, la madre su hija y su ahora esposa.

Al salir de la ducha, tomo su toalla y se aproximó a checar todo su cuerpo para después colocar una toalla más pequeña en su cabello. Se puso su ropa para dormir y después seco y peino su hermoso Cabello castaño.

Al salir del baño, Calle se encontró con la escena más hermosa del mundo. Su esposa estaba acostada solo con su pantalón de pijama y tenía a su hija acostada en el pecho.

Poché: amor, no quiero que crezca — dijo apenas se dió cuánta de la presencia de la castaña en la habitación y está se rió de su tonta peliazul — es que mírala, es tan bonita — beso la cabecita de su hija cautivada, no había duda de que Poché amaba demaciado al fruto de su amor con la persona que amaba.

Calle: nosotras hacemos niños bonitos — afirmo admirando a su peliazul y su pelinegra juntas.

Poché asintió.

Poché: eso sin duda, pero es mi bebé y no quiero que crezca. Quiero que se quede así para siempre — dijo abrazando a Anto sobre su pecho como si tuviera miedo de que alguien se la robara o está fuera a huir de sus brazos.

Calle sacudió la cabeza divertida ante el pensamiento y se acercó a la cama.

Calle: pues si se queda así, me quedaré seca — dijo señalando sus pechos — además, de que no nos va a dejar tener intimidad, nos va a interrumpir a cada rato — dijo recordando lo que había pasado algunas horas antes.

Poché miro a Calle asustada y después desvió la mirada a su pequeña.

Poché: bueno amor, tampoco hay que ser tan drásticas, podemos dejarla crecer un poco más.

Calle río.

Que tonta.

Poché: no te rías mala, es que con las ganas que te tengo — se mordió el labio mientras miraba a Calle de arriba a bajo.

Llevaba puesto un camisón transparente con el cuello y el escote abierto, pues cierta personita no tardaría en pedir ser alimentada; su cabello caía sobre sus hombros y estaba descalza.

Calle sintió su cuerpo estremecerse por las ganas que sentía de ser tocada por su mujer.

Poché: estás preciosa Calle — susurró admirada cosa que Calle agradeció. El embarazo había dejado sus “cicatrices" en ella y su autoestima estaba por los suelos, pero Poché no dejaba de repetirle lo hermosa que estaba, las ganas que le tenía y lo mucho que la amaba. Calle no se podía sentir más agradecida por tenerla como su pareja y madre de su hija.

Le dió un suave beso a su esposa y acarició con cariño la espalda de su bebé y se sentó a su lado. Con la misma mirada de amor con la que Poché admirada a su hija Calle también lo hizo, ella tampoco quería que Anto creciera, pero estaba dispuesta a disfrutar cada etapa lo máximo posible y sabía que junto a Poché esa sería una experiencia maravillosa.

Calle: creo que tú no te has visto en un espejo mi amor — replicó, ella sentía que Poché estaba más allá de hermosa.

Era su precioso ángel.

🅴🅻 🅰🅼🅾🆁 🅳🅴 🅻🅰 🅲🅴🅾  𝖼𝖺𝖼𝗁É 𝗀!𝗉.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora