DESCUBRIENDO LA VERDAD

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Al día siguiente, Diana pudo observar como la mirada de Akko había cobrado vida nuevamente reía, bromeaba y había puesto atención en todas las clases sin dormirse ni una sola vez, a lo que Diana discretamente había sonreído para sus adentros, sabiendo que su encuentro de la noche había ayudado a su amiga.

- No te preocupes Amanda, si tuvieras que esperar a que termine de comer para poder comer tu, no tendrías mucho tiempo, puedes ir por tu comida después de traer la mía y comer junto a nosotros.

- Muchas gracias señorita, en seguida vuelvo

- Entonces, ¿Diana te ganó, eh Amanda? - Akko miraba burlonamente a Amanda

- Tch

- Amanda, modales.

- Así es señorita Kagari, la señorita Cavendish me derrotó espléndidamente en la carrera del día de ayer - Amanda hizo una reverencia y fue a traer la comida de Diana

- Diana no tienes que ser tan mala con Amanda - dijo entre risas Akko

- La apuesta fue idea de ella, y te aseguro que a mi no me hubiera ido mejor de haber perdido

- Bueno, creo que tienes razón... además es gracioso ver a Amanda tan refinada.

El almuerzo concluyó al igual que las clases de vuelo y cuando Akko se disponía a ir a su "practica de vuelo", Diana había decidido seguirla.

- Es inútil señorita Cavendish, le puedo asegurar que todas hemos intentado seguirla para ayudarla a practicar y no regrese tan herida, pero la señorita Kagari es muy buena escabulléndose.

- ¿Ustedes sabían que vuelve herida de sus practicas?

- Bueno, la señorita Jansson nos informó de ello, por su puesto que todas nos preocupamos.

- ¿Porqué nadie me lo dijo?

- La señorita Kagari así lo pidió

- Debo irme

- Le digo que es imposible

- Tengo mis métodos. Puedes tomarte el resto del día.

Tras marcharse Amanda con una reverencia, Diana comenzó a correr en la dirección que corrió Akko, y al ver que no hubiera nadie al rededor se transformó en Celeste e hizo uso de sus instintos gatunos para buscar a su amiga. Entonces las vio golpeando a Akko estando en el suelo tratando de cubrir su rostro y la reconoció, Elizabeth Wembley aunque no era de alta cuna como ella, sus padres habían conseguido una pequeña fortuna gracias al trabajo de su padre en el consejo mágico. Y sus amigas aunque pertenecían a la alta sociedad, no llegaban ni siquiera al status de Hanna o Barbara.

Miró con rabia como golpeaban hasta el cansancio a su amiga, para finalmente insultarla e irse riendo. Celeste se acercó lentamente a Akko y comenzó a lamerle el rostro la cual aún lloraba de dolor.

- Celeste, ¿Qué haces aquí?... ¿viniste por mi?

- ...

- No quería que me vieras así, pero me alegra verte... ¿puedes quedarte conmigo un momento? Aún me duele moverme... será solo un momento después le diré a Lotte que volví a caerme

- ... - Celeste se acostó cerca de la mano de Akko y esta comenzó a acariciar tiernamente el lomo de Celeste.

Tras unos momentos de estar en esa calma, Akko por fin pudo levantarse y se dirigió lentamente hacia su habitación, Celeste por otro lado se quedó sentada viendo como Akko se alejaba. Tras convertirse nuevamente en Diana, tomó su teléfono.

- ¿Tía Daryl?

- Si Diana, ¿Qué quieres?

- Necesito tu ayuda

- ¿Perdón?

- Voy a destruir a una chica, pero su padre es miembro del consejo

- ¿Estas bromeando?

- No

- ¿Puedes decirme por lo menos que está pasando?

- Supongo que es necesario... - y así Diana se dispuso a relatarle todo lo ocurrido a su tía.

- Ya veo, pero ¿Por qué te interesa tanto?

- Supongo que es inútil ocultártelo. Estoy enamorada de ella tía y no permitiré que nadie la lastime, no de esta forma tan rastrera al menos.

- Necesitamos hablar cuando todo esto acabe... hablaré con nuestros contactos, estoy segura que les interesara saber que hay alguien que atenta contra "la salvadora de la magia"... también hablare con Blackwell y Hanbridge

- No, yo hablaré con Andrew... hay algo más que necesito que haga

- Bien, pero necesito la evidencia Diana

- Sabes que aún no le entiendo a este aparato, en cuanto averigüe como hacerlo te mandare el evento de hoy.

- Compraste un teléfono y eso fue mas que sorprendente, aunque ahora puedo suponer por "quien" lo compraste

- Hablamos luego, aún tengo cosas de las que ocuparme. - Dijo Diana con su rostro completamente rojo.

LA VERDAD OCULTA DE AKKODonde viven las historias. Descúbrelo ahora