Capítulo 19

484 50 3
                                    


Cuando abrí mis ojos me di cuenta de que no estaba en mi cama, me desconcerté, giré y Peter Lanzani estaba dormido vestido, yo estaba en ropa interior, no entendía nada de lo que había pasado.
Él abrió sus ojos y me sonrió, necesitaba saber que había pasado.
-¿Qué hago acá?-directa al punto.
Me hizo una caricia en la cara y se rió.
-Anoche te volviste una furia al verme con mi secretaria y me obligaste a irnos juntos de la fiesta-elevó sus cejas, le di un golpecito en el brazo, estaba molestándome, se rió de mí- solo estabas muy alcoholizada e ibas a cometer un error, ibas a querer matarte después.. Estabas por ir a tener sexo con Miguel Angel.. Te salvé
¡¿Qué?!
No recordaba nada de eso, tal vez estaba tomándome el pelo.
-No.. Yo no hice nada de eso.. ¿Cierto?-me extrañé, Juan Pedro terminó asintiendo con la cabeza.
-Lo de Miguel sí paso, terminaste a los besos con él y si yo no hacía nada te hubieses despertado en su cama-elevó sus cejas, Juan Pedro se sentía "orgulloso" de haberme salvado.
-¿Qué te hace creer que sos mi héroe?-lo miré fijamente a los ojos.
-Ya de por sí queres matarte por enredarte entre sábanas conmigo, si encima lo hubieses hecho con otro compañero del trabajo estarías golpeándote a vos misma con alguna cosa-Juan Pedro se puso a jugar con mi pelo.
Tenía razón.
-Tengo el pelo húmedo.. ¿Me bañaste?-lo miré ahora con curiosidad.
-Sí.. Bueno, te llevé al baño para que te diera el agua fría y vuelvas a la normalidad, no podías contar ni cuantos dedos de la mano tenía..-él me acarició la punta de mi nariz con uno de sus dedos
¿Puedo desaparecerme de la faz de la tierra?
Mi jefe me vio muy alcoholizada, vulnerable y tuvo que cuidarme para que vuelva a la normalidad.
Peter se acercó aún más a mi y agarró mi mano con la suya, la apoyó sobre una de sus mejillas, ¿quería que lo acariciara? No me opuse y le hice caricias, era un acto demasiado íntimo, pero no pensé en eso, iba a hacerlo porque le debía las gracias, me había cuidado toda la noche.
-Yo.. Hice un papelón-lo miré a los ojos y rápidamente me escondí debajo de su cuello avergonzada, solté un suspiro, no había vuelta atrás, lo que pasó por suerte ya pasó.
Él soltó una carcajada y siguió con sus caricias esta vez en mi espalda.
Cuando salí de mi "escondite" nos miramos a los ojos, entonces me besó, no fue pasional como lo era siempre, fue un beso suave, ¿dulce?
Besó con cuidado la punta de mi nariz.
-Es muy chiquita.. Es linda..-me sonrió y sus ojos se achinaron.
Seguro a todas sus "conquistas" les decía lo mismo, traté de convencerme de que eso era así para no verlo como nada más que mi jefe, entonces me reí.
-Cómo digas Peter..
Él me sonrió cuando lo llamé por su apodo, otra vez me equivoqué.
Había traspasado todos los límites, lo había besado, nos habíamos acostado varias veces, me había visto ebria, todo se me estaba saliendo de las manos, nunca conté con que podía pasarme eso.
-Seguro soy un mapache, tengo el maquillaje corrido..-eso pasó a segundo plano, me escandalicé por eso, seguro estaba horrible- y ojeras..
-No.. No tenes nada de eso.. Te limpié toda la cara.. Estas al natural, y.. Hermosa-él hizo una pausa antes de decirlo, nos quedamos mirando a los ojos e inevitablemente me puse nerviosa.
-¿Podemos desayunar?-cambié rápidamente de tema.
-Querrás decir almorzar..-elevó sus cejas, terminé asintiendo con la cabeza.
-Comer algo, lo que sea-solté un suspiro.
Terminé poniéndome una camisa de él, descalza seguí sus pasos, lo vi preparar un risotto con azafrán y verduras, no sabía que fuese bueno en la cocina.
-Cualquier chica estaría feliz teniéndote en su vida.. Yo soy malísima en la cocina- me reí antes de probar lo que había preparado.
Peter me miró y suspiró.
-No... No todas...
¿Acaso estaba hablándome de su esposa?
Nunca me puse a pensar bien lo horrible que debe ser casarse y que tu compañero de vida termine siento otra cosa, la persona que te rompa el corazón.
¿Puede que el corazón de Peter Lanzani esté roto?
Me cuesta creerlo, porque siempre es él quién lastima a los demás.
Cambié de tema y me puse a decirle propuestas, empecé a hablar de trabajo y él me besó para silenciarme.
-Lali es Sábado-elevó sus cejas- el Lunes te escucho todas tus brillantes ideas, pero hoy es fin de semana, hagamos algo más lindo, podemos ir a recorrer, tomar algo de sol, respirar otro aire..
Me puse a pensar si era una buena idea.
-Mejor.. Mejor vuelvo a mi departamento a cambiarme..-traté de escaparme y él se dio cuenta- bueno, podemos pasar por ahí, me cambio y hacemos algo
Él me sonrió y asintió con la cabeza.
Otra vez tuve que ponerme el disfraz de diosa  griega y salí del edificio haciendo el ridículo, Juan Pedro se rió hasta que nos subimos a su auto, manejó hasta mi barrio y me esperó a que me ponga ropa más cómoda.
-Mucho mejor-me guiñó un ojo coqueteando conmigo.
Me reí, él no perdía la oportunidad de ser como era, una persona que coquetea constantemente.
Manejó hasta que conseguimos un lugar para estacionar, cuando vi donde me llevó elevé mis cejas mirándolo.
-Me trajiste a ver hockey sobre hielo..
-Al Madison square garden, ¡no es poca cosa!-me sonrió.
Caminamos hasta la boletería y él compró dos tickets, hicimos la fila hasta entrar, nunca había visto un lugar lugar deportivo tan grande, estaba lleno de personas, cada uno en sus asientos.
El partido empezó y le presté mucho atención al juego porque no entendía bien las reglas, Peter iba explicándome lo que él sabía, cuando terminó el primer tiempo terminé de entenderlo.
-Nos toca-él me miró.
-¿Nos toca qué?-elevé mis cejas.
-Nos están filmando, estamos saliendo en la cámara de los besos, allá en la pantalla-me la señaló y me puse nerviosa-¡no pasa nada! ¡Solo un besito!
-Frente a más de cien personas-me escandalicé.
Él soltó una carcajada y me robó un beso, todos celebraron gritando y aplaudieron, por suerte después de eso la cámara eligió a otras personas.
-No iba a perder la oportunidad de poder besarte..-me lo susurró en el oído y me sorprendí, ¿me había dicho lo que me había dicho?
-¿No podes dejar de coquetear conmigo? ¡Un límite te pido!-nos miramos y él me sonrió, se rió como si estuviese divertido.
-Me gusta coquetear con vos, perdón, está en mi naturaleza el querer llamar la atención de la persona que me gusta...-cuando terminó de soltar esas palabras se hizo un silencio, me había echo una declaración que me dejó desconcertada, él notó mi nerviosismo y me abrazó- solo.. Solo soy impulsivo..-me lo soltó sin soltarme.
Sentí una especie de cosquilleo en mi interior, nunca me había pasado algo igual, eso me asustó, por eso me aparté, me puse nerviosa.
Suspiré aliviada cuando empezó nuevamente el juego, traté de concentrarme pero tenía la cabeza en otro lado, en lo que había pasado recién, lo que no tenía que pasar, había sido algo desconocido, no tenía claro qué, pero no iba a tener que volver a pasar algo igual.

Inevitable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora