Comienzo de la tortura - Capitulo 2

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                                                                                                                                                                                                                                               Jeon Jungkook.

Era la hora del desayuno y nos encontrábamos en la cafetería cuando la vi llegar. La novata con cara de perdida, a decir verdad era jodidamente hermosa.

- ¿Qué miras?- me preguntó mi amigo de pelo blanco.

- A la chica que está con la hermana de Hoseok- dije sin apartar la mirada de ella.

-Mi hermana me platico de ella, al parecer son amigas desde ayer- eso era bueno. Cada vez que Hoseok visitará a su hermana yo podría ir a verla.

-Pues prepárense porque a partir de este momento ella es mía- sentencie. Yoongi iba hablar pero otra persona lo hizo antes que él llamando así mi atención.

-Te debo algo Ares con complejo de Adonis - se levantó de su asiento sin despegar sus ojos de los míos.

-¿Me hablas a mi?-me señalé a mi mismo. Obviamente se refería a mi.

-No a mi abuela si te parece- valiente la gatita. Me gusta.

-Oye niña no te conviene molestarme - dije tratando de intimidarla pero ella no cedió.

-Me da igual el complejo de superioridad que tengas solo deja de mirarme me pones los pelos de punta- nadie me había retado y que ella lo hiciera me parecía sexy hasta cierto punto. Pero por mucho que activará mis ganas de follármela ahí mismo, no iba a dejar que me humillara delante de todos.

-Ya quisieras que yo te mirara- me acerqué a su mesa y la mire de arriba a abajo, era tan pequeña a comparación de mi, era como la versión bolsillo de una tía buena  - pero no me gusta mirar porquerias- pretendía bajarle los humos a la señorita.

-¿Y cómo te miras todos los días al espejo?- ¡Dios! que sexy se veía intentando ser dominante.

-No voy a pelear contigo solo buscas atención - aquello tal vez no era cierto pero por mi parte ya la tenía.

Salí solo de la cafetería en busca de regalitos para mis camaradas, a los que vería en el palco abandonado de siempre.

Llegué al patio trasero donde me encontraría con el conserje.

-¿Tienes lo mío?-me pasó una bolsa diminuta con hojas de maria secas- perfecto, recuerda no abrir tu bocota -hice el gesto de cremallera cerrada por encima de la boca.
Él me tenía miedo a causa de los rumores. No se quien los esparció pero gracias a ello he conseguido muchas cosas y gozó de ciertos privilegios que el resto no tiene. Mira que pensar que maté a una persona con un tenedor. A parte de estupido, era casi imposible. Y digo casi porque la gente muere de maneras muy extrañas o eso había aprendido en Discovery Chanel gracias a Mil Maneras de Morir.
  Llegué a mi destino y ahí estaban los mayores pendejos que había conocido en mi vida.

-Si nos ven nos van a expulsar- encendí el porro. Hoseok siempre había sido muy asustadizo.

-Solo será una pintada y un par de porros además aquí no viene ni Dios- dijo el peliblanco.

-¿Y sabéis una cosa?, la nieta del director está de nuestro lado, nunca dejaría que echen a su precioso Hoseok-dijo burlonamente.

Ellos siempre hablaban de ella pero yo nunca la había visto, además yo tenía inmunidad en el internado por otras cuestiones.

- ¿ Y si un día habla?- dije sin pensar. No confío en una persona que nunca he visto su rostro.

-Pues la matamos como hicimos con la última persona que sé metió con nosotros- las cosas no pasaron de esa manera pero es cierto que aquella persona murió por nuestra culpa.

Cayendo en el infierno (+21) suspendidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora