El cuarto de la bodega era estrecho, obscuro y perfecto para las atrocidades humanas que fingías accidente.
La pequeña cubeta verde con olor a químicos y agua sucia en la que reposaban mis tristes cabellos, intentaba salvarme. Fungía como el pozo de mi desgracia, o al menos eso figuraba, hasta que el deseo saciaba a aquel vestiglo, que en mi retorcida mente aún lucía admirable.
~Anne
ESTÁS LEYENDO
Cartas a Vlerat
SpiritualVlerat el amor joven que soñamos tener. Recopilación de cartas e historia oscura. Grafías dulces acompañadas de melancolía y secretos guardados.