Hipnosis

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Los gritos de Ann son cada vez más fuertes, el terror se apodera de mí y mis extremidades se encuentran rígidas, pero aun así intento ayudarla para que no se desvanezca. Mientras, entre sollozos lo ve, y empieza a describir sus atroces acciones:

Sus dedos están sucios, su lengua es áspera y húmeda, su aliento es fétido y sus uñas arañan mi espalda. Ann, Anne, grita mi nombre con deseo. No puedo, no quiero recordar.

¿Quién es? Puedes recordarlo Ann, sé que puedes. Susurraba el médico de la sala blanca

El odio se apodera de la mente y solo puedo gritar ¿Quién es? Quiere saber ¿Quién es? Se lo diré, ¡Era un maldito hijo de puta que se entretenía viendo a Anne! -Digo con una voz firme y angustiada-. Ahora ¡Basta! No puedo soportarlo, no puedo ver a Anne así, estoy harto de que la hagan revivir esa atrocidad.

El terapeuta me observa e indica a los enfermeros parar la sesión, toma el lapicero y coloca en el papel unos pequeños garabatos que apenas puedo distinguir. Trastorno ...

Arranca la hoja y sale de la habitación. No puedo leer más.

~Vler

Cartas a VleratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora