Mí Zorro Feroz XIII

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Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia de caperucita, obviamente, no me pertenece, pero si las locas cosas que pasan por aquí.

Advertencia: Escenas violentas, lenguaje soez, posible sexo explícito (que sé que les gusta cochinillos XD) y si hay algo más, iré avisando.

Historia corta (creo), Algunos personajes OoC.

Mí Zorro Feroz

§

Hinata gritó mientras se movía a gatas por el suelo en dirección contraria a la mujer. Pero cuando levantó la mirada, Kaguya estaba al frente suyo de nuevo.

Ella volvió a gritar, queriendo irse hacia el otro lado. Por el fondo de su pánico, escuchó el gritó aterrador que lanzaba Naruto cuando daba una advertencia. Hinata llegó a la puerta y se alzó, luchó unos segundo con el manija, pero pudo abrirla. Vió a Naruto en su forma de zorro y corrió a él, el pelaje naranja, dorado y negro erizado. Pero Hinata no llegó cuando Kaguya volvió a aparecer frente a ella de la nada. Hinata se detuvo tan de golpe que terminó cayendo de bruces.

Hinata miró aterrada a la bruja. No porque fuera bruja, ni porque tuviera cuernos. Su mirada estaba clavada en ese ojo que le seguía en sus pesadillas. Hinata no podía pensar con claridad y de repente le faltó el aire. Sus pulmones se comprimieron, no dejando que nada entrara en él. A penas había podido alejarse unos pocos pasos cuando se arrastró por el suelo hacía la cabaña de nuevo, cuando no pudo moverse más. Se llevó la mano al pecho, sin poder respirar.

Kaguya dió unos lentos pasos hacía ella, mientras Hinata luchaba con su cuerpo que de pronto parecía querer romperse. La negrura bailo en el borde de sus ojos mientras la visión se le distorsionaba. Hinata hacía movimientos como si quisiera vomitar, ella sentía que algo quería salir de ella. Kaguya se puso en cuclillas al lado de su cabeza, mientras Hinata la miraba temerosa, por su ojo y las reacciones que tenían su cuerpo.

Su abuela, cerró el ojo rojo y la tomó del rostro.

-Tranquila. Respira-, le dijo lentamente.

Hinata sintió que se ahogaba más cuando quiso decirle que no podía. Kaguya frunció el ceño y su mirada fue a su hombro. Ella movió su mano hasta descubrir su hombro y el cuerpo de Hinata comenzó a temblar con fuertes espasmos mientras sentía que quería perder la consciencia.

Hinata escucho un gritó, uno lleno de lamento antes de que su abuela la tomara y la lanzará hacía el bosque. Ella habría gritado su hubiera podido, pero estaba empezando a sentir que moriría. Si no lo hacía por la reacciones de su cuerpo, seguramente sería por el golpe que tendría al caer de ese lanzamiento. Ella sintió que flotaba mientras se movía con violencia, su cuerpo girando y ella sólo pudo ver destello del bosque cada vez más cerca mientras su cuerpo giraba de nuevo.

Cerró los ojos sintiendo que estaba cada vez más cerca de morir por la falta de aire. Ella esperó el golpe, de una forma, sabía que él dolor se detendría cuando se golpeara contra los árboles. El golpe llegó, pero no sintió la dura madera, sino una esponjoso pelaje y cuando su cuerpo colisionó con Naruto, porque ella lo sabía en el fondo de su mente, el aire volvió a entrar en sus pulmones.

Hinata estaba laxa, su cuerpo sin fuerzas, sus pulmones trabajando el doble para darle el aire que tanto necesitaba. El enorme y esponjoso cuerpo del zorro se cerró al rededor de ella. Hinata ni siquiera tenía fuerzas para correr la cara cuando la lengua áspera de Naruto pasó por la mitad de su rostro. Él hizo gemidos bajos y preocupados, pero ella sólo podía intentar recuperar el aire.

Cuando comenzó a sentirse mejor, alzó una mano y la apoyó en la larga nariz de Naruto, sintiéndola fría y algo húmeda. Él dejó se hacer los gemidos, pero ella pudo ver sus ojos celestes que seguía preocupado. De repente, el cuerpo de Naruto se tensó y ella mismo lo hizo, sin saber qué era lo que no le gustaba en el aire. Naruto movió su enorme cabeza, mirando hacia la cabaña y Hinata también lo hizo.

Su abuela están en el borde del terreno, parecía furiosa y ella tembló al sentir que su furia se dirigía a ellos dos.

-¿¡Cómo te atreves a marcar a mí nieta!?- rugió y su ojo rojo se abrió.

El cuerpo de Naruto comenzó a cambiar a hombre de repente. Hinata terminó entre sus piernas desnudas, su espalda contra el pecho musculoso.

-Ella es mía- gruñó Naruto, cerrando sus brazos al rededor de ella.

-¡Eres un cachorro idiota! Ahora ella no puede venir a mí terreno ¿cómo la cuidaré?- se lamentó.

-Hinata estaba herida por tu culpa-, ella sintió su torso vibrar trás ella-. No la cuidas muy bien.

Su abuela apretó las manos y su pelo comenzó a alzarse desde las puntas. De repente ella desapareció y al siguiente parpadeo, el cuerpo de Naruto fue lanzado lejos de ella. Hinata vió como su cuerpo desnudo golpeaba contra un tronco y un grito ahogado salía de él.

-¡No! ¡Abuela!- pidió cuando vio que aparecía frente a él y lo agarraba del cuello, levantándolo del suelo.

-Me quieres sacar a mí nieta-, gruñó ella bajó pero Hinata llegó a escucharla.

Hinata se levantó y a tropezones llegó a ellos, tomando el brazo de su abuela, intentado que soltará a Naruto.

-Basta abuela. Naruto no quiere eso, él...

-¡Silencio!- le gritó Kaguya, pero Hinata no paró de tironear si brazo, intentando que soltará al rubio que agitaba las piernas a una corta distancia del suelo.

-¡Déjalo!- rogó Hinata cuando los ojos de Naruto comenzaron a querer irse hacia atrás.

Kaguya lo soltó y él cayó sobre su trasero en la hierba. Hinata se arrodilló al lado de él, sin prestar atención a su desnudes. Más preocupada por su tos áspera.

-¿Así planeas cuidarla?- preguntó su abuela, su tono lleno de resentimiento.

La mirada de Naruto se afiló cuando alzó los ojos para verla mientras su mano tocaba su garganta adolorida.

-No me permites transformarme. Si estuviera en mi piel de zorro no dirías lo mismo vieja arpía-, Hinata se sorprendió al escucharlo hablar con tantas palabras.

Kaguya bufó.

-No sabías ni hablar correctamente hace unas horas. ¿Qué sabes de la pelea?

Naruto gruñó. Él abrió la boca pero no llegó a decir nada cuando un cuerpo pesado caía desde arriba, justo atrás de su abuela. Hinata abrió los ojos asombrada cuando el enorme lobo gris de ojos rojos lanzó una mano a la dirección de Kaguya. Pero su abuela desapareció, evitando las garras. Pero así como había desaparecido, volvió. Está vez, dándole la espalda a ellos. Cuando el lobo miró a Kaguya, su cabeza fue hacia atrás y su cuerpo comenzó a cambiar.

Hinata miró asombrada como el lobo caía en el suelo, haciéndose una bola mientras su pelaje se caía. El ruido de los huesos acomodarse fue molesto y fuerte. El pelaje gris dio lugar a piel pálida, pero así como apenas se mostraba era cubierta con ropa. Hinata vió fascinada como se transformaba.

Sus ojos se abrieron enormes cuando el cuerpo desapareció, su mirada empezó a buscar frenéticamente. Hasta que un cuerpo comenzó a caminar por debajo de la sombra de unos de los árboles. El cuerpo no estaba desnudo, estaba vestido con una camisa y pantalones. Manos delgadas fueron al rostro del lobo para sacarlo como si fuera una máscara.

-Tanto tiempo sin vernos, Kaguya.

Hinata no pudo evitar abrir la boca asombrada. Su madrastra. Tsunade estaba allí, pero igual que su abuela llevaba un enorme ojo rojo en su frente, de allí salían líneas que marcaban su rostro y bajaban por todo su cuerpo cubierto por ropa.

Eso quería decir...

¿Tsunade? ¿Tsunade fue la que mató a su padre? ¿A su propio esposo?

Continuará...

Mi zorro ferozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora