Mí Zorro Feroz XIV

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Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia de caperucita, obviamente, no me pertenece, pero si las locas cosas que pasan por aquí.

Advertencia: Escenas violentas, lenguaje soez, posible sexo explícito (que sé que les gusta cochinillos XD) y si hay algo más, iré avisando.

Historia corta (creo), Algunos personajes OoC.

Mí Zorro Feroz

§

Hinata fue tomada por Naruto que la colocó en un rápido movimiento detrás de él. Ella se mareo con el movimiento brusco.

—¿Así que tú eres la criatura que fue matando a mí descendecia?— preguntó relajada Kaguya.

Hinata miró asombrada a su abuela, sin entender de lo que estaba hablando. Pero Tsunade contesto antes de que ella le diera sentido a sus palabras.

—No fue tan difícil. Los gemelos eran demasiado ingenuos y comieron sin temer la golosina que le dí. Tu hija, fue otro asunto—, Tsunade mostró una sonrisa ladeada, sus ojos miel parecían algo perdidos—. Tenía más de tu sangre que la de su padre. Pero el embarazo le había tomado demasiadas fuerzas. El menor de los gemelos fue como cortar una flor. Hiashi, por otro lado...

Hinata apenas podía respirar, ella miraba a la mujer que había sido su madrastra por tantos años sin conocer a la mujer que tenía al frente.

—Hiashi tenía un poder especial. Que pena que no le hayas querido enseñar.

Hinata miró a su abuela. Kaguya no mostraba sentimientos en su rostro. Tsunade siguió hablando.

—Pero era sólo un hombre solo cuando su pobre y débil mujer murió después de tener una pequeña niña—. Tsunade volvió a sonreír cuando miró a Hinata, Naruto gruñó—. Él necesitaba ayuda de una mujer joven, y yo estaba ahí para él, esperando que pasará los diez años que tenía que esperar hasta que esa estúpida maldición se alzara—. Ella miró con odio a su abuela, para luego soltar una carcajada—. Tendrías que haber visto el rostro de Hiashi cuando me vió. ¡Estaba tan enojado!

Tsunade rió, el único sonido que se escuchaba en todo el bosque.

— Sólo me faltó matar a la niña, si no hubiera sido por el idiota de Minato, todo esto habría cambiado.

—¡Me juraste que no la matarías!— gruñó Naruto, asombrado a Hinata que miró su nuca y soltó su espalda.

Tsunade carcajeó un poco más.

—Pobre niño, ¿de verdad creíste en mí? Eso es tan tierno. No puedo culpar a tu inocencia. El idiota de tu padre me desafío cuando le dije el plan. ¡Estábamos cansados de esta vida!

—¡Nos lo merecemos!— le gritó Naruto.

—¡NO!—, rugió la rubia—. ¡No lo hacemos! ¿Qué has hecho para ser un monstruo?— le gruñó Tsunade—. Estuviste diez malditos años como un zorro porque no quisiste transformarte en el último momento. ¡Eres un niño idiota!— le gritó para dar un paso a él y agitar su mano.

Hinata gritó cuando el cuerpo de Naruto salió volando hasta golpear contra un tronco. (N/A: pobre mí rubio. Lo golpean a cada rato XD). Ella vió como caía de cara en el suelo e intentaba levantarse con brazos temblorosos.

—Deja al muchacho—, dijo suavemente Kaguya dando un paso hacía adelante—. Por lo menos admite el castigo que lleva su sangre.

Tsunade bufó.

—¿Por culpa de quién? Él ni siquiera sabe el por qué nació así. Tuve que matar a parte de mí familia por no querer sacarnos está maldición—, los ojos de Tsunade se llenaron de lágrimas, pero los parpadeó, el líquido desapareciendo y el rencor llenando toda su expresión—. Ahora he perdido al único que me quedaba.

—¡A se merecía morir!—, gruñó Naruto desde el otro lado.

—¡No!— gritó Tsunade haciendo el mismo movimiento, pero Kaguya apareció frente a Naruto.

Ella hizo un movimiento de manos, como si tomara algo lo diera vuelta entre sus manos y lo lanzará a un lado. Hinata escucho que un árbol se rajaba sin que nada golpeara contra él. Los ojos de Hinata se abrieron asombrados cuando Tsunade apareció en un parpadeo en su rostro, la tomó del cuello y la alzó.

—¡NO!—, gritaron Kaguya y Naruto al mismo tiempo.

Hinata apenas pudo hacer un jadeó cuando fue lanzada hacía un lado con violencia. Antes de chocar con algo, su abuela apareció para detener su lanzamiento hacía el terreno de la cabaña. Ella la tomó en brazos y la puso en su hombro como si fuera un pedazo de tela. A Hinata se le escapó un bufido con el golpe en su estómago. Sintió que saltaban, su estómago queriendo salir por su garganta con el brusco movimiento.

Kaguya comenzó a saltar entre árbol y árbol, alejándose del terreno de la cabaña, con ella en el hombro. Cuando Hinata escuchó un aullido, vió hacía arriba. Tsunade y Naruto se habían transformado y, mientras el lobo quería lanzarse hacía ellas, el zorro se puso en su camino, atacando frontalmente. Hinata miró preocupada, pero no pudo decir ni hacer nada cuando su abuela se movió más rápido y los perdió de vista.

—No dejes solo a Naruto—, rogó Hinata casi sin aire por los constantes golpes en su estómago.

Kaguya gruñó.

—Primero debo ponerte a salvo. Sólo serás una distracción si estás cerca para él—, le dijo mientras seguía saltando—. Él conoce mejor su cuerpo de zorro que su cuerpo humano. Contrario a Tsunade que sólo se transforma una vez cada diez años.

Hinata quiso creerle, pero no pudo evitar preocuparse más cuando escuchó un aullido otra vez. Ella miró hacia donde habían estado, pero sólo había árboles. Hinata comenzó a reconocer a dónde la llevaba.

—La cueva de Naruto.

—Si—, respondió Kaguya aunque no había sido una pregunta.

A los pocos minutos ya estaba en la abertura, Hinata se sorprendió. ¿A qué velocidad se había movido su abuela? Ella recién la bajo cuando estuvieron dentro. Kaguya ya estaba empezando a darle la espalda cuando Hinata la tomó del brazo. Necesitaba un respuesta.

—¿Qué quiso decir Naruto que se merecían esa maldición? ¿De qué maldición habla Tsunade?

Kaguya dudó, mirando a la abertura y luego a ella. Su abuela terminó suspirando y agarrándola de los hombros, sosteniéndola con fuerza.

—Te lo diré rápido, sólo una vez. Hace 150 años la familia Senju y Namikaze colgaron a mí madre en la horca. Mí madre los maldijo, diciendo que su descendencia mostraría los monstruos que eran en su interior y sólo cada diez años tendrían derecho a vagar con dos piernas. Mí madre me ha delegado el deber de cuidar este bosque, pero sólo cuando nacieron la segunda generación me dí cuenta de la magnitud de su maldición. La única forma de librarse de la maldición es derramando toda la sangre Otsutsuki. Y sólo quedamos nosotras.

Hinata la miró asombrada, todavía sin poder dirigir tanta información. Kaguya la soltó y se movió a la abertura. Ella se movió tras ella, pero antes de que pudiera salir, su abuela había colocado una pesada y enorme roca que cubría todo.

—¡No! ¡Abuela, déjame salir!— gritó golpeando inútilmente la roca.

—¡Mantente viva, mí niña!— fue lo último que escuchó de su abuela antes del silencio absoluto.

Continuará...

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