Mi Zorro Feroz

2.4K 179 46
                                    

Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia de caperucita, obviamente, no me pertenece, pero si las locas cosas que pasan por aquí.

Advertencia: Escenas violentas, lenguaje soez, posible sexo explícito (que sé que les gusta cochinillos XD) y si hay algo más, iré avisando.

Historia corta (creo), Algunos personajes OoC.


Mí Zorro Feroz

10 Años atrás

§

Hinata iba canturreando mientras su cuerpo se movía gracias al movimiento de la carreta. Su padre iba a su lado, cantando la misma canción.

Ambos estaban felices. ¿Por qué?

Irían a visitar a la abuela.

Hinata amaba a su abuela Kaguya, a su corta edad de diez años la consideraba muy graciosa. Puede que su abuela le haya enseñado una que otra grosería a escondidas de su padre, Hiashi. Su abuelita era dura como una roca, pero mantenía la frescura de una flor. Su padre siempre decía que ella terminaría enterrando a todos sus hijos.

Y desgraciadamente, hasta ahora era cierto. Sus primogénitos, unos gemelos, se habían muerto gracias a la fiebre cuando eran pequeños. Su tercera hija, muriendo dando a luz junto con su nieto. Luego había nacido su padre con su hermano gemelo. Pero sólo Hiashi había sobrevivido, ya que el otro había nacido sin vida. Todas las penurias, mezclado con la pérdida de su marido, habían hecho a su abuela dura y antisocial. Hinata recién empezaba a entenderla.

Hinata reconoció un roble que estaba cerca de la casa de su abuela y sintió la conocida anticipación de llegar. La canasta era enorme en sus piernas, y pesada. Su madrastra no se llevaba bien con su abuela y evitaba ir a su casa. A su papá no le importaba, era un momento perfecto para padre e hija.

Un movimiento le llamó la atención a unos arbustos y miró curiosa. Sus orbes se abrieron asombrados cuando ojos rojos brillaron entre las sombras de los árboles y el arbusto. Su mano voló para agarrar el borde de la capa roja de su padre.

Hiashi la miró, viendo que el pequeño cuerpo de su hija crispado y temblando, y frunció el ceño.

-¿Qué sucede Hinata?- preguntó curioso para volver la vista al frente.

-Creo que vi algo-, tartamudeo con la voz queda la pequeña.

-¿Humm? ¿Adónde?- dijo su padre deteniendo los caballos y su mano llendo directamente a la escopeta que tenía a un lado.

El bosque era peligroso, había leyendas de criaturas extrañas y sedientas de sangre, y no hablaban específicamente de los animales salvajes. Eran unos más peligrosos, unos que no podían matar simplemente.

Hinata apuntó con un dedo a los arbustos y Hiashi apuntó su escopeta, esperando que algo saliera de entre el follaje. El corazón del hombre palpitaba con fuera cuando las hojas se movieron levemente y tragó el nudo en la garganta. Un frío helado bajó por su columna vertebral, haciendo que en sus brazos brotará la piel de gallina y la escopeta temblará levemente. Se paró lentamente, todavía apuntando, sus piernas estaban algo inestables por los nervios, pero trabó las rodillas.

-¿¡Quién anda ahí!?- gritó, esperanzado de que fuera una persona o un animal que se asustara con su grito.

Ambos saltaron cuando pájaros volaron a su espalda, haciendo un estruendo en el bosque tan silencioso. Allí, Hiashi se dió cuenta del silencio que les envolvía.

Mi zorro ferozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora