Las caricias que le brindaba Ken a Vivi lograron tranquilizarla y se encontraban en una escena muy cálida. Los dos aferrados el uno con el otro, disfrutando su compañía.
–Nena, ¿Quieres que compremos algo para comer antes de volver a tu casa?– Preguntó en un susurro meloso.
–No quiero volver a casa, Kenny.– se frotó en el pecho del mayor buscando más comodidad.
–¿Quieres que tu hermano me odie?– dijo con una sonrisa irónica en su rostro.
–Cristian confía en que me vas a cuidar, así que no veo el problema.– respondió cerrando sus ojos aún en el pecho de Ken.
–Esta bien. Vamos a comer algo y luego vemos qué hacemos.– dijo no muy convencido Ken. La chica al contrario del muchacho, festejó en silencio que podría disfrutar más tiempo con él.
–¿Venderán pecesitos de pan por aquí?– preguntó despegandose del pecho de Kenny para luego conectar miradas.
–Vamos a ver, bebé.– ambos se sonrojaron y se pusieron nerviosos ante el nuevo apodo. El alto se levantó apresurado levantando a la chica de su regazo para dejarla de pie en el suelo. –Apresurate.– dijo serio pero con aún sus mejillas con un leve color rosa.
Vivi al ver cómo se alejaba corrió hasta su lado para colgarse en su brazo con una sonrisa gigante en su rostro. El alto al verla le devolvió el gesto tomando su mano y así caminar a la par, para empezar a recorrer los diferentes comercios que estaban sobre la costa del mar.
Luego de un buen rato caminando, se encontraron lo que Vivi estaba buscando. Los pescaditos de pan se veían brillando ante el mirar de la muchacha. Ken se sorprendía ante el cariño que le podía tener a literalmente un pan con forma de pez. Sintió como la chica tiró se su mano para indicarle que vayan hacía el pequeño local en el que atendía un chico que aparentaba tener la misma edad de la pareja.
–Hola hermosa, ¿Quieres un pecesito de muestra?– el vendedor se dirigió a la chica estirando un pequeño pez en un palillo. La chica lo aceptó con un sonrojo y agradeciendo en voz baja.
Draken al darse cuenta de las intenciones del muchacho se adelantó y, sin importarle ser amable, le pidió un surtido de todos los sabores de pecesitos. Vivi se encontraba incómoda ante la situación.
–Linda, puedes venir cuando quieras y te daré los peces que gustes.– agregó el vendedor luego de cobrarle al alto. Se veía claramente el coqueteo hacia su chica.
–No te das cuenta que es mi novia, idiota.– soltó enfurecido Ken, el muchacho solo lo miró incrédulo. La chica se sorprendió y su corazón dió brincos de felicidad ante el término que uso ante ella.
–No parece que te haya molestado a la primera.– con sarcasmo el muchacho que atendía respondió al insulto, logrando que nuestro Ken se enoje más de lo que ya estaba. –Además, ella es muy bella como para andar con un estúpido como tú.– el alto estaba por contestar pero una pequeña mano se posó en su pecho empujándolo suavente hacia atrás.
–Él es más que suficiente para mí.– dijo fuerte y claro la muchacha con todo el coraje que tenía en su cuerpo. –Además tú no le llegas ni a la punta de los pies a mi novio.– Finalizó Vivi, tomando la mano del alto que estaba confundido por la situación que le brindó su pequeña.
Draken fue arrastrado por algunas calles de la mano de la chica que parecía insultar en susurros y con pisotones tiernos. Vivi estaba enojada porque nadie más que ella misma podía insultar a su Kenny. Se dió vuelta para encontrar la bella sonrisa del alto que le sacó ante tal escena. Él se acercó al bajo cuerpo de aquella niña para rodearla con sus brazos, pegarla a su cuerpo y luego posó su mentón en su cabeza. Ella respondió con la misma acción y con su corazón derretido del cariño que sentía por Ken.
–Gracias por defenderme, nena.– agradeció dándole pequeñas caricias en su espalda.
–Nunca dejes que hablen mal de ti, tonto.– se separó un poco para buscar su mirada.
–Estás insultandome, tonta.– dijo entre risas.
–Te odio.– se cruzó de brazos pero con los brazos de Ken rodeándola. Él al verla con sus cejas fruncidas y con un puchero en sus labios, no dudó en dejar un beso en ellos sorprendiendo a la chica.
–Yo te quiero mucho, nena.– dijo dejándole besitos por todo su rostro logrando hacerla reír.
–Puede que yo te quiera más.– rodeó sus brazos en el cuello del alto y parándose de puntitas de pie, besó sus labios.
Se movían en sincronía, se sentía tan íntimo ese momento entre ellos que se asustaron al escuchar la bocina de un auto que pasaba. Se separaron suavemente y forzadamente ya que ninguno de los dos quería hacerlo. Al ya tener distancia Ken tímidamente ofreció su mano para caminar de esa manera. Ella con una gran sonrisa la tomó sin dudarlo entrelazando sus dedos y apretándola suavemente, demostrando el cariño que sentía.
Caminaron juntos con la moto en su destino. Intercambiaron palabras llegando a la conclusión que debían volver a sus casas. La moto seguía estacionada en el mismo lugar, el alto le dió el casco a la muchacha y él se puso el suyo para luego sentarse para que luego Vivi se siente detrás de él. Luego de que se acomode rodeo nuevamente con sus brazos al alto y posó sus pies en su correspondiente lugar. Hacía frío durante la noche no era sorprendente, la chica durante el trayecto dejó caer unas lágrimas recordando la profunda charla que tuvo con Kenny. No podía creer que con tan solo en unos días se hizo tan cercana a una persona que la mayor parte del colegio temía.
A unas calles de Vivi, frenaron para simular ante el hermano de la chica que no anduvieron en la motocicleta.
–La pasé muy bien hoy, Kenny.– dijo luego de sacarse el casco.
–Yo también nena. ¿Quieres salir ir a otros lugares así?– preguntó dudando
–¡Me encantaría!– Soltó con alegría. –¿Con los chicos sueles ir a lugares así?
–Si, solemos ir a sitios lejos de la ciudad para competir entre nosotros con las motos.– río ante los recuerdos de las peleas de quién tenía la mejor moto y siempre terminar siendo humillados por Mikey o Pah.
–Wow, debe ser muy divertido.– dijo con sus ojos brillando.
–Lo es.– recordó que era de noche. –Hoy habrá una reunión de la Toman. ¿Quieres ir?– No sabía si era buena idea pero no creía que haya problema.
–¡Me encantaría!– se acordó de su hermano. –Pero no creo que Cristián me permita ir.
–¿Y si le dices que te quedarás en la casa de una amiga?– encontró una solución rápida. –Emma podría dejarte quedar en su casa.– le sonrió.
–No quiero ser molestia para Mikey y ella.– hizo un pequeño puchero. –¿Y si me quedo en tu casa?– dijo aún pensar. Al procesarlo sus mejillas se sintieron arder, al igual que al muchacho.
–Vivi tengo algo que decirte.– de la nada el alto se puso más serio de lo que ya era, asustando un poco a la muchacha. Ken tenía que decirle en algún momento sobre su vida.
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El Examen
FanfictionDónde Draken descuida sus estudios quedando último en su clase. Teniendo una oportunidad para salvar sus vacaciones de verano, se une junto a una chica para poder lograr aprobar el examen.