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Al finalizar las clases de ese día, Vivi realizó una llamada a su hermano para avisarle que se quedaría en el instituto a estudiar para el examen que sería dentro de menos de 24 horas. Cristian notando los nervios de su pequeña hermana, trató de calmarla, dándole palabras de aliento para que se esforzara mucho más. La chica colgó la llamada con una sonrisa de cariño hacia su hermano mayor.

—¡Mira lo que nos compró Ken-chin!— Vivi saltó en su lugar producto del susto que le dió el líder de la Tokyo Manji.

—¡Wow! ¿No lo habrás forzado, no Mikey?— consultó la chica. Ken desde atrás del rubio pequeño, asintió con la cabeza.

—Nope

—¡No seas mentiroso enano!— gruñó el alto. —¡No parabas de hacer berrinches poniendo de excusa a mí novia!

—¡Si no fuera por ella no me los hubieras comprado!— alzó una ceja observando Draken. —Por cierto. ¡Gracias Vivi!— le brindó una gran sonrisa a la muchacha.

Ella solo pudo reír ante la escena de un Ken furioso y sonrojado por culpa de su desvergonzado amigo. Luego de seguir un poco más la discusión, Vivi se sentó en su pupitre seguido por los dos chicos que se sentaron a su alrededor. Mikey se recostó sobre el escritorio y, como arte de magia, se quedó dormido.

—¿Pudiste estudiar algo Kenny?— preguntó con un pequeño puchero en sus labios.

—Leí algunos de los apuntes que me diste e hice un cuestionario con posibles preguntas que podrían tomar en el examen.— contó con un suspiro de por medio.

—Todo cuenta mi amor.— el chico sonrió muy feliz ante el apodo cariñoso.

—¿Quieres seguir estudiando?— preguntó Ken.

—No.— dijo de manera tierna apoyándose en el hombro de su pareja.

Draken Se quedaron en silencio un rato jugando con las manos del otro y pequeñas muestras de cariño que llenaban el corazón de cada uno.

—¿Te diste cuenta que nos empezamos a etiquetar como novios y nunca nos lo pedimos?— preguntó tranquilamente el alto. Vivi se quedó helada pero a la vez sabía que alguna vez se tendría que hablar de eso.

—¿Yo te gusto?

—A mi no me gustas,—hizo una pausa quebrando un poquito el corazón a la chica. —me encantas.

Vivi se separó para empujarlo entre risas del alto que la asustó por un momento.

—A mí también me encantas.— le dijo dándole un beso en la mejilla. —Si ambos nos encantamos y lo sabemos, ¿No es obvia nuestra relación?— preguntó con los ojos brillando, conectando miradas con el muchacho dueño de su cara.

Ken apreció por un momento el rostro de Vivi. Acarició sus mejillas, trazó con sus dedos las líneas de su mandíbula y se acercó a sus labios iniciando un tierno beso en el que la chica sonrió en medio contagiandolo a su novio. Se separaron para conectar sus miradas nuevamente.

—Te quiero mucho nena.— rozó sus narices sacándole una pequeña risa a la chica.

—Yo más Kenny.— le dió un pequeño besito y se abrazó a él.

—Son muy dulces, los odio.— interrumpió un Mikey recién despierto.

—Cierra la boca idiota.— dijo Ken. —Nena, llevaré a este enano a su casa y volveré a estudiar contigo.— La chica asintió y se separaron del abrazo, dándole el espacio para irse al alto.

—Ken-chin, dame concejos para conseguir pareja.— soltó, avergonzando al alto, a lo cuál Vivi rió.

><><

La chica continúo estudiando arduamente, tratando de recordar todo lo que leía. Cada tanto miraba por la ventana para ver si su novio entraba al instituto. Habían pasado dos horas de que se había ido y le parecía raro, ya que la casa de Mikey quedaba a pocas calles del lugar de estudio. Trató de no preocuparse y siguió leyendo los apuntes que estaban regados sobre su escritorio.

Siguieron pasando los minutos y ya preocupada llamó a su teléfono celular. Sonaron varios tonos y no atendía, cosa que aumento la preocupación de la chica, hasta que contestó.

—¿Kenny? ¿Estás bien?

—Amor estoy en camino, unos idiotas nos acorralaron a Mikey y a mi en su casa. Los hice mierda no te preocupes.— trato de tranquilizar a la chica.

—¡Me asustaste idiota!— le gritó Vivi. —¡Espero que no estés lastimado!

—Nunca lograrán tocarme un pelo, mi amor.— rió altanero.

—¡Cállate tonto y ven rápido!

—Si, mi vida.

Cortó la llamada y siguió caminando rápidamente para encontrarse con su amada. Trató de limpiar sus nudillos cubiertos de sangre con un pañuelo que tenía en su bolsillo. Sonreía inconscientemente por como Vivi se preocupaba por él.

Llegando al instituto, caminó al aula donde se encontraba la chica y al encontrarse, ella saltó sobre él, observando cuidadosamente su rostro buscando alguna marca de pelea, luego le levantó la remera buscando algún moretón sin encontrar ninguno.

—Te dije que no me harían ningún rasguño.— repitió el alto.

Vivi tomó sus manos y las observó encontrandola toda roja y un poco hinchada por los puñetazos que propinó. Los acarició y les dió un beso para luego posarlas en su rostro, buscando mimos del chico, y él no se los iba a negar.

—¿Empezamos a estudiar?— Ken le dió unas cuantas caricias para luego parar para que respondiera su pregunta.

—Vamos a estudiar amor.

Se acercaron nuevamente al escritorio para seguir estudiando. No podían evitar que entre la lectura se roben uno que otro beso o se dijeran cosas dulces, pero así eran.

><><

Oscureció en la ciudad de Tokyo, y ambos chicos continuaban leyendo los textos aburridos sobre la materia. Ken creía que sabían mucho más de lo que pedían en el examen y ya no se esforzaba mucho, pero la muchacha creía lo contrario.

Un mensaje interrumpió a Vivi, era su hermano comunicándoles que vayan al hogar a comer. Draken guardó todo rápidamente, no se perdería por nada del mundo la deliciosa comida que hacía el hermano de su novia. O mejor dicho: su cuñado.

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