Pequeño problema

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No lo podía creer. Se veía increíblemente enorme. No era nada comparado con ella, y eso que era la bajita de todas las hermanas.

Diego: Vaya, si que es enorme... No es momento de pensar en eso, ¿Qué hago? Tal vez...

Antes de pensar en algo, Ximena empezó a caminar donde me encontraba yo. Todo temblaba a mi alrededor. La veía acercarse a pasos agigantados

La situación era de la peor. Cerré los ojos y espere a que ocurriera un milagro.

Diego: ¿Eh? ¡Sigo vivo!

Era mi felicidad pero luego miré a mis lados y tenía zapatos rodeandome. Fue entonces que mire y estaba debajo de Ximena entre sus dos zapatos. Ximena estaba buscando algo en la cama, mientras yo estaba paralizado por ser aplastado. La verdad tuve la mejor suerte por no morir así.

Diego: Creo que a José le gustaría eso, pero... No sé si le hubiera gustado que su hermana pequeña lo hiciera inconscientemente.

Ximena parecía que había encontrado lo que buscaba y lentamente se fue alejando de la habitación.

Diego: Bua... Eso estuvo cerca. Pero yo quería ir a una zona segura.

Entonces seguí con mi pequeña travesía a la casa de juguete, ya estaba en un cuarto del camino (o eso creía yo) por lo que no me iba a regresar sin excito.

Fue una odisea larga, muuuuy larga. Solamente era caminar en línea recta.

Diego: Por eso no me gusta ser encogido de este modo. Es un asco.

Si bien tenía sus ventajas, no me llamaba mucho la atención, pero me estaba haciendo dudar sobre este tipo de gustos.

Una vez dentro de la casa, decidí echarme una pequeña siesta, el día había sido cansado y muy loco.

En la noche

Sentí como la casa se había movido por un segundo. Parecía que estaban tratando de abrirla. Asustado, corrí a la ventana y pude ver un ojo gigantesco.

Diego: ¡Aaaa!

Me espante y visualice como el techo de la casa se abría. Era Nadia.

Nadia: Muy bien, estás a salvó. Pensé que te había aplastado Ximena, pero no había nada debajo de sus pies o tenis.

Diego: Si, perdón, fue Sasha, ella me puso debajo y...

Nadia:¡ Sasha! Esa tipa... Pero bueno, al menos estás seguro. Te estuve buscando por todos lados.

Diego: Per... Perdón.

Nadie: Bueno, pero estás a salvó. Eso es bueno, mira hoy José va a descansar contigo. Estare hablando con Sasha para ver si los devolvemos a la normalidad o no. Descansa... Y toma, un pequeño trozo de chuleta.

Nadia me dejó algo de comida y metió a José a la casa de juguete conmigo.

Nadia: Adiós, mañana hablaremos de lo que les pasará.

Y cerró la puerta.

José: Vaya, sé ve que has disfrutado estar con...

Diego: ¡ERES UN MALDITO!

José: Oye... ¡Espera!...

Diego: ¡Me metiste en tus asuntos familiares... Y para empezar les mentiste sobre que me gusta esto.!

José: (es ahorcado por Diego) Si... Pero... Estás pasándolo... Muy buen... Aaaa

Estaba tan enojado con José que no me percate de su olor o su estado antes de atacarlo.

Las Hermanas Gigantes De Mi AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora