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La tele estaba encendida mientras una pequeña niña de ojos almendrados color avellana observaba la television animicamente sentada frente al sofá con un plato de plástico azulado y sandia picada en triángulos dentro de él sin una sola semilla, cfruta.on sumo cuidado que la niña no pasara ningun accidente con la fruta.

La niña usaba un hermoso vestido de ocre con paletones, ligero y sin mangas, pequeñas fresas alrededor de este y un fino listos en su cabeza que no permitian que los mechones de pelo rizado cayeran por su rostro estorbandole para comer.

Sonreía felizmente disfrutando de los dibujos animados en la televisión de la sala comiendo la jugosa sandia con un tenedor pequeño para su boquita.

Los regueros y manchones estaban prohibidos en la casa y debía cuidar de no ensuciar su hermoso vestido.

Desde la cocina su madre la observaba preparando el almuerzo a su vez, ella debía cuidar también que su pequeña hija no embarrara su vestimenta, su esposo se enojaria si veía su ropa con mancha alguna.

—¡Mamá! —llamó la pequeña asustada y su madre no dudó en acercarse corriendo colocandose de cuclillas al tamaño de su hija, la niña estaba apunto de entrar en pánico señalando su vestido con miedo, el líquido de la sandia que reposaba en el plato ondo había sido volcado sobre el fino vestido mientras la niña observaba con miedo a su madre.— ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Fue un actidente! No le digas a papá.. 

—Mi amor... Mamá está aquí, no le diré nada a papá. —colocó su indice en su boca señalando silencio para que su niña entendiera que no le diría nada a su padre y así calmarla.

—¿Qué no me vas a decir? —la grave voz a sus espaldas las hizo pegar un bote a ambas, la mujer observó a su niña colocándola detrás de ella, instintivamente protegiendola de él y voltearse a ver a su marido.

—La niña está planeando un regalo para ti y es un secreto. —respondió mientras sentía como la niña se aferraba a su blusa desde atrás.

Sin decir nada, el hombre observó la escena viendo sandia en la alfombra blanca de la casa, un tazón volteado y un reconocido tenedor de plastico con diseño de florecitas.

—¿Qué pasó en la sala? ¡¿Quién hizo el reguero?! —preguntó frunciendo su ceño, la mujer sólo tragó saliva sin poder ocultar el otro reguero en la sala.

—Estaba dándole de comer a Kai y se me resbaló de las manos.. —murmuró bajando la mirada, esperando que la niña no hiciera un solo ruido.

—Era de esperarse teniendo dos mujeres inútiles que no sirven para nada. —el hombre se acercó tomando el cuello de su esposa con violencia esperando que la niña solo huyera de sus piernas y se ocultara.

—Limpia este desastre ¿o debo hacerlo yo? Esta casa es una pocilga, ¿cuando harás algo útil? —preguntó con enojo apretando su cuello y la mujer empujó a la niña.

—Por favor sueltame! —pidió entre lágrimas, pero el hombre la arrastró hasta la cocina golpeandola y tirándola al suelo dando un fuerte portazo en la puerta.

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“Por mi culpa, él golpeó a mamá ese día” resonó en su cabeza.

—En qué piensas, Kai? —preguntó el hombre a su lado y la mujer se giró a él dejando la taza en la mesa.

—En nada...

𝙑𝙊𝙏𝙊𝙎 | Taiju Shiba [𝚃𝚁] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora