|cinco|

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Capítulo 5:

                                   Las semanas pasaron lentamente y abruptamente mas solas y frías, en la mañana apenas lo veía al desayunar y llegaba muy tarde de trabajar, aunque siempre lo esperaba hasta que llegara nunca podía verlo, ni hablar con él, solo llegaba directamente a dormir sin darse cuenta que lo esperaba despierta, asegurándose que estuviera bien.

Estaba acostumbrada a su trato frio y cortante, su mirada afilada, sus respuestas groseras, pero curiosamente nunca la insultaba, nunca la llegó a golpear, nunca la tocó en ningún momento, por más enojado que estuviera o se dejara notar, mantenía una distancia de su cuerpo, no hubo un solo intento por levantarle la mano.

Pero el silencio también podía lastimar.

Cada día limpiaba la casa, a su supuesta casa le daba la vuelta al derecho y al revés limpiando lo mas profundo de cada rincón de la casa, de ese modo podía despejar y concentrarse en algo, pero luego de ello, su tiempo se fue a su estudio.

Taiju Shiba había organizado una de las habitaciones dando un cambio drástico volviéndolo un taller de dibujo especialmente para ella, lo había hecho dos meses después de haberse casado, lo consideraba el detalle mas preciado que su esposo había hecho por ella, aunque llevaba meses sin tocar un lienzo y un pincel, había vuelto poco a poco y ahora toda su energía pasaba las tardes en ese taller, dibujar siempre su escape y en ese momento la estaba salvando más que nunca.

Aunque llevaba un par de semanas que volvió a pintar, no había podido terminar el mismo cuadro.

Su bomba de tiempo había llegado a su límite, mientras secaba los platos unas gotas saladas empezaron a caer por su rostro golpeando la cerámica del blanco plato, no supo el momento que había empezado a pensar y se había quedado viendo un punto de pie, pero sus lágrimas cayeron después de mucho tiempo.

Era apenas las 10 de la mañana, sus lagrimabas caían sin cesar.

El dolor en su pecho se había intensificado, ¿por qué nunca tenia lo que daba? ¿por qué era la única persona en ese matrimonio? Era la única que había puesto dedicación, esfuerzo, empeño, se había esmerado, quería tener cariño.

Todas las personas necesitan amor, merecía al menos un poco de afecto...

¿por qué ella no podía tenerlo?

¿por qué Taiju no podía corresponder?

¿era tan difícil darle cariño?

Los recuerdos de su infancia inundaron su mente con dolor.

¿estaba repitiendo el patrón de su madre?

Estaba cansada.

Un matrimonio era dos personas que se convertían en una, eran dos personas siendo el sostén del otro, el apoyo y amor mutuo, era crecer como personas, no vivir bajo un mismo techo y ser simples desconocidos.

Pero como podía pedir un matrimonio cuando solo era un papel vacío y una sortija sin valor, solo para ella era importante.

Había pasado un tiempo desde ese día sola en la cocina, sus pensamientos inundaban su mente, era viernes por la noche, pasadas las diez y ella estaba sentada en un sillón individual con un vaso de whisky en su mano, no se sentía capaz de lo que estaba apunto de hacer, pero necesitaba hacerlo.

Tal vez porque su corazón lo pedía.

La tenue luz de la lampara junto al sillón individual donde estaba, era lo único que alumbraba en toda la casa, su corazón latía con fuerza cuando las llaves avisaron su llegada y la puerta fue abierta.

—¿Qué haces despierta? ¿no deberías estar durmiendo ya?

—Quería hablar contigo primero. —tomó el ultimo trago del licor, dejando el vaso en la mesa mientras que él la observó, después de vino sin alcohol nunca la había visto tomar, por más que se esforzara en ocultarlo podía ver su rostro asqueado cuando el alcohol quemó su garganta de un solo.

—Bien, entonces habla, estoy cansado y quiero dormir.

—No te quitaré más tiempo... quiero el divorcio. —escupió sin más, si no lo decía ya, no lo haría.

—¿Qué? Mejor no vuelvas a tomar, iré a dormir. —caminó a las escaleras y al poner el pie en el primer escalón, la mujer se puso de pie desde su espalda.

—Hablo en serio, solo tengo una condición y dejarás de estar atado a un matrimonio vacío.

—¿de que hablas? Deja de decir estupideces.

—Hablo en serio.

—¿de qué condición hablas? —preguntó acercándose más.

—Iba a pedirte treinta citas por los treinta meses que llevamos casados, pero es mucho tiempo que te haré gastar. —una triste sonrisa se asomó en su rostro bajando su mirada—. Dame doce citas, una cada semana y luego de ello firma el divorcio, solo deberás soportarme 3 meses más, si te preocupa que te pida dinero, la casa o algo, no lo haré.

—¿Doce citas? ¿Qué significa esto? No tengo humor para bromas, nos casamos por la iglesia, la unión sigue existiendo ante el señor, aunque nos separe un abogado.

—No me interesa volverme a casar, no quiero volver a casarme y tener que vivir detrás de alguien como tú, lo único que esperé recibir de ti era cariño, pero en ningún momento recibí tu atención o tu amor, pero no puedo culparte, ambos estamos casados por un acuerdo y nada más.

—Si es así, ¿por qué quieres doce citas? —pero la mujer solo alzó de hombros con una sincera y pequeña sonrisa.

—Por estos tres meses debes actuar como un esposo de verdad, conocernos como si empezáramos a salir, actuar como un novio tal vez, eso es lo que pido y luego podrás firmar el divorcio.

Tenía esperanza que su plan podría servir...

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Paso a contarles que esta historia tendrá bastantes capítulos, variados y tal vez sorpresas.

Espero disfruten mucho la historia y le puedan dar una oportunidad al desarrollo de personajes tanto de Taiju como de Kai.

𝙑𝙊𝙏𝙊𝙎 | Taiju Shiba [𝚃𝚁] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora