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La mujer recordaba como conocía a Taiju, ella apenas entraba a secundaria mientras que él estaba iniciando el tercer y último año de preparatoria. Al inicio lo había visto con gran admiración, su altura y gran cuerpo era digno de admirar en un joven que solo tenía diecisiete y apenas cumpliría los dieciocho, pero al pasar las semanas, el notar su presencia de vez en cuando, se volvió regular, observarlo en la cancha de basketball ya no era una casualidad, se encontraba en un “amor” completamente platónico y unilateral, siendo tan menor era consciente de ello, qué sólo era ella cautivada por un chico de pasillos, algunas veces ir a pasear frente las aulas qué casualmente él estaba o ser la primera en querer ir hacer recados a las aulas donde él se encontraba era divertido sin embargo no buscaba llamar su atención, solo le gustaba verlo, siempre acostado en el pupitre y dormido entre libros, rara vez salía en los recesos quedándose en las aulas.
claro siendo una apenas adolescente, un chico apunto de ser mayor de edad jamás le haría caso y ella nuevamente lo sabía, pero se había vuelto un pasatiempo el verlo desde lejos, se encontraba solo o rodeado de dos chicos uno de cabello claro con una marca en la cara y otro azabache de mirada felina —los cuales ahora sabía que se trataban de Kokonoi e Inui— nunca supo más del por qué esos chicos se juntaban con Taiju o qué pasaba cuando desaparecían completamente, tampoco era obsesiva para seguirlo a todos lados o saber todo de él, nunca llegó a ese punto, siendo tranquila y feliz observando al hombre intimidante desde lejos.
En el desayuno inconscientemente se río con torpeza al recordar eso en su mente mientras sostenía con sus manos la taza de café.
Por otro lado Taiju estaba frente a ella, era fin de semana por lo cuál el hombre no trabajaba, tomando un desayuno —acostumbrados a estar juntos, pero no revueltos en un total silencio como siempre hacían— el de mechas azules le fue imposible no verle con curiosidad e irritado al verla reírse sola.
—ahora también las voces de tu cabeza te cuentan chistes? Debo llamar un padre para que venga a hacerte un exorcismo? —preguntó con sarcasmo y cierta irritabilidad mirándole fijamente.
—lo siento... —pronto se disculpó bajando la cabeza y tomar un suspiro volviendo a su rostro triste. —recordaba cuando te conocí.
—¿qué? ¿Qué tiene eso de gracioso? La primera vez que nos conocimos fue la cena más larga y aburrida qué pude haber tenido y como broche de oro me tiraste una sopa fría de cebolla en todo el traje. —dijo resentido tomando un sorbo del café e hizo reír a la mujer sutilmente al hacerla recordar ese suceso.
—No, no me refería a ese encuentro, esa fue la primera vez que tú me conociste, pero... Yo ya te conocía.
—explícate.
—cuando entré a secundaria, estabas en el último año de preparatoria, te conocí en el instituto, estabas en el 12-H, te conocí el primer día de clases, presentaron a todos los estudiantes de último año a los de primero ingreso, forzosamente estabas ahí, solo dijiste tu nombre advirtiendo qué no querías ningún mocoso qué te estuviera molestando y pasaste el micrófono a la chica que estaba a la par, de ahí no dejé de encontrarte en los pasillos, en las aulas y hasta en el gimnasio, logré verte en algunos partidos de basketball y siempre ganabas siendo la estrella del equipo..
Habia omitido muchas cosas, pero no quería exponerse más, quizás era hasta vergonzoso qué Taiju se diera cuenta, pero no le importaba realmente, ahora solo lo tomaba como humor, nostalgia y tristeza.
Taiju quedó en un completo silencio procesando lo escuchado, dio vueltas a su mente, pero no llegó a nadie que conociera o hubiese visto aunque fuera de pasillo que diera con Kai.
Al verle cara con el ceño fruncido Kai sonrió a medias.
—¿Por qué no me lo contaste antes?
Preguntó e hizo qué lo mirara con obviedad esperando que fuera una pregunta sarcástica, pero no era el caso, parecía verdaderamente interesado en lo que había dicho, al menos genuinamente ocultado en esa coraza en su rostro.
Verdaderamente no se conocían, pero Kai había logrado saber tantas cosas de él aún con su solo silencio, tantos días junto a él le enseñaron sobre Taiju sin una sola palabra.
Si algo llamaba la atención levantaba su ceja izquierda levemente, si algo lo molestaba o estaba enojado levantaba la derecha, era pequeñas cosas que terminó por aprenderlas y esta no era una ocasión ajena, su ceja izquierda estaba arqueada contraria a la derecha y sonrió.
—Porque nunca te he interesado, no has tenido tiempo para escucharme ni has tenido las ganas de saber de mí.
Contestó tranquilamente aunque debajo de la mesa su pierna temblaba con miedo, tomando un sorbo del café.
Taiju quedó en silencio.
—nuevamente—
—Cuando te volví a ver en esa escena, estaba nerviosa, no creía verte en verdad, causó el gran desastre de esa noche, mi torpeza parece nunca haberse ido, ¿desde esa noche me odias? ¿Por ese accidente?
El peliazul se levantó frunciendo su entrecejo, dejando su café a un cuarto, tomó su abrigo y salió de la casa azotando la puerta como hacía siempre.
Rápido se abrumaba.
Kai permaneció en su silla y suspiró, su paciencia se iba agotando cada vez más. Justo ahora podía tomar en consideración tomar a Seishu Inui como su amigo, aún si este expresaba abiertamente no tener intenciones de ser su amigo.
Quizás podía serle de mayor ayuda.
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𝙑𝙊𝙏𝙊𝙎 | Taiju Shiba [𝚃𝚁]
FanfictionLos matrimonios no son la solución de los problemas. Un matrimonio no es la salvación de la moral y reputación de una familia ni de una persona. Casarse por interés o necesidad es un matrimonio nulo ante Dios según la iglesia. La espera del amor y...